Dedicatorias, gritos, celebraciones, fuegos artificiales en plena luz de un día histórico para Ateneo Inmaculada. Saltos y mucho cotillón ofreció la interminable vuelta olímpica de los dirigidos por Alejandro Olivera.
El trabajo dio sus frutos y el “Colegial” escribió un renglón importante en historia.
Dedicatorias, gritos, celebraciones, fuegos artificiales en plena luz de un día histórico para Ateneo Inmaculada. Saltos y mucho cotillón ofreció la interminable vuelta olímpica de los dirigidos por Alejandro Olivera.
Campeón: la palabra tan deseada, que se disfruta a pleno cuando se expresa con el convencimiento de que uno es realmente el dueño de ella. Así fue, en una síntesis que no alcanza para reflejar tanta pasión desatada, el corolario que los hinchas de Ateneo le dieron al campeonato en su casa.
El desahogo, después del irregular y conversado torneo Clausura, debía llegar cuanto antes. Ateneo no quiso dejar pasar la oportunidad de celebrar en su propia cancha y lo definió con absoluta justicia. Empate, luego de estar abajo en el marcador, de Lautaro González Riaño y golazo de Conrado Peralta Pino. El final, a orilla de la Autopista, le dio vía libre a la explosión, a la locura.
Emocionado hasta las lágrimas. Conrado Peralta Pino fue el primero en analizar el título conseguido en muy buena ley: “Estoy feliz y quiero agradecer a la familia, al cuerpo técnico, a mis compañeros y a la gente, esa que siempre confió en nosotros. Es muy lindo vivir esto cuando estoy en el final de mi carrera. Fue un partido difícil ante un gran rival. No estábamos cómodos en el primer tiempo pero el gol de Lautaro (González Riaño) nos dio la tranquilidad para jugar un buen segundo tiempo. Creo que lo terminamos ganando bien. El gol del triunfo se dio en el mejor momento de Ateneo”, dijo el goleador de Ateneo que marcó 11 tantos en el Clausura.
Un técnico ganador
Alejandro Olivera esperó su momento y no dudó en aceptar la oferta de la dirigencia para hacerse cargo del primer equipo del “Colegial”. Ayer, en la lista de agradecimientos, aparecía su nombre. El final, emocionado hasta las lágrima el DT habló del momento y la alegría que significó la vuelta olímpica. “La emoción es difícil de controlar. Este plantel trabajó seriamente desde un comienzo y por eso se merecen esta fiesta. En un grupo de 22 jugadores hay que tomar decisiones, saber que son 11 los que juegan y el resto debe saber esperar su oportunidad. Acá pasó eso, todos estuvieron a la altura de las circunstancias y fueron responsables cuando les tocó quedar en el banco o afuera de la citación. No es fácil explicar tanta alegría. Quiero agradecer a los dirigentes que confiaron en mi, a mi familia, a la gente que nos apoyó en gran número y desató una fiesta que parece no tener fin”, destacó.
“No dejamos dudas. Fuimos el mejor equipo del torneo y por eso lo coronamos con la vuelta olímpica. Estoy agradecido a mis viejos que siempre me hicieron sentir el fútbol de cerca, al plantel, cuerpo técnico, a los dirigentes y a toda la gente que nos acompañó”.
Lautaro González Riaño
Delantero de Ateneo