Es cierto que vuelve Botti. Es cierto que Leo arma una especie de “Catenaccio” con cinco defensores y cuatro volantes para frenar a este Talleres goleador que viene de hacerle cinco a Godoy Cruz en la Bodega de Mendoza. Pero la realidad es que la carta brava, el verdadero ancho de espadas del Tate para ir al Kempes es la muralla oscura. Viene de romperla toda Yeimar Pastor Gómez Andrade, justo en un cierre de año donde algunos intermediarios FIFA lo pusieron en radares mexicanos y norteamericamos de cara al 2020. Por ahora, Leo no quiere dolores de cabeza y piensa en cerrar sumando en el paraje cordobés.
Como un Deja Vu de esquema “efectivo”, Madelón se quiere plantar en el Kempes con línea de cinco, cuatro volantes y un solo punta arriba. No quiere dejarle nada de espacios a un equipo que con Fraga, Bustos y Dayro es capaz de hacerle daño a cualquiera. Nada de sorpresas antes de armar el arbolito y programar el 2020.
Se quedan afuera Corvalán y Carabajal por lesión. Sale Troyanski, entra Cavallaro. Así, Leo mueve más de la cuenta antes de la última bolilla de un semestre complicado y accidentado: entre amonestados, expulsados y lesionados nunca pudo armar el mismo equipo tres fechas seguidas. Como está apretado en la parte técnica de los recursos, acude a la receta táctica de hacer algo distinto.
Luego del partido con Talleres en Córdoba, el plantel quedará licenciado hasta los primeros días de enero para realizar la pretemporada, posiblemente en Mar del Plata (faltaban algunos pequeños detalles).
Recuperar a Carabajal y Mazzola será vital para el andamiaje ofensivo 2020 donde ya el entrenador pidió “refuerzos” de cara a la triple competencia: Copa Argentina, Copa Sudamericana y Superliga más Copa Superliga anexada.
Los dos jugadores que tienen cláusulas automáticas de salidas son Juan Ignacio Cavallaro y Yeimar Pastor Gómez Andrade: por los dos hay ofertas, interesados y propuestas. Más allá del buen pie de “Juani”, es el mejor momento del zaguero cafetero en el Tate. Y es uno de los defensores siempre elegido como “figura” por la prensa nacional cuando se habla de Unión.
Por ahora, el Tate va al Kempes con Yeimar y diez más. Hay que aguantarlo a Talleres con su capacidad goleadora e intentar golpear con una pelota quieta o de contra. Ya lo dijo Madelón: “Hay que cerrar bien el último partido del año”. Después, “para lo otro” ya habrá tiempo.