El Tríptico de La Imaginación que está integrado por El Molino. Fábrica Cultural, La Redonda, La Esquina Encendida, Los Aleros y Sapukay son los faros que iluminan las ideas y los anhelos de la gestión de María de los Ángeles “Chiqui” González que se materializaron en la ciudad de Santa Fe.
Cuándo esta directora de teatro, actriz, gestora cultural y docente universitaria tomó la responsabilidad de ser la primera ministra de Innovación y Cultura de Santa Fe, rango ministerial que no existía en el país, se puso como uno de los desafíos de gestión construir el Tríptico de la Imaginación en la ciudad de Santa Fe, espacio inspirado en el Tríptico de la Infancia que ya funcionaba en Rosario, que también fue una marca de su gestión cuando se desempeñó como secretaria de Cultura.
Por aquellos días del 2008, la provincia tenía dos espacios abandonados (el ex Molino Franchino y el antiguo taller de Locomotoras denominado Santa Fe Cambios) y un campo de deportes bien al norte de la ciudad. A partir de estos tres espacios que tenían un potencial extraordinario y del trabajo mancomunado con el equipo de arquitectos de la provincia se construyeron en sólo dos años El Molino. Fábrica Cultural y La Redonda. Arte y Vida Cotidiana. Y un año después, se repensó conceptual y ediliciamente el campo de deportes de la provincia y nació La Esquina Encendida. También es importante destacar que durante este 2019 se completó la obra de El Molino y de esta manera nació la primer Manzana Cultural de la ciudad de Santa Fe.
Huaira Basaber, subsecretaria de Espacios Culturales de la provincia (quien dirigió El Molino durante siete años antes de asumir una responsabilidad mayor), sostuvo que “la interacción de los tres espacios tiene como principal objetivo las políticas públicas para todas las infancias y el desarrollo de propuestas intergeneracionales para lograr vínculos entre grandes e infancias. Cada proyecto fue inaugurado con un nombre que hace referencia a narrativas de juego, del diseño y de lo constructivo. Las narrativas son parte de un relato que desarrolla paisajes y puestas en escenas participativas donde prevalece el juego, propuestas materiales, artísticas y de oficios”.
Además, la funcionaria agregó que “el objetivo es que cada visitante participe con el cuerpo sin estar siendo conducido mediante un relato, salvo que se solicite por parte de los visitantes. Son lugares públicos libres y gratuitos, donde el objetivo siempre ha sido que no haya comercialización para no favorecer la diferencia y propiciar el compartir. Son dispositivos que tienen un servicio Cultural que prioriza la calidad pedagógica en la relación con el público”.
El Tríptico de la Imaginación también es una propuesta formativa para los equipos que se van incorporando, para visitantes de cada lugar del país a quienes se les ha brindado especialmente clases, para residentes culturales y tesitas de diferentes estudios académicos.
Cada Juego y actividad tienen una ficha pedagógica que es flexible y que se adapta a distintos grupos conteniendo siempre el objetivo inicial que el Servicio Cultural y el trabajo en equipo. Es tarea de los equipos pedagógicos diseñar, modificar y trabajar cada ficha siendo complementaria a la tarea de los equipos constructivos que tienen la acción además de preproducir el material y de colaborar en los contenidos para el público.
En 2012 se crearon las Residencias Culturales con su respectiva Reglamentación y Protocolo Interno. Las residencias proponen un sistema de formación a Jóvenes de 18 a 25 años que generalmente por diferentes razones no han tenido experiencias institucionales. La experiencia se renueva cada año, percibe una asignación económica estímulo y una carga horaria que habilite la posibilidad de que cada joven pueda estudiar.
La formación es en servicio, entendiendo que el Residente es una animador/a cultural que pone a disposición herramientas personales para transmitir una idea siendo el principal objetivo generar vínculos entre grandes y chicos. Las capacitaciones están conducidas por funcionarias/os, por los equipos e invitados/as. las Residencias se llevaron a cabo primero en El Molino y La Redonda, luego en La Esquina Encendida, Sapukay y Aleros y en lso últimos años se sumaron los museos.
Esta red de organismos implica intercambios conceptuales y de procedimiento para llevar a cabo la experiencia sin quebrar el sistema. Actualmente más de 650 jóvenes transitaron la experiencia, volviendo luego a conformar parte de programas y equipos del ministerio de Innovación y Cultura.
El Tríptico de la Imaginación no solo fue la cita obligadas de las familias durante los fines de semana o un espacio de memorables eventos culturales como “La Feria del Afecto”, “El Congresito de Los Niños”, “El Porvenir de Las Palabras” (Tecnópolis), “ElPapelón de El Molino o “Al pan pan y en Vacaciones a Jugar”, por citar sólo algunos. También fueron espacios que la gente eligió para tomar un gran compromiso con su pareja como es el casamiento civil (en La Redonda) o que el estado provincial consideró el mejor lugar para que las personas que deseaban adoptar comiencen a construir un vínculo con los/as niños/as en el último proceso (en La Redonda y el Molino).
También, fueron lugares para que algunos jóvenes del programa provincial Nueva Oportunidad puedan hacer prácticas vinculadas al diseño y la construcción de objetos con diversos materiales.
“Como santafesina estoy orgullosa de todo lo que hemos logrado y hemos aprendido, sobre a valorar quienes somos y a nuestra ciudad, la creatividad de toda la gente que participa y que podemos aportar a la cultura y la educación en equipos colaborativos y lo seguiremos haciendo del lugar que nos toque. Como gestores sabemos que tenemos siempre poco tiempo para transformar y que tenemos que entregarnos a la máxima responsabilidad del servicio cultural y educativo que nos toque asumir. Nos llevamos todas las enseñanzas que nos dejó Chiqui González en estos 12 años que sin lugar a dudas revolucionaron la cultura santafesina”, remarcó Huaira Basaber.
El sueño de Fernando Birri también se hizor realidad. El gran cineasta santafesino, reconocido mundialmente, decidió antes de morir donar su “rancho” de Rincón al ministerio de Innovación y Cultura para que se hiciera un espacio de experimentación audiovisual para las primeras infancias. Tras este gesto del artista y el trabajo de los equipos de la subsecretaría de Espacios Culturales nació "Sapukay La casa de Fernando Birri".
Allí se desarrollan diversas propuestas donde el cruce y la convivencia entre cultura y naturaleza son uno de sus ejes centrales, así como el fuerte sustento en el lenguaje audiovisual.
Las puertas del rancho se abren con sus propuestas lúdicas y pedagógicas, como un espacio de alfabetización audiovisual para las y los niños y jóvenes de Rincón y alrededores, y con programas de capacitación para docentes, todo como parte del legado de uno de sus habitantes más ilustres.
Durante estos 12 años de trabajo del ministerio de Innovación y Cultura los/santafesinos/as se hicieron dueños y guardianes de estos espacios culturales únicos en el país que tienen una inmensa potencialidad para continuar escribiendo su historia. Nacieron para trabajar en forma mancomunada, bajo la órbita del ministerio de Innovación y Cultura, colocando siempre a la ciudadanía como protagonista y con un mensaje contundente, todos/as tenemos derecho a la cultura, a la belleza, más allá del lugar donde nos toque nacer y crecer.