La láctea SanCor CUL (Cooperativas Unidas Limitada), con base de producción y comercialización en Sunchales, al oeste de esta provincia, evalúa la venta de su reconocido producto Tholem, queso fundido untable, que produce en su planta de Gálvez, departamento San Jerónimo, 80 kilómetros al sur de esta capital.
Hay un “fuerte jugador del sector interesado. Pero eso lo sabrán primero los asociados y serán ellos quienes resuelvan si vendemos o no la marca”, admitió un miembro del Consejo de Administración de la cooperativa.
La definición de la operación tendrá lugar en el marco de una asamblea extraordinaria, convocada para el 20 del corriente. “Allí evaluaremos una posible venta de esta reconocida marca. La intención del potencial comprador es entrar al mercado de manera directa con una marca conocida y con el respaldo de calidad de SanCor”, agregó el informante.
Tholem es el queso fundido untable de SanCor, que se produce en la planta de Gálvez, uno de los pioneros en este segmento de productos que tiene hoy fuerte competencia y multiplicidad de marcas que le dan pelea al consumo, precisamente en tiempos donde el alza en los precios de los alimentos afecta de manera directa a este sector de consumo.
Hasta el momento, por el hermetismo de voceros y directivos de la cooperativa, no se conoce el nombre de la empresa interesada en adquirir este producto de SanCor.
No obstante, se aclaró que la cooperativa tambera no venderá ni fórmula, ni maquinaria para la producción, ya que de esta manera podrá seguir produciendo quesos fundidos con otras denominaciones. De esta manera, SanCor aspira a seguir conservando un capital importante, ya que sólo se desprendería de una marca y no del total de activos que implica el producto.
En esta reestructuración, que sigue su curso desde hace más de dos años, SanCor explicita el entendimiento sobre la necesidad de achicarse para fortalecer la base de una empresa que fundamentalmente sostiene a tambos de la zona central del país, motoriza la economía de los pueblos a pesar de los contratiempos propios de la firma.
Al mismo tiempo, la pelea por la leche entra en el embudo del verano, con altas temperaturas, precios poco cómodos, pero sobre todo en momentos donde la política deberá dar indicios y certezas sobre el horizonte sectorial.
Según informes a los que accedió este diario, la empresa alimenticia interesada en esta marca no sería del rubro de lácteos. Pero además, no sería la única interesada en la marca. “Hace meses que una empresa con base en Santa Fe está negociando por los quesos untables saborizados de SanCor, y por lo que sabemos no ha desistido en ese intento. Ocurre que es un negocio complejo”, aceptó la fuente consultada.
En otro orden, SanCor trasladó en septiembre la línea de producción de queso crema Mendicrim a la planta de la localidad cordobesa de Devoto, que se suma a la elaboración de leche en polvo y manteca. La decisión fue tomada tras el cierre de la planta ubicada en la localidad bonaerense de Arenaza, la cual cesanteó a 22 empleados.
Según manifestaron desde el gremio que agrupa a los trabajadores de la industria láctea en Devoto (Atilra), “ya se mudaron todas las maquinarias, se montaron y ya están fabricando el queso crema en sachet, siendo que resta la producción en pote”.
No obstante, aclararon que este traslado no se traducirá en la generación de nuevos puestos de trabajo para la planta devotense, que continuará con el personal afectado actualmente que ronda los 110 empleados.
Aparte de la venta a Adecoagro, vale recordar que SanCor se desprendió de las plantas de Brinkmann, en Córdoba (con un depósito importante de quesos y acondicionamiento de materia prima para seleccionarla por calidad); Coronel Charlone, Buenos Aires (elabora roquefort); Moldes, Córdoba, (queso pasta dura para exportación y mercado interno) y Centeno, Santa Fe.
La empresa solo tiene actualmente bajo su órbita a seis plantas ubicadas en Sunchales, La Carlota, Gálvez, San Guillermo, Balnearia y Devoto. Además, en los últimos años la cooperativa láctea se fue desprendiendo de sus joyas más preciadas para poder sobrevivir.
La planta de Centeno pasó a manos de La Tarantella. En tanto que Brinkmann fue vendida a Alaisa. Charlone pasó a San Gotardo. Coronel Moldes fue cedida a la Cooperativa de tamberos de Huanchilla. Porteña pasó a Arla y Adecoagro se quedará con las plantas ubicadas en las localidades de Chivilcoy y Morteros.