Por Roberto Casabianca (*)
La conducción de la Caja de Profesionales del Arte de Curar se ha tenido que enfrentar con una decisión inconsulta de la Legislatura de la Provincia, suspendiendo la posibilidad de exigir el pago de los aportes a los morosos por el término de 180 días.
Por Roberto Casabianca (*)
La conducción de la Caja de Profesionales del Arte de Curar se ha tenido que enfrentar con una decisión inconsulta de la Legislatura de la Provincia, suspendiendo la posibilidad de exigir el pago de los aportes a los morosos por el término de 180 días a través de la ley 13.887 promulgada el 4/7/19, sin las consultas más elementales que se hubiesen tenido que efectuar al Directorio de la misma, ocasionando serias dificultades en el equilibrio financiero que significa cubrir 5.500 jubilaciones y pensiones y limitando las posibilidades de aumento al sector pasivo que sí ha cumplido con sus obligaciones al menos por 30 años.
Uno de los legisladores provinciales que estuvo a cargo de la presentación de la ley, Carlos Del Frade, manifestó en una reunión en la que tuve la posibilidad de participar junto a dos destacados y prestigiosos jubilados del Arte de Curar, su arrepentimiento por dicha presentación.
Sorprendentemente “el arrepentido”, presenta el 21 de noviembre, un nuevo proyecto prorrogando por 180 días más la vigencia de la ley 13.887 para frenar los juicios y las intimaciones por la Caja.
Este nuevo proyecto presentado junto con la Diputada Mercedes Meier, ignora nuevamente el irreparable daño financiero que puede provocar en el hipotético caso de ser aprobado, poniendo en evidencia una clara irresponsabilidad política en la toma de decisiones sin estudios de tipo alguno y carente de sólidos fundamentos.
Lo más espinoso de estas cuestiones es que los legisladores siguen dejando afuera de sus análisis al sector pasivo.
El mismo día, se presenta un proyecto extremadamente peligroso proponiendo entre otras cosas la voluntariedad de la obra social que actualmente es obligatoria.
La pregunta elemental que debieran hacerse es: ¿Cómo financiarán la obra social en su idea de no hacerla obligatoria, a los 5.500 pasivos que dependen de ella?
Con una obra social, que es un ejemplo en cuanto a sus prestaciones y a su costo, ¿dejaremos librados a los pasivos bajo la consigna “eliminemos a nuestros viejos porque son un gasto”?
En sus fundamentos hacen referencia a que “los profesionales jóvenes nos manifiestan que muchos quedan afuera sin siquiera poder entrar al sistema, los profesionales no alcanzan a pagar, porque sufren la impotencia de endeudarse cada vez más”.
Es notable que dentro de su progresismo, no hablen de la plétora profesional y que no actúen sobre los haberes que reciben los jóvenes incluso dentro del mismo Estado que ellos gobiernan manifestando en dichos fundamentos: “Y sumado a esto, la situación de aquellos que figuran ejerciendo la profesión liberal, por tener que facturar en relaciones de dependencia encubiertas, muchas veces con el mismo Estado”.
Les pregunto entonces, ¿Es esto una responsabilidad de la Caja o del Estado sobre el que ellos dictan sus leyes?
Deberían conocer las modificaciones posibles que consideró este Directorio, con la implementación del “Plan Joven” y del ingreso con el 50% avalados con el cálculo actuarial correspondiente para hacer una caja sostenible.
También expresan que “No hay informes actuariales hasta el momento que sirvan para hacer una propuesta de recategorización respaldada en números”, errando con dichas afirmaciones, ya que la entidad las ha efectuado y las ha puesto a disposición de los mismos, resultando ello el fundamento para el cambio de escalas de aportes implementado por el Directorio.
Siguen expresando “los jubilados y pensionados, nos manifiestan, que cobran poco en relación a lo que aportaron y los activos pagamos demasiado”.
De dónde piensan obtener el dinero para llevarlos a un haber digno si disminuyen los aportes de los activos.
¿Comprenden que la nuestra es una Caja de Reparto en donde lo que se abona a los pasivos depende de la recaudación obtenida de los activos?
Para completar este desaguisado proponen una escala de aportes sin contar con un cálculo actuarial que la fundamente y sin tener en cuenta que la menor de las categorías deberá cobrar cuando alcance la pasividad el mínimo que fija el ANSES lo cual es utópico con esta propuesta.
Quizás, como en el caso del ANSES, estén proponiendo llevar un déficit más a las arcas del Estado.
Deberían informarse adecuadamente porque esto es falso y además como lo he reiterado permanentemente “solo conozco uno que multiplicó los panes”.
Quiero, con estas sencillas líneas, prevenir a nuestros pasivos y hacerlos estar muy atentos con la movida de sectores que, siguen sin ningún fundamento, tratan de impedir el desarrollo armónico de la Caja, acotando con su empeño el cumplimiento de las obligaciones del sector activo moroso.
Aunque sea difícil por razones de nuestra edad, habrá llegado la hora de manifestarnos muy ruidosamente, como lo hacen los seudoprogresistas, para lograr que se nos escuche con tanta atención como a ellos.
La confianza en desenlaces felices y de fácil acceso para los políticos que han presentado estos proyectos, se contraponen con lo intrincado y dificultoso de la elaboración hecha por el Directorio y las entidades deontológicas y gremiales de las profesiones que integran la Caja y aquellos, han terminado transformando su accionar en una clara demagogia la que, a través de sus simplificaciones, muestran un rasgo típico de una endeble cultura cívica.
Parece que para ellos la concreción de los sueños se logra con solo soñarlos convirtiéndolos con sus desatinos en nuevas frustraciones.
Preferimos obrar con realismo y mesura complementándolos con acciones políticas bien planteadas que nazcan de la moderación y de la búsqueda de acuerdos capaces de generar consensos como lo hemos intentado.
(*) Director en representación del Sector Pasivo Caja de Previsión Social del Arte de Curar