El gobernador Omar Perotti puso a los problemas de la inseguridad en la cabeza de su agenda, con especial énfasis al combate al narcotráfico. Los abordó luego de trazar un panorama general sobre los números del Estado provincial, cuyo déficit -dijo- creció en Santa Fe en el último año “como en ninguna otra provincia” y antes de explayarse sobre los desafíos que presenta el sistema productivo.
Para el flamante titular del Poder Ejecutivo Provincial “ha existido una suerte de desgobierno político sobre los asuntos de la seguridad pública, lo que ha redundado en una marcada autonomía policial”.
“La policía provincial adolece de severas deficiencias institucionales en el cumplimiento de sus funciones de prevención delictiva y de investigación criminal”, describió que en gran medida “derivan del deterioro en los derechos y las condiciones laborales de los y las trabajadoras policiales”.
La Policía, dijo, “se ha divorciado de la sociedad, y ésta le ha perdido confianza”. Sostuvo que como los ciudadanos afrontan “los riesgos con los medios a su alcance” son quienes menos recursos tienen los que más sufren la inseguridad.
Aseguró que los pobres pertenecen a “los estratos sociales que tienen menos protección del Estado y menos capacidad de protegerse a si mismos frente al crimen”.
Tenés que leer"La hidrovía será gobernada por las provincias que la tienen y la usan"Sostuvo que “la criminalidad articulada en torno del narcotráfico” se ha expandido, como negocio, “al amparo de la desidia y la ignominia estatal”.
Y luego disparó: “Tal como hemos visto a lo largo de este año en casos de notoriedad pública, el desdeño estatal se manifestó en la ‘vista gorda’ policial pero también judicial y política, cuando no en la complicidad asentada en un ‘pacto de gobernabilidad’ directo o indirecto con el delito”.
“Esto se acabó: debe haber una clara línea infranqueable que divida sin más a las instituciones estatales y la legalidad, de un lado, y el mundo delictivo, del otro.
Hay que cortar los vínculos con el delito”, expresó al repetir una de sus propuestas más fuertes de la campaña electoral.
Bregó porque Santa Fe cuente con “una policía adecuada a la legalidad democrática y eficiente en el cumplimiento de sus funciones de protección ciudadana”. Y porque “el Estado vuelva con toda la fuerza donde nunca debió retirarse. Con toda la fuerza de la Educación, de la Salud, del Deporte, de la Cultura, de la formación en oficios.
Allí en cada barrio. Vamos a trabajar en cada barrio, con quienes allí lo hacen seriamente en el territorio, si la que trabaja bien es la parroquia, lo haremos con el cura, si el que trabaja bien es un pastor lo haremos con él, con el club del barrio será un aliado, con la vecinal y prioritariamente con las estructuras municipales”, destacó también en otro mensaje que recordó el debate preelectoral.
Un discurso duro con su antecesor
El primer mensaje del gobernador Omar Perotti a las Cámaras recordó, en varios párrafos, a la letra de su campaña electoral y, en su tono, a la tensión que caracterizó la extensa transición santafesina, que terminó con un presupuesto votado por la Legislatura saliente y propuesto por el gobierno anterior, en sus últimos días de gestión.
Para el flamante mandatario lo ocurrido en ese capítulo fue de “gravedad institucional”. Dijo que “no ha ocurrido en ninguna provincia”
El texto que leyó el gobernador que había jurado unos minutos antes fue notablemente diferente del que improvisó el presidente Alberto Fernández, en el que tanto destacó su afecto personal y estima para con el gobernador socialista saliente Miguel Lifschitz, además de todos los elogios que dedicó al entrante Omar Perotti, de su partido.
El rafaelino se ocupó de señalar que recibe algo bastante peor que unos números preocupantes. Dijo que en la Provincia “la magnitud de la crisis nos obliga a estar codo a codo para demostrarles a los santafesinos que son nuestra prioridad”.
Más aún: usó un término que debe haberle dolido a los progresistas al sostener que su misión es “convertir” a Santa Fe en una provincia “moderna”, además de “ordenada”.
Tras recordar la “profunda crisis económica y social a nivel nacional”, dijo que los problemas en Santa Fe son “reales, graves y muchos”.
Aunque aseguró que no busca inscribir su discurso en las comodidades de la “pesada herencia” abundó sobre un testamento nada favorable por parte de su predecesor.
Dijo que la “emergencia” se expresa “no solo en una mala situación fiscal, sino con niveles de pobreza que avergüenzan en el país y en la provincia”. Alto desempleo, alta demanda alimentaria y emergencia en seguridad fueron los tres puntos salientes de ese diagnóstico. Entonces aseveró: “Hay que ordenar a Santa Fe en todo sentido”.
Tenés que leerTodas las fotos de la asunción de Omar PerottiEn octubre el resultado financiero deficitario “ascendía a $ 9.129 millones, como consecuencia que los gastos vienen creciendo en lo que va del año 9 puntos porcentuales más que los recursos”, lo que “implica una fuerte reversión con respecto al resultado del mismo periodo de 2018”.
Comparó enero-octubre de 2018 con igual período de este año y el resultado fiscal de la provincia “se deterioró un 316%”. Dijo que ninguna otra provincia argentina tiene “un deterioro de semejante magnitud”.
Y adelantó que “si consideramos que aún falta computar los meses de noviembre y diciembre, más el pago de aguinaldos, es fácil deducir que el déficit continuara creciendo de manera significativa”.
Aseguró que es “elevado” el nivel de deuda flotante, “hablando en criollo gastos realizados y no pagados”. Y prometió: “vamos a cuidar los recursos, vamos a gastar con prudencia. Vamos a eliminar las sospechas y hacer nuestra tarea a la luz del día”.
“No vamos a utilizar el tema de la pesada herencia como suele decirse. Nosotros sabemos que a las crisis no se las llora, a las crisis se las enfrenta y se las derrota. El pueblo santafesino si va a saber desde donde arrancamos, si va a saber cómo quedaron las cosas en esta provincia”.
La copia del discurso del gobernador que llegó a los periodistas contó con el gentilicio “santafesino”, escrito con “c”. Si bien es correcto su uso, en general sólo fuera de los límites de la bota se utiliza “santafecino”. Seguramente, un traspié del corrector automático.