“Él terminó durmiendo, ella en el Samco y en la comisaría” argumentó el Dr. Francisco Cecchini, de la Unidad Fiscal de San Javier, al pedir la prisión preventiva para Walter Diego M., acusado de haber golpeado a su mujer cuando volvían de la fiesta de egresados del más grande de los hijos que tienen en común.
Era de madrugada cuando la pareja caminaba por la vereda, rumbo a su casa. En la fiesta se habían desatado los celos, según el fiscal porque ella saludó a los policías que hacían “adicionales” en el evento, ya que forma parte de la fuerza. Sin embargo, la versión brindada por el abogado defensor Luis Carlos Rittiner es que diferentes familiares habrían “cargado” a su pupilo durante la cena, insinuando que pasaba algo con la moza que los atendía.
Más allá de las razones, lo cierto es que la mujer denunció que cuando se encontraba, junto a su pareja, en la calle Cacique Aletín, entre Rivadavia y Núñez y Burges, él le propinó una paliza. Le sacó el celular y lo arrojó a un baldío, la tomó del cuello y la arrastró y, cuando ya estaba en el suelo, le propinó patadas. Para la fiscalía, “le pegó todo lo que pudo”. Luego, llegaron a su hogar y, mientras él se acostó a dormir, ella lo intentó pero “no pudo por el dolor”.
Acudió a su madre, y a su hija de 17 años, que llamaron un remis. La hermana de la víctima la acompañó al Samco sanjavierino, donde se constataron diferentes lesiones en pies, piernas y rostro, y una fisura en el empeine de su pie derecho. Fue allí donde realizó la primer denuncia.
Una ruleta
La mujer “relató una situación de años de violencia constante” comentó Cecchini, que afirmó que “era el idioma que se hablaba en esa casa”, en la que ella fue víctima de “sometimiento por violencia física y psicológica”. Walter Diego M. fue imputado por “lesiones leves en contexto de violencia de género” y se solicitó la medida cautelar, que se trató este jueves en los tribunales santafesinos.
Ante la Jueza Sandra Valenti, el fiscal -acompañado por la Dra. Clelia Trossero, también del MPA- solicitó se aplique la prisión preventiva ya que “el contexto en el que el hecho ocurrió, y los antecedentes de violencia de género, nos colocan en una expectativa de pena de cumplimiento efectivo”.
En ese orden, el funcionario del MPA planteó que “la alarma que se nos prende ahora es por lesiones leves, pero no es la primera vez” que pasa, y aseguró que “el carácter de las lesiones -que sean graves o leves- es un ruleta”, ya que la víctima podría haber resultado con heridas de mayor complejidad.
Por último, expuso la necesidad de que los hijos de la pareja no tomen contacto con su padre hasta haber brindado su testimonio. Así como “debe cautelarse la integridad de la mujer”, es imperativa la “necesidad de que los chicos encuentren el momento y la paz para declarar” ya que son tan cercanos a la víctima como al imputado. Y finalizó diciendo que el hecho de que los hijos pudieran “ver al padre teniendo actitudes violentas con la madre también los convierte en víctimas”.
Zapatos de fiesta
El defensor, Luis Carlos Rittiner, discutió la solicitud de la prisión preventiva. Dijo que su pupilo no golpeó, sino que simplemente empujó, a su mujer y culpó a los “zapatos de fiesta” por la fisura en el empeine de la víctima, ya que una caída con tacos altos “podría provocar” dicha lesión.
“Cada pareja sabe cómo regula su vida interna” afirmó, mientras cuestionaba que la agresión se diera en un contexto de violencia de género, ya que en su opinión debería calificarse como “violencia intrafamiliar”. Sustentó sus argumentos en un hecho ocurrido hace varios años, en el que la víctima habría gatillado a Walter Diego M. con su arma reglamentaria, razón por la que se la pasó a disposición, para luego ser reintegrada a la fuerza policial.
Además, el abogado precisó que al ser una oficial, la víctima “tenía herramientas para romper el círculo de eventual violencia” que planteó el fiscal.
Por último, Rittiner aclaró que “los hijos son de ambos padres”, por lo que su defendido tiene el mismo derecho de contacto con los chicos, que posee la madre.
Acompañamiento psicológico
Luego de escuchar a las partes, la Jueza Sandra Valenti resolvió pasar la detención que venía sufriendo el imputado a prisión preventiva. Solicitó, además, el acompañamiento psicológico para los menores, que no podrán contactarse con su padre hasta que esté constatado por un profesional que su deseo no surge de presiones.
Luego de que se hayan tomado las declaraciones necesarias, podrá volver a discutirse la situación del imputado.