¿Santa Fe va a financiar a La Cámpora? Axel Kicillof no es estrictamente de esa agrupación, pero está claro que el gobernador de Buenos Aires, cuando dice que heredó plata para 30 días de gobierno -mentirá más o menos- no acusa a María Eugenia Vidal sino que advierte a Alberto Fernández: sin ayuda nacional esa provincia, y en particular el conurbano, puede llevar presiones populares a la rica capital federal, e incluso hasta la Plaza de Mayo si es necesario.
La vicepresidente no tiene la birome de la Casa Rosada, pero parada en un atril a medida desde La Matanza, dejó en claro que ese distrito -núcleo duro del kirchnerismo territorial- tiene un presupuesto de 10.000 millones de pesos mientras que “la rica” capital federal (base del PRO) administra 350 mil millones de pesos. Cristina extrapola números y funciones a discreción; mezcla todo como le da la gana. Pero en términos de realpolitik, formula una amenaza a la Casa Rosada.
La pelea real no es entre bandos de la grieta sino, en primer lugar, puertas adentro de una arquitectura de gobierno que pone a prueba la capacidad equilibrista de Alberto Fernández. ¿De qué se trata la pelea..? la respuesta simple es plata y poder, y para muestra basta un botón: el 16 de junio de 2016, la administración Macri redactó el DNU 797 que redistribuyó partidas del gobierno nacional a favor de la rica ciudad de Buenos Aires, por 100 mil millones de pesos (el dólar por entonces rondaba los $ 15).
Sin escribanía ni superpoderes, el macrismo pudo “repartirse” semejante suma a sola firma. Eso es lo que le exige Cristina a Alberto: plata a sola firma. Sólo falta el número, pero el marco legal se define en las leyes de emergencia que bajo la viscosa formulación de “solidaridad y reactivación productiva” comenzará a debatir el Congreso en las próximas horas.
He allí el predicamento del señor Perotti. ¿Cómo ordenará el gobernador los bienes santafesinos a preservar? El presidente dijo en la Legislatura, en su breve visita, que Santa Fe es una provincia rica que deberá ayudar a otras a desarrollarse.
Acto seguido se conoció un primer decreto presidencial que aumentó retenciones a exportaciones lácteas, cárnicas y de granos en un 30 % promedio. En gran medida esa es plata que sale de la economía de Santa Fe para ser administrada de forma excluyente desde el gobierno central. En particular es plata que sale de los bolsillos de esa provincia gringa, trabajadora, agrícola, ganadera e industrial con la que se identificó el gobernador para hacer pie con su promesa de despertar al gigante.
Tiene la administración provincial buena comunicación con Alberto Fernández y legisladores nacionales surgidos de su territorio. Pero sucede que en el Congreso mandan Cristina, Máximo, tal vez un poco Sergio Massa, y ninguno de ellos tiene por prioridad a Santa Fe. Por lo demás, la lista de candidatos hoy oficialistas fue manejada menos por Perotti que por condicionamiento kirhcnerista. Basta repasar los nombres para reconocer fidelidades.
Miguel Lifschitz se fue del gobierno provincial sin poder cobrar un centavo de la enorme deuda nacional con Santa Fe. ¿A cuánto asciende hoy? Pongamos $ 100 mil millones imaginando modestas actualizaciones. Perotti no va a tener esa plata; la solidaridad es un concepto humanista irreprochable, detrás del cual se esconde un sospechoso dispositivo kirchnerista que desconoce la meritocracia porque, en política, es más fácil igualar para abajo que promover progreso.
El presidente de la Nación, que prometió saldar la deuda con Santa Fe cuando estaba en campaña, debe demostrar ahora que puede hacer lo que Néstor no hizo: cumplir con su palabra. El ex presidente Kirchner (el kirchnerismo en pleno) todavía nos debe el puente a Santo Tomé como compensación de la inversión que los santafesinos hicimos en la autovía 19, por decisión del ingeniero Jorge Obeid.
Queda apenas por ahora el consuelo preventivo de la incierta administración de la Hidrovía en manos provinciales. Pero por mucha buena voluntad que se tenga a favor del federalismo, el curso del Paraná es un espacio nacional; si el nuevo contrato de concesión no mantiene profundidad de calado para navegabilidad de buques de gran porte a Santa Fe, el futuro administrador provincial de un organismo irremediablemente nacional sólo estará allí para recibir cuestionamientos.