En Santa Fe, las lluvias e inundaciones son un tema muy sensible para el colectivo social. A dos días de asumir, Emilio Jatón debió hacer frente a un evento extraordinario: más de 200 mm en menos de 24 horas.
En Santa Fe, las lluvias e inundaciones son un tema muy sensible para el colectivo social. A dos días de asumir, Emilio Jatón debió hacer frente a un evento extraordinario: más de 200 mm en menos de 24 horas.
Desde hace 12 años, la gestión de riesgo fue asumida como política de Estado, se han hecho obras y los desagües se limpian regularmente.
Pero no hay infraestructura urbana suficiente que pueda salir airosa ante semejante cantidad de agua caída. Muchos barrios se inundaron y hay familias evacuadas.
A primera hora del sábado, Jatón reunió a su equipo por primera vez. El escueto parte de prensa no cuenta de qué hablaron, qué planificaron, solo informa generalidades. ¿El alerta meteorológico que advertía desde temprano lluvias intensas habrá sido tema de conversación? ¿Planificaron las acciones coyunturales necesarias para mitigar el impacto? Si no fue así, se perdieron horas valiosas para revisar y limpiar los desagües más importantes. Por más que se realicen desobstrucciones periódicas por medio de licitaciones puntuales, esta tarea requiere atención especial ante pronósticos de lluvias intensas, horas antes de que comiencen. Se sabe que los ciudadanos no son absolutamente conscientes de la importancia que tienen los desagües en sus vidas cotidianas, que tiran botellas plásticas en la calle y no hacen un manejo responsable de sus residuos.
De todos modos, el Protocolo de Emergencias Climáticas, que coordina el propio intendente junto a los principales integrantes de su gabinete, se activó temprano y se implementaron medidas acordes a la situación extraordinaria: Jatón recorrió las estaciones de bombeo para verificar que las bombas estén sacando agua con eficiencia, se elaboró información adecuada para los medios de comunicación, se ordenó el trabajo de las cuadrillas de empleados municipales y, por la noche se habilitaron dos centros de evacuados, donde ya se alojan las primeras familias.
Para la ciudad, esto significa una gran lección aprendida. El gobierno cambió su conducción, pero quedó el legado de la gestión de riesgo como política de Estado.