José E. Bordón | [email protected]
El Gobierno aumentó las retenciones por decreto. Fuerte reacción de la dirigencia ruralista.
José E. Bordón | [email protected]
Creo que el campo lo sabía. La falta de dólares es la razón para que el campo pague más retenciones. De algún lugar tendrán que aparecer los recursos. Y era lo esperado, más allá que algunos quieran ver en esta decisión un reto al agro, el niño mimado de la gestión Macri. La medida anunciada cuando nacía el fin de semana deja aún varias dudas a la espera de nuevas definiciones o aclaraciones. Esas definiciones serán como la letra chica de un contrato. Y es donde el campo espera tener voz. De hecho, habrá una reunión de la nueva Mesa de Enlace con el equipo económico.
El decreto aseguró que “teniendo en cuenta la grave situación por la que atraviesan las finanzas públicas, resulta necesaria la adopción de urgentes medidas de carácter fiscal que permitan atender, al menos parcialmente, las erogaciones presupuestarias con recursos genuinos”. Lo concreto es que se eliminó el derecho de exportación de $ 4 por dólar exportado para llevarlo a una alícuota fija del 9%. Esta retención del 9% rige ahora para muchos productos de economías regionales (ejemplo: arroz, legumbres, maíz pisingallo), que antes tributaban la retención de $ 3 por dólar FOB exportado, equivalente a un 5%. Además, dentro de los productos con un 9% de retención se incluye a la carne y sus derivados, como así también a la leche en polvo. El decreto no incluye a la soja y sus subproductos, y tampoco al maíz y el trigo, que bajo el esquema actual quedarían con un 12% que contempla la última modificación de retenciones que se implementó en septiembre de 2018. La consecuencia es directa: esto dejaría a la soja con una retención del 30% (18% que ya tiene más un 12% ahora), pero además se especula con el regreso del diferencial arancelario entre la oleaginosa y los subproductos, que podría ser aclarado a partir de la próxima semana.
Las primeras reacciones fueron las esperadas. “Para los productores, la suba de retenciones no tiene un final feliz”, aseguró el presidente de Carbap, Matías De Velazco. En tanto, su par de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, señaló que “el impacto que va a tener el productor por la suba de las retenciones será muy grande”. De Velazco agregó: “Es una mala noticia. Ya se ha probado que la suba de las retenciones no tiene un final feliz. Argentina necesita producir y salir a vender. Con esto, el panorama no es nada alentador. Es una mala señal para la producción. Es una política muy poco inteligente. Ya se probó y fracasó. El país siempre pretende encontrar soluciones dando un manotazo al sector productivo. Pero para que un Estado esté equilibrado no solo hay que mirar sus ingresos sino también sus egresos. El Estado tiene que ser más eficiente y gastar menos. Nos gustaría que el Gobierno haga su ajuste. Lamentablemente, el ajuste siempre se le pide al sector productivo”, enfatizó.
Pelegrina admitió que “nos dijeron que nos iban a consultar y no fue así”. El viernes, en la sede de Carsfe, en esta capital, y con la presencia del presidente de CRA, Jorge Chemes, se habló todo el día del tema. Ignacio Mántaras, secretario de la entidad santafesina, aclaró que “hay que ver qué esquema de retenciones se termina aplicando. Estimamos que Alberto Fernández no quiere un conflicto con el campo. Habrá un retoque, es cierto, pero no exagerado”, apuntó, señaló a este diario.
Completando la grilla de quejas, Carlos Iannizzotto, titular de Coninagro escribió en su Twitter: “Estamos sorprendidos por la forma inconsulta y por el contenido, porque es una medida aislada, sin saber qué va a suceder con el financiamiento y las otras variables de la economía. Estas medidas atentan contra la inversión, la producción, el trabajo y el empleo”, subrayó. Ahora hay que aguardar cómo decanta el anuncio.