“Quería tanto estar en Colón”. Esa fue la frase más repetida en la Cumbre de este miércoles en la casa/oficina de José Néstor Vignatti. El que la dijo, emocionado, varias veces es Diego Mario Francisco Osella, el nuevo entrenador profesional del plantel sabalero por un año.
Se vino solito, en dos horas y pico de auto, desde Acebal —Departamento Rosario—, una localidad conocida como “Capital Provincial de la Poesía”. Justo Osella, el que escribió versos de amor con Colón en su primer paso. Claro que esa vez, como casi nunca pasa, el muchachito de la historia no pudo tener un final feliz y se comió un descenso que era de otros.
Volvió a volver. Hay una frase insignia que sólo conocen sus amigos: “Yo me volvía en el Duna y pegué la vuelta cuando me llamó Sensini”.
Claro que para conocer esa parte del relato hay que remontarse al 21 de febrero de 2012. Es día, luego de All Boys, Mario Sciacqua presentaba la renuncia al cargo de entrenador. Se iba llorando Marito, más hincha que muchos. A su lado, Gabriel Omar Batistuta como secretario técnico. No hace falta decirlo o recordarlo: eran tiempos de Germán Lerche en Colón.
“Lo hablamos con el cuerpo técnico, es lo mejor para Colón”, decía Marito. Y el “Loco” Diego Osella estaba en el combo: lo trajo Sciacqua de esos años lindos con “Lepra” en el Parque Independencia. Sin tiempo que perder, con el famoso “rey muerto... rey puesto”, Batistuta designó a Roberto Sensini. Y fue “Boquita” el que le pidió a Diego Osella que se quedara en el comando técnico. El ahora DT, junto a Ricardo Johansen y el “Pitufo” Marcelo Grioni, fueron los laderos de Sensini.
El segundo capítulo lo escribe Diego a finales del 2013, con un Colón saqueado por la Falsa Pertenencia y sin futbolistas: los ex jugadores Eduardo “Lalo” Vega y el “Bicho” Víctor Francisco Godano —los plomeros del Titanic que dejó Lerche— le dan la responsabilidad de ir por el milagro, algo que se acarició el día de la epopeya contra Olimpo en casa pero que no pudo ser en el desempate del descenso en la cancha de Rosario Central frente a Atlético de Rafaela.
Ese “casi milagro” (llegó a pelear el campeonato con todos pibes) le dio la chance para dirigir a Colón en la “B”, donde lo dejó al equipo encaminado para la vuelta a Primera. En total dirigió al Colón en 38 partidos —se computan dos de Copa Argentina—: 15 victorias, 10 derrotas y 13 empates. Festejó 36 goles, sufrió 28 y sumó el 50,87 % de los puntos en juego.
Olimpo de Bahía Blanca (2015/2016), Newell‘s Old Boys de Rosario (2016/2017), San Luis de Quillota de Chile (2018), Belgrano de Córdoba (2018/2019) y Melgar de Perú (2019) fueron sus próximos destinos una vez que dejó Colón. Ahora, el “Loco” está de vuelta.
Con el “no” de Ramón Díaz del martes (“Si no surgía lo de Libertad de Paraguay, estábamos cerca”, dijo una fuente sabalera a El Litoral), siempre Ferraro, Vignatti y los dirigentes tuvieron en claro que “era Diego Osella la mejor de las opciones”.
El mismo José lo llamó el martes a la noche y el miércoles se juntaron. “El contrato lo arregló él, a la vieja escuela: mano a mano, sin representante ni intermediario”. Se vino solito en auto, desde Acebal. Pidió cinco refuerzos (ver aparte), “bajó” la pretemporada que estaba casi contratada en Salta y buscó la manera de empezar a trabajar antes con el plantel, los últimos días de diciembre y no el 3 de enero. “Hay muchos jugadores en el exterior con sus familias, no podemos cambiar sobre la marcha”, le explicó “Pancho” Ferraro y Osella lo entendió.
Su amigo, Eduardo Vega (ex jugador, médico y presidente de Colón), no estaba ayer en Santa Fe para darle un abrazo: “Lalo” fue clave cuando Osella fue designado DT haces seis años.
Siempre “le tiró” Colón al “Loco”: vivió todos estos años esperando el llamado que llegó el martes a la noche de parte de Vignatti. Acá tiene casa, acá juega su hijo en la cuarta de AFA sabalera, acá dejó muchos amigos.
Esta vez, Diego Osella no agarra el Titanic como en el 2013 pero tampoco este Colón 2019 que hereda es Clase Oasis de Royal Caribbean en el mejor de los mares del mundo. Está claro que el nombre, como pocos, generó simpatía y cariño en el hincha de Colón.
Está de vuelta Osella, el que “quería estar tanto en Colón”, como él mismo dijo más de una vez en la reunión final con Vignatti.