El 4 de diciembre vio la luz “Corazón en bandeja de té”, que se convirtió así en el más reciente single del santafesino Patricio Arellano, anticipo de un futuro quinto álbum (sucesor de “El único”,” Un león”, “Romeo” y “Nuevo sol”). En el medio, participará en “Un estreno y un velorio”, la comedia encabezada por Flavio Mendoza en Villa Carlos Paz, que estrena el 25 de diciembre en el Teatro Luxor.
De todo esto aprovechó El Litoral para hablar con Patricio durante su última visita a su ciudad natal.
—Contanos un poco sobre el último single.
—Esta canción se llama “Corazón en bandeja de té”, es una canción súper pop, con un ritmo bien uptempo, bien alegre; te deja una sensación positiva, por eso tenía ganas de lanzarla en esta época del año. Además si bien habla de un amor no correspondido y la superación frente a eso, lo hace desde un lugar súper optimista y hasta con humor, lo cual es nuevo para mí dentro de mi estilo.
—Tomarlo de esa manera optimista.
—Es como: “No funcionó pero me chupa un huevo”, esa es la sinopsis. Estoy muy contento: primero porque es una canción que la tengo archivada desde hace muchos años, no es que la escribí para lanzarla ahora. Por algún motivo no entró en el primer disco, en el segundo, en el tercero, en el cuarto. “¿Cuándo la voy a sacar?”. No combinaba con el resto de las canciones. Era porque tenía que ser así, hija única, y salir solita al mundo.
Fue como una explosión cuando salió en las redes sociales. Cada vez que lanzo una canción tiene una repercusión distinta, en este caso mi teléfono explotó: Instagram, Twitter, YouTube. Tanto tiempo esperando que salga a la luz, y ver esta repercusión, la devolución de la gente, y saber que gustó está buenísimo.
—Sale como hija única. ¿Puede ser cabeza de un próximo material?
—Sin dudas. Hace un tiempo que no estoy tan enfocado en grabar discos; mi último disco fue en en 2017, hace casi dos años y medio, y hoy no es tan redituable encerrarte durante ocho o diez meses en un estudio a grabar un disco para lanzarlo y que la gente en un minuto se lo descargue, se lo morfen en cuestión de días y pase a ser algo viejo. Porque hoy vence muy rápido. Entonces estoy mucho más enfocado en lanzar singles cada tanto, y tomarme cada uno de ellos como un disco en sí mismo; y darle toda una infraestructura al lanzamiento.
Así lancé dos en cuestión de un año: hice “Me pasó otra vez” el año pasado, que tiene un videoclip hecho en Madrid; otro que se llamó “Ser mejor”; y ahora “Corazón en bandeja de té”. Son una especie de anticipo de lo que va a ser el día de mañana mi quinto álbum.
—Llegás al álbum terminando el recorrido de un montón de canciones.
—Sí, obviamente después el álbum después va a tener otras canciones inéditas. Pero la idea es armarme un buen compiladito de singles para ir formando lo que va a ser mi quinto álbum, que si Dios quiere por ahí sale en 2020.
—Es un poco por donde va la industria.
—Es que todo va cambiando muy rápido, y uno como artista tiene que estar aggiornado y atento a esos cambios para mantenerte vigente.
—¿Cómo se hace para estar prendido y seguir ese ritmo?
—Creo que el punto está en estar despierto, muy atento a lo que está pasando, a lo que se escucha, a mecanismos y plataformas nuevas, a cómo responde la gente. Estar atento a la moda, con la salvedad de que eso no te lleve a perder tu esencia por querer formar parte de una movida, una moda. Trato de mantener el equilibrio: sí, transo con algunas cosas, trato de estar atento a lo que se escucha, pero trato de mantener mi estilo: estoy hasta las pelotas de que la gente me pregunte: “¿Cuándo vas a sacar un reggaetón?”. Y la verdad es que no me nace; y capaz que si lo hiciera estaría buenísimo, y no digo que no lo haga nunca. Lo voy a hacer cuando me resulte espontáneo.
Aparte soy muy inquieto artísticamente, naturalmente soy muy curioso y fui transitando diferentes géneros: en mis discos vas a encontrar baladas, temas electrónicos, hay un rock súper pesado en mi tercer disco que se llama “Máquina sexual”; hay una bachata en “Romeo”. Puede ser que lo transite al género, pero cuando surja espontáneamente.
—¿Cómo viene el día a día de ir presentando este trabajo?
—Siendo un artista independiente implica mucho trabajo artesanal, a pulmón, y un trabajo muy personalizado. No es que esté solo, tengo un equipo que me acompaña, pero aun así soy yo el líder de todo esto; no es una megacompañía que está detrás mío. Por suerte si bien implica mucho esfuerzo todo está dando sus frutos. Este año fue maratónico en cuanto a la cantidad de viajes que hice: se empezaron a abrir las puertas en el exterior y de repente hice tres shows en México; viajé cuatro veces a Madrid en 2019; canté en Nueva York con Karina, la Princesita; dos veces en Buenos Aires; y ahora volví de una manera inesperada.
Estaba casi decidido a quedarme a vivir en México, pero recibí el llamado de Flavio Mendoza para formar parte de su nuevo proyecto para la temporada en Villa Carlos Paz. Me volví porque Flavio siempre me da un lugar de privilegio en sus espectáculos: ya había hecho “Franciscus” en 2016, y “Extravaganza Tango” en 2017. Siempre me sentí muy cómodo, es una persona que admiro muchísimo, y no me quería perder esta muy linda propuesta. Se juntó a un grupo magnífico: Betiana Blum, Daniel Aráoz, Nico Scarpino, Georgina Barbarossa. Son todos grandes y quería formar parte de eso.
—¿En qué consiste el espectáculo y cómo te acoplás vos?
—A diferencia de todos espectáculos de Flavio, esta es una obra de teatro. Flavio no puede dejar de lado su marca registrada, y se encargó de que en esta comedia escrita por Marcos Carnevale haya cuadros musicales también, donde la gente pueda ver lo que lo caracteriza a Flavio: la música, el baile, la acrobacia, lo circense. Pero por primera vez vamos a hacer una comedia súper disparatada, tiene momentos desopilantes, creo que la gente se va a morir de la risa, y aparte van a encontrar toda la maravilla de Flavio y su cosa acrobática, circense, qué es fantástica.
—Eso te va a implicar un lugar más de actor que de cantante en este caso.
—Por suerte hago las dos cosas. En un momento me habían convocado únicamente como cantante, para participar de estos cuadros musicales, y después decidieron darme un personaje dentro de la obra: estoy todo el tiempo interactuando más que nada con Georgina y Betiana. Y voy a estar cantando los cuadros musicales que están buenísimos.
—¿Por qué pensabas radicarte en México?
—Porque la verdad es que este año me fue muy bien ahí; me fui por primera vez en marzo, no había estado nunca. Fui con un poco no de temor pero de duda: “¿Cuánta gente va a querer ir a verme a un show? Soy nuevo acá”. Y sin embargo en el primer show se agotaron las entradas. Todo tiene que ver con lo que hice en televisión para México: el 2008 hice “La maga” y “El camino dorado”; después “Sueña conmigo”, con una protagonista mexicana, Eiza González, que ahora es una actriz de Hollywood.
Gracias a eso me conocían un poco, lo venía testeando en las redes sociales, pero aun así me sorprendió, y me di cuenta de que México es una plataforma increíble para los músicos y para los artistas en general: hay mucho laburo, se pueden hacer muchas cosas.
—¿Qué te da esa internacionalidad, que guste la música en diferentes países?
—Creo que tiene que ver con el fenómeno de las redes sociales y del mundo virtual, del cual me he encargado personalmente de hacerlo crecer. Mi viejo (Darío Arellano) siempre dice que fui un pionero, porque abrí mi canal de YouTube en 2007, éramos pocos. Me di cuenta de que era una plataforma fantástica, dije: “Esto es para mí, por fin tengo un lugar donde mostrarme cantando, poder expresarme artísticamente”. Le fui dando forma, lo fui cuidando, subiendo material constantemente; y hoy por hoy el canal tiene cuatro millones de reproducciones. Pero gracias a eso, a que me encargué de que crezca, de que tenga material renovado.
Soy naturalmente inquieto, y me encargué de que mi música llegue no solamente al público argentino, sino también a Colombia, a México, dos lugares que terminé visitando, como España; hice una gira hace unos años en Polonia, terminé cantando en Varsovia, Cracovia. Lo más lindo para mí de esta aventura musical es poder viajar, conquistar nuevos públicos.
—Sí, es la magia de lo virtual, porque ahí mis discos no han sido editados; pero como hoy el disco físico no tiene tanto valor, lo escuchan en cualquier plataforma en cualquier lugar del mundo.
—Obviamente hacer temporada en Carlos Paz te implica parar con el resto de la actividad. ¿Cómo pensás retomarla en 2020?
—Si bien soy cantante, y estoy súper dedicado a mi carrera, también soy actor, y trabajé mucho como actor. Siento que cuando me dedico mucho a la actuación desatiendo mi carrera como cantante; y cuando me la paso cantando no puedo tomar compromisos como actor.
Todo el año pasado hice “El violinista en el tejado” con Raúl Lavié: eso implicó que no pude hacer shows, hice solamente uno a principio de año y otro cuando terminó la obra. Pero no podía perderme la oportunidad de estar con Lavié en semejante clásico musical. Ahora pasará lo mismo, supongo que no voy a poder hacer shows porque vamos a hacer funciones de martes a domingo, dos por día, hasta marzo.
—Sí, se sabe: todo lo que lleva Flavio a Carlos Paz siempre es un megaéxito: la gente lo quiere ver a él y sabe que es una garantía de excelencia.
—¿Cómo se aguanta hasta en lo físico ese ritmo?
—Estoy un poco entrenado para eso: hice obras que duraban en cartel largo tiempo, como “El violinista...”, “El graduado” duró nueve meses, con Nacha Guevara; “Franciscus” también duró nueve. Es cansador, y hay que cuidar el cuerpo: dormir, no trasnochar, alimentarte bien. Por suerte soy naturalmente una persona sana y estoy preparado para ese ritmo; me gusta ese desafío.
—El musical es un género que siempre te gustó, si surge una oportunidad vas a decir que sí. La faceta de cantante es más personal, seguramente no lo descuidarás demasiado.
—Mi carrera musical es un proyecto personal: es como una empresa en la que soy el jefe; y es como mi bebé, mi producto, donde puedo expresarme tal cual soy, no hay personajes. Pero cada tanto está bueno relajarte y saber que hay otros que se encargan de vos, y no tener que ser vos todo el tiempo, y jugar a ser otra persona en un espectáculo, una obra de teatro. Y que además te paguen para jugar.