Durante la tarde del jueves autores ignorados entraron al Club Peñaloza (ubicado en Regis Martínez al 3800) donde provocaron destrozos y sustrajeron elementos en la parte de vestuarios.
Durante la tarde del jueves autores ignorados entraron al Club Peñaloza (ubicado en Regis Martínez al 3800) donde provocaron destrozos y sustrajeron elementos en la parte de vestuarios.
El siniestro (el primero del año) es un duro golpe para esta tradicional entidad de barrio Schneider que ya durante 2019 fue azotada con siete robos.
Esta vez los amigos de lo ajeno violentaron dos puertas de los vestuarios (una que da al predio y la restante que comunica con la cancha) y sustrajeron unas diez butacas que recientemente habían sido adquiridas para el equipo local.
La llegada de un muchacho para comenzar con los entrenamientos puso en fuga a los delincuentes que se vieron obligados a dejar preparada una bomba centrífuga que se usa para el riego de la cancha.
“Es muy duro todo esto que nos está pasando. El año pasado nos robaron 7 veces y ahora ya sufrimos el primer hecho de este año”, reflexionó con amargura Mauro Córdoba, presidente de la institución.
“Nosotros tenemos un casero que hace las veces de guardia. Pero justo ahora se ausentó por un accidente y bueno, los cacos aprovecharon para golpear. La zona donde está el club se ha puesto peligrosa. Encima la tormenta nos tumbó un tejido perimetral y hemos quedado en parte desprotegidos. Tenemos asentamientos irregulares que están junto a la vía, y desde entonces los robos se han multiplicado.
Por último el dirigente señaló que “acá todo se hace con mucho esfuerzo. Pero así no se puede seguir. La idea es poner una alarma comunitaria o algo que frene todo esto”, culminó.