El gobernador Omar Perotti tropezó con su ley de megaemergencia en la Cámara de Diputados y fue la Legislatura la que le atenuó los alcances de la ley impositiva 2020. La Casa Gris deberá darse una estrategia de negociación con la Cámara Baja si pretende tener algunos instrumentos legales para llevar adelante políticas públicas. Ensayó el camino del diálogo con el Senado y le permitió que el bloque mayoritario del justicialismo le votara los tres mensajes que enviara para Extraordinarias, eso sí podando muchos artículos del proyecto sobre megaemergencias que luego fuera rechazado en la Cámara Baja con el voto del Frente Progresista y de otras fuerzas políticas.
Alguna vez, el entonces gobernador Miguel Lifschitz admitió que cuando necesitaba hablar sobre leyes que se discutían en el Senado de la Nación el canal de diálogo era Perotti por sobre María de los Angeles Sacnun y Carlos Reutemann. Ambos fueron intendentes de sus ciudades pero el buen trato que se dispensaron pareció romperse cuando el rafaelino fue elegido gobernador y despojó al Frente Progresista de la gobernación que durante tres mandatos constitucionales ejercieron dirigentes socialistas.
En la extensa transición hubo apenas dos reuniones, sin fotos oficiales. Acordaron que el proyecto de Presupuesto 2020 lo elaboraría la nueva gestión pero las cámaras legislativas desobedecieron ese acuerdo e instaron a la gestión saliente que lo presente en los términos constitucionales. La historia reciente dice que el Senado le dio rápida media sanción y que en Diputados hubo cambios introducidos a pedido de Perotti, quien luego tuvo duras apreciaciones sobre la sanción de la norma en su discurso de asunción en el cargo.
Antes del Presupuesto, hubo un intento de allegados a Perotti de apurar la reforma constitucional e incluso de desplazar a Lifschitz de la futura presidencia de la Cámara. Fueron momentos de tensión que obligaron al Frente a contar y recontar los votos para evitar la media sanción de la reforma. El socialista jugó a fondo ante tentaciones que tuvieron legisladores frentistas y de otros sectores políticos para alcanzar los dos tercios de los votos necesarios.
Con Presupuesto y sin reforma constitucional llegaron al cambio institucional. Perotti cuestionó duramente al gobierno saliente con Lifschitz sentado a dos metros. En Casa Gris hubo transmisión de atributos de mando con ánimos muy diferentes.
Enseguida las revisiones ordenadas por Perotti sobre de decretos de Lifschitz y casi en Navidad los mensajes, entre ellos el de megaemergencia en varias materias. En el último fin de semana del 2019, varios funcionarios de gabinete de Perotti se encargaron de cuestionar duramente la gestión saliente y el lunes, el Frente dobló la apuesta y directamente rechazó el mensaje sobre las emergencias. Fue un extenso debate y utilizando argumentos jurídicos y políticos en la defensa de la gestión saliente a cargo, especialmente, del ex ministro de Gobierno, Pablo Farías. La Casa Gris promete insistir desde febrero con la temática aunque previamente deberá abrir canales de diálogo con el Frente Progresista. Los ataques en este primer mes de gestión no hicieron más que abroquelar a socialistas, radicales y socios menores de la alianza. Fisurarlos no parece fácil, pero tampoco el justicialismo ha logrado sumar demasiados aliados en el archipiélago de bloques menores que tiene la nueva Cámara de Diputados. En la Cámara Baja, Juntos por el Cambio y Somos Vida aprovecharon la alianza justicialista - frentista para votar la reforma tributaria, para hablar del impuestazo aplicado a los santafesinos, ese que será real en semanas más cuando empiecen a llegar las boletas de Inmobiliario, Patente o cuando cerealeras y bancos empiecen a trasladar a clientes la suba de Ingresos Brutos presentada por el oficialismo como una medida progresista para cobrarle a los que más ganaron con el modelo macrista.