En 2019-2020 los productores de los 12 departamentos del centro norte santafesino sembraron 378 mil hectáreas con trigo, casi 20 mil más que en la campaña anterior. Gastaron más en el paquete tecnológico e incorporaron rindes gracias al buen clima. ¿Volverán a hacerlo en la próxima campaña sabiendo que subió la presión fiscal nacional, provincial y municipal?
Un informe del Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe -en base a dos casos testigo- reveló que los productores sin embargo obtuvieron márgenes brutos inferiores por menores precios del producto, mientras que al mismo tiempo subieron los impuestos y retenciones.
Así por ejemplo, un campo propio en el departamento Las Colonias generó un margen bruto de U$ S 121 por hectárea (27,8% sobre el capital invertido). Con menor tecnología invertida pero también en campo propio, el resultado de un caso en General Obligado dejó un margen bruto de U$ S 98,7 por hectárea, (28,4% sobre el total de erogaciones).
El informe no considera el componente impositivo en los márgenes de los productores, pero recuerda que la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), estimó una participación de los impuestos sobre la renta agrícola del 52,8% para el caso del cultivo de trigo en la provincia de Santa Fe, considerando el esquema actual de los derechos de exportación que es del 12%.
A diferencia de lo que sucede con el informe de la Sociedad Rural Argentina, este cálculo no contabiliza tampoco el resto de los impuestos que un productor paga como “ciudadano común” cuando hace uso de la renta que le queda.
El escaso margen y la indefinición sobre los aumentos “posibles” de retenciones, autorizados en la ley de “solidaridad”, abren el interrogante sobre intenciones de siembra y rentabilidades para las próximas campañas, en las que el buen clima observado en 2019-2020 no está garantizado.