El presidente de Colombia, Iván Duque, al hacer un balance del año 2019 en materia de seguridad, celebró que los secuestros descendieran un 48% y los homicidios se redujeran en un 1%, una de las tasas más bajas desde 1974, así como que se hayan destruido 100.000 hectáreas de cultivos ilícitos.
Secundado por algunos miembros de su gabinete, como los ministros de Interior, Justicia y Defensa, y parte de la cúpula militar, subrayó el jueves por la noche en rueda de prensa que la tasa de secuestros es "la más baja" de la historia desde que se dispone de indicadores que miden este tipo de delitos.
"Esto es un logro de Colombia y nos tiene que motivar a que cada año seamos mejores en estos resultados", manifestó el mandatario al repasar otros datos, como el descenso en un 6% de los hurtos en residencias y en un 2% en comercios.
En cuanto a las cifras relacionadas con la erradicación de los cultivos de coca, reconoció que no se trata de un problema sencillo, pues el gobierno se ha tenido que enfrentar al "reto de la resiembra".
No obstante el gobernante conservador se mostró firme en su objetivo de reducir en un 50% las zonas con cultivos de estas características para los próximos tres años, citaron medios locales y la agencia de noticias Europa Press.
En relación al crimen organizado, aseguró que las guerrillas y los paramilitares "están bajo el acecho" de las autoridades, y elogió el descenso de los ataques a infraestructuras estratégicas, como oleoductos y torres eléctricas.
En el momento de abordar la situación del problema de los asesinatos a líderes campesinos y sindicales de las regiones rurales, el fiscal Fabio Espitia aseguró que habían descendido en un 25% en 2019.
Si bien admitió que para este año "quedan tareas pendientes de mejora", recalcó que los asesinatos cometidos contra antiguos miembros de las FARC reintegrados en la sociedad son también prioridad para el gobierno.
Según datos de la ONU, al menos 303 líderes sociales y defensores de los Derechos Humanos y 173 antiguos guerrilleros de las FARC han sido asesinados desde la firma en 2016 del acuerdo de paz.
Del total, 86 y 77 murieron en 2019, respectivamente.