Renée Zellweger, conocida por su interpretación de Bridget Jones, es la protagonista de “Judy”, film que llegará a los cines argentinos a principios de febrero. Se trata de una coproducción inglesa-norteamericana financiada en parte por la BBC y la 20th Century Fox, que recrea el paso de la actriz y cantante Judy Garland por Londres en 1968 para brindar una serie de conciertos y rememora algunos de los hechos que determinaron su traumático paso por Hollywood. Esta novedad cinematográfica, que le otorgó a Zellweger varias nominaciones a premios internacionales, sirve de punto de partida para repasar algunas grandes películas biográficas con personajes centrales femeninos.
“La pasión de Juana de Arco” (1928): Filmada apenas ocho años después de que Juana de Arco fuera canonizada, esta película está considerado como la obra maestra de Carl Theodor Dreyer, uno de los pioneros del cine. No solo por la intensidad con que está narrada la historia, sino por el uso novedoso que hace de los primeros planos. La actriz protagónica, Renée Falconetti, casi no volvió a trabajar en el cine, pero su rostro sufriente se convirtió en ícono.
“Queen Christina” (1933): Greta Garbo es una leyenda del cine. Y gran parte de ese estatus lo obtuvo por esta película dirigida por Rouben Mamoulian, en la que interpreta a la mujer que se hizo cargo de Suecia tras la muerte de su padre en la Guerra de los Treinta Años. La excelente dirección artística, las sólidas actuaciones de John Gilbert y de Ian Keith y el interés creciente de la trama garantizan el espectáculo. Todo lo demás, le pertenece a la Garbo.
“El ocaso de una estrella” (1972): La cantante Billie Holiday tuvo una vida tan turbulenta como efímera: falleció a los 44 años destrozada por las drogas. Pero dejó un legado grande, siendo para muchos una de las tres voces femeninas más importantes del jazz. Sidney J. Furie dirigió a principios de los ‘70 esta notable película sobre su vida que tiene como protagonista a Diana Ross, quien fue nominada al Oscar y obtuvo un fuerte empuje a su carrera.
“Tina” (1993): Angela Bassett quedó cerca del Oscar por este biopic de Tina Turner desde que arrancó junto al músico Ike Turner hasta que finalmente lo dejó tras sufrir violencia y malos tratos. Dirigida por Brian Gibson, la película es atractiva en sus apartados técnicos y la banda sonora es brillante (no podía ser menos), pero son sus intérpretes, en especial Laurence Fishburne quienes la mantienen viva a un cuarto de siglo de su estreno.
“Erin Brockovich” (2000): En los ‘90, tras “Mujer bonita”, Julia Roberts parecía haber quedado encasillada en las comedias románticas, pero en este film de Steven Soderbergh demostró sus dotes para otorgarle a sus personajes la hondura dramática adecuada. A través de una mujer que emprende la lucha contra una corporación industrial que contamina, el director hace una mullida crítica al poder, pero sobre todo describe el valor del autoconocimiento y el afán de progresar.
“La dama de hierro” (2011): El papel que le abrió el camino a Meryl Streep para su tercer Oscar fue el de la primer ministra británica Margaret Thatcher, fallecida en 2013. El profundo estudio del personaje que hizo la actriz le permitió captar los gestos, pero también introducirse en la psicología de una dama que se tuvo que revestir con una “coraza de hierro” para poder abrirse camino en un mundo dominado por los varones y alcanzar el lugar de mayor poder.
“Jackie” (2016): Esta película focalizada en la figura de la ex primera dama estadounidense Jackie Kennedy pone énfasis en los días que siguieron a la muerte de su marido, en noviembre de 1963. Tiene un esquema narrativo ingenioso y una puesta en escena interesantísima. Pero todo esto le funciona bien al director Pablo Larraín (el creador de “Neruda”) por la actuación de Natalie Portman, que muestra tanto el desgarro de su personaje como su ambigua relación con los hechos.