La titular del FMI brindó en Washington otra señal de cercanía con el gobierno de Alberto Fernández. “Hemos tenido interacciones muy constructivas hasta ahora con el nuevo liderazgo en la Argentina”, dijo Kristalina Georgieva, durante un evento en el Instituto Peterson de Economía Internacional, un centro de investigaciones de Washington.
La Argentina debe hacer frente a vencimientos por unos US$ 40.000 millones este año, que el gobierno buscará refinanciar al menos hasta 2022. La deuda externa total de la Argentina ronda los US$ 330.000 millones, alrededor del 75% de Producto Bruto estimado para el 2019.
“Estamos buscando hacer lo que podamos para ayudar a Argentina”, indicó la titular del FMI, al formular declaraciones desde Davos, Suiza, donde se realiza la reunión del Foro Económico Mundial al que no concurrirá ningún funcionario del Ministerio de Economía, pero sí el presidente de YPF, Guillermo Nielsen.
La titular del FMI señaló: “Estamos de acuerdo con la necesidad de restaurar la economía y abordar el aumento de la pobreza, que ha afectado negativamente a muchos argentinos”. Sólo al FMI el país debe unos U$ S 44.000 millones, luego de que el Gobierno del ex presidente Mauricio Macri acordó en 2018 una línea de crédito por 57.000 millones de esa moneda, en uno de los momentos pico de la crisis económica en la que continúa sumida el país.
“Hablé con el presidente (Fernández), con el ministro de Finanzas (el ministro de Economía, Martín Guzmán) y ahora el equipo trabajando sobre Argentina mantiene un contacto cercano” con el Gobierno, señaló Georgieva.
La semana pasada, Guzmán señaló que el Gobierno estaba trabajando sin pausa para resolver la crisis de deuda soberana de Argentina. El país actualmente se encuentra en recesión; el pasado año registró su inflación anual más alta en 28 años -53,8%- y la moneda se depreció fuerte desde el 2018.
La declaración de Georgieva convalida los adelantos del presidente Fernández la semana pasada, cuando señaló que “está todo bien, todo encaminado. Es una negociación y, por lo tanto, hay poco para hablar”, explicó en su momento el mandatario argentino.
Las palabras del Presidente fueron expresadas a periodistas acreditados en la Casa de Gobierno en el Salón de los Bustos. “Estamos trabajando sin pausa para resolver la crisis de deuda pública externa, consecuencia del fracaso de un modelo irresponsable que no funcionó en ningún país del mundo y que nos dejó rehenes de los mercados financieros internacionales” sostuvo por entonces el ministro Guzmán.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, viajará a fin de mes a Nueva York para participar de una reunión del Consejo de las Américas, donde expondrá sobre la política económica ante inversores, banqueros y bonistas.
Según indicaron fuentes del Palacio de Hacienda, no está previsto que el ministro pase por Washington, lugar en el que tiene su sede el FMI. Será el primer viaje de Guzmán a una de las capitales financieras más importantes.
Presentará los lineamentos del programa económico, en un escenario de gran expectativas sobre cómo la Argentina buscará renegociar su abultada deuda. Guzmán irá a Estados Unidos antes de visitar el Vaticano, donde el 5 de febrero próximo participará de un seminario de economía en el que también expondrá la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
>>> El pragmático y la populista
El semanario británico The Economist destacó que el Gobierno argentino “actuó con rapidez” ante la crisis, pero advirtió que le falta un “plan” para aplicar tras la emergencia económica y “renegociar la deuda externa”.
La publicación define a Alberto Fernández como “un pragmático moderado”, pero recuerda que aún no presentó su plan de largo plazo, porque “tiene que negociar no sólo con los acreedores, sino también con su vicepresidenta, Cristina Kirchner, una “populista de izquierda”.
Subraya que el Gobierno “actuó con rapidez y, en perfecto opuesto a la política del gobierno de Mauricio Macri presentó una política fiscal dura con una política monetaria blanda, pero aún no dijo cómo manejará la deuda”.
Reconoce que Fernández “heredó una situación económica complicada” y considera que con la aprobación de la ley de emergencia y los controles cambiario ‘logró una relativa tranquilidad de la temporada estival y pudo ganar tiempo”.
El artículo alerta que el Gobierno “navega por un estrecho corredor” y advierte que si los controles fiscales y al dólar se prolongan, “se acumularán distorsiones y presiones, como sucedió en los gobiernos de Cristina Kirchner.
The Economist califica a la política monetaria del Banco Central como “opaca”, porque “dice que tiene intención de mantener tasas de interés positivas y evitar el excesivo crédito al gobierno, pero en la práctica está llevando las tasas a territorio negativo”. Al criticar la emisión monetaria, recuerda el artículo a “un economista que trabajó en un anterior gobierno peronista”, según el cual el Central se convirtió en “la imprenta del gobierno”. “La duda es si eso servirá para reavivar el consumo, como cree el Gobierno, o ampliar la brecha cambiaria y avivar la inflación”, añade la publicación.