El golpe de calor afecta a los animales más de lo que se cree. El aumento de la temperatura corporal puede provocar desde incomodidad hasta la muerte.
El golpe de calor afecta a los animales más de lo que se cree. El aumento de la temperatura corporal puede provocar desde incomodidad hasta la muerte.
Cuando se observa al animal poco activo con una temperatura corporal alta, encías y orejas enrojecidas, hay que prestar atención.
Cianosis: La piel adquiere un tono azulado derivado de una falta de oxigenación de la sangre.
Tambaleo, temblores musculares, decaimiento considerable de sus fuerzas.
Temperatura corporal elevada por encima de los 42ºC -la normal está sobre los 38ºC y los 39ºC.
Jadeo pronunciado, problemas para respirar.
Los signos de estrés calórico pueden ser aumento de frecuencia respiratoria, hipertermia (temperatura mayor a 38,5°C), menor consumo de alimentos, problemas digestivos, inmunodepresión y problemas digestivos. El aumento de la frecuencia respiratoria y la hipertermia pueden ser los mejores indicadores fisiológicos o signos clínicos para saber si el animal está sufriendo un golpe de calor.
Para evitarlo, es importante que siempre tengan agua fresca y limpia para que no se deshidraten. También se recomienda realizar paseos cuando la temperatura es más baja, aunque en estos días es complicado.
Siempre tener agua fresca y limpia.
Evitar los paseos en horarios de pleno sol.
En caso notar estos síntomas se puede refrescar la cabeza del animal con un poco de agua no muy fría (produce vasoconstricción y hace perder menos calor).
Humedecerle la boca.
No debemos envolver o cubrir al animal con toallas porque el calor permanece en vez de salir.
No utilizar agua completamente helada para bajarle la temperatura porque podemos provocarle daños en el cerebro.
Si ya hemos conseguido que el animal baje de los 42ºC, no es preciso enfriarlo más porque podemos provocarle una hipotermia.