Da lugar, al menos, a dos interpretaciones lo que dice Madelón. Un eje principal es el mensaje a la gente, al hincha de Unión, al que le dice que cree en el equipo y que puede ganarle a Argentinos Juniors. Le da cierto margen de tranquilidad por lo que puede pasar adentro de la cancha en los 90 minutos. De ninguna manera tira la toalla frente a las ausencias que disminuyen el potencial, sino que redobla la apuesta, cree en lo que tiene y se lo dice a la gente a los cuatro vientos. Y trata de remarcarlo cuando recuerda —por si hiciera falta— todo lo que hizo en Unión en estos seis años apenas interrumpidos por un breve período de 9 meses.
El otro eje, creo que también principal, es que Madelón no logra esconder su fastidio. Dice que no esperaba que pasara lo que pasó (con los jugadores que se fueron) y esto que pasó, ocurre a dos o tres días del primer partido. Por menos, hay técnicos que hubiesen puesto el grito en el cielo (Cocca lo hizo en Central) o se hubiesen ido (Sozo lo hizo en Defensa). Y hasta sintió la necesidad de aclarar que lo que estaba diciendo no debía ser tomado como una “despedida”, pero a la vez no disimula que el problema existe, que está y que, como siempre pasa en el fútbol, los resultados condicionarán los ánimos futuros.
Todo esto pasa en otro año que es histórico para Unión porque nuevamente juega una copa internacional. Entonces, lo que debía ser una fiesta, lo que de por sí debiera generar expectativa e ilusión, hoy se derrumba ante la evidencia de los hechos.
Uno trata siempre de escaparle a los análisis resultadistas y de cortísimo plazo, pero, ¿alguien puede discutir a esta altura que ganar o perder con Argentinos Juniors se puede convertir en un acontecimiento clave, ya sea para calmar o para preocupar más de la cuenta?, ¿qué será de ese “fin de semana de reflexión” del que habló Madelón en su alocución?, ¿qué novedades deparará?
Unión se junta, con la salida de Cavallaro, Acevedo, Martínez y Yeimar Gómez Andrade con algo más de 2,5 millones de dólares. Tiene dinero para que en la última semana del mercado de pases (cierra el 31), se puedan traer dos o tres jugadores que vengan “a ponerse la camiseta”, esperando que los que ya están (Cabrera, Assis, los dos pibes de Boca y Elizari) aporten también soluciones o ayuden a encontrarlas. Es la exigencia, la responsabilidad y, por qué no, la obligación que tienen los dirigentes, en un mercado que no es fácil porque la mayoría de los jugadores tiene contrato vigente. Pero una cosa es hacerlo sin dinero y otra, como le ocurre ahora a Unión, salir con una billetera que se engordó en este tiempo.
“Mañana no juega ni el entrenador ni el presidente ni la política, mañana juega su Unión, el Unión de los hinchas”. Leonardo Madelón. Entrenador de Unión