El árbitro vio un agarrón adentro del área y con el penal dejó a Colón sin nada
Trucco tenía el "macho"
En su vuelta al club, Osella trató de priorizar lo defensivo y se estaba llevando lo que había venido a buscar. Pero esa jugada le dio la victoria a los santiagueños, que fueron superiores en el trámite. Sólo el orden se puede rescatar, porque a la hora del juego, Colón mostró casi nada.
Vale de entrada la aclaración: el resultado no condiciona el análisis. Sería el mismo, aún si Colón empataba el partido. No varía el concepto en absoluto. Colón fue solamente un equipo que pretendió mantener el orden, agilizar el retroceso y defenderse lo mejor posible. Después, en todo lo demás, se vio más de lo mismo; y hasta menos de lo mismo. Fue un equipo sin ideas y sin fútbol, con jugadores que pasearon su intrascendencia y que no tuvieron protagonismo en el manejo de la pelota. Aguantó, solamente aguantó. Con esto le alcanzaba para llevarse un puntito a Santa Fe que alcanzaba para poco en el mejoramiento de la situación matemática y casi para nada en lo futbolístico, hasta que llegó la jugada del penal que Trucco le dio a los santiagueños. Un penal de esos que habitualmente no se dan, que generan polémica, que hay que verlo varias veces y por TV para darse cuenta porque resultan muchas veces imperceptibles. ¿Qué hizo Trucco?, enardecer a todo Colón y colaborar para que el partido tenga el ganador que se merecía. Porque aunque haya sido de esa manera, la justicia del resultado y los merecimientos que hizo Central Córdoba, no se discuten. Fue el que siempre quiso, el que hizo el gasto del partido, el que tuvo más confianza para el manejo del juego. Le estaba costando muchísimo hasta que el penal de Trucco le abrió la puerta a tres puntos que se festejaron más que una buena chacarera.
Habrá que darle tiempo a Osella, es natural, lógico y justo que así sea. Será un tiempo con escasos márgenes, acotado. El propio Osella lo sabe y lo dice. Por eso, quiso priorizar el orden y el retroceso defensivo como arma, casi exclusiva, para llevarse algo de Santiago. El lema pareció ser el de aguantar el cero en su propio arco. Esto hizo que la imagen defensiva sea lo único que se pueda rescatar. Muchas veces, favorecido por el hecho de plantar en su propio terreno a los once jugadores, con Brian Galván y Da Luz, por los costados, teniendo que retroceder hasta más debajo de la mitad de la cancha para formar un bloque de cinco volantes que se complementó con Lértora en la función de “5” clásico, con Zuqui y Estigarribia a sus costados pero en la posición de internos. Todos bien cerquita, agrupados y preocupados por retroceder y no dar espacios.
Por eso, la pelota fue de Central Córdoba, que jugó mejor, que tiene jugadores con manejo como Joao Rodríguez, Gervasio Nuñez y el mismo Meli, iniciador del juego y que fue más preciso y consistente en ese aspecto. Colón tuvo problemas defensivos por el sector de Vigo (siempre aparecía alguien por allí con desequilibrio en el mano a mano y se sumaba Bay con sus proyecciones, pero sin encontrar el gol. Insistía, el local, con remates desde afuera del área o con algunos centros a ras del piso. Era eso y el dominio del partido, pero con poca claridad.
¿Y Colón?, con la pelota nada… Pero nada de nada… Ya nos hemos preguntado una y mil veces si es realmente provechoso tenerlo al Pulga Rodríguez allá arriba y sin la adecuada compañía. Osella lo sabe y lo dijo. Ahora tendrá que refrendarlo con la búsqueda de un socio ofensivo. La idea fue que Da Luz y Galván, que son rápidos, pudieran aparecerle por sorpresa. Pero como la pelota salía casi siempre mal jugada, con pelotazos largos o con pases a dividir, imprecisos, se le complicaba a todos. Lértora corría y robaba algunas pelotas en el medio, pero Zuqui y Estigarribia no aportaban una necesaria cuota de fútbol para que se pudiera progresar en bloque. El resultado era siempre el mismo, todo se diluía rápidamente, sin ningún tipo de claridad y mucho menos algún sobresalto para una defensa, la santiagueña, que pasó una tarde demasiado tranquila durante los 90 minutos.
Pero funcionaba relativamente lo otro, ya sea por la acumulación de jugadores para retroceder y ubicarse detrás de la línea de la pelota, aplicados en ese aspecto, o por la falta de claridad que tenía Central Córdoba en los últimos metros de la cancha. Era cuestión de que apareciera esa profundidad o precisión, algo que se dio en el segundo tiempo y que motivó, por ejemplo, una doble atajada impresionante de Burián. Pero mandaba Central Córdoba, que insistía por el sector de Vigo, que metía paredes utilizando a Herrera y luego a Miracco, parados como doble nueve para pivotear y devolver pelotas para la llegada de alguno de los volantes, hasta que Trucco le dio la posibilidad que no desaprovechó Herrera para ponerle justicia al resultado.
De más está repetir conceptos que ya se dijeron hasta el hartazgo sobre el final del 2019, cuando las mieles de aquella inolvidable final en la Nueva Olla de Asunción del Paraguay pasó a ser historia. Este equipo ha tenido errores y defectos básicos que no se pudieron corregir. Se agravó con un sistema defensivo muy permeable que lo llevó a convertirse en el segundo equipo más goleado de la Superliga. Osella ya intentó disimularlo en este primer partido con un esquema que se basó en lo defensivo y con la inclusión de los dos jugadores que trajo (García y Delgado) para cambiarle la cara a ese conflictivo sector. Pero, la pregunta sigue girando en torno a qué hacer o qué intentar para concretar lo otro, que es lo más importante que tiene el fútbol y que es el juego con la pelota. Osella deberá definir, como ya lo hizo en su momento cuando dirigió a Colón, a qué jugar y cómo atacar.
Deberán mejorar los jugadores y aportar lo suyo. Ningún esquema se puede sostener solamente en lo táctico y en lo estratégico, es necesario que se lo entienda y se lo aplique, agregándole el plus individual de cada jugador. Colón apenas mostraba, el año pasado, la capacidad del Pulga Rodríguez para sobresalir sobre el resto. Después, todo lo demás no pasaba el nivel de discreto. Cambió el calendario pero no cambió la imagen. Colón, con la pelota, sigue siendo el mismo equipo que muestra poco y nada, que ataca poco y mal. Y por todo eso, está sufriendo más de la cuenta.