No fue una mañana más en Santo Tomé. Este viernes, unos 300 vecinos de distintos barrios de la ciudad, se manifestaron frente al Municipio local, reclamando varias cuestiones relacionadas a la vida diaria. Pero el eje estaba puesto, fundamentalmente, en un pedido que se repite desde hace mucho tiempo: el agua potable santotomesina es, en muchos lugares, imposible de consumir.
“Esto es café”, “esto es cerveza”, eran algunos de los irónicos gritos de la gente, que mostraba, en frascos y botellas, lo que sale de la canilla de cada uno de sus domicilios.
Marcelo, de Barrio Loyola (una de las zonas más complicadas con el tema del agua), explicó: “Somos vecinos autoconvocados por la desidia y el abandono de la ciudad. El agua es intomable, es una pesadilla que venimos sufriendo hace mucho tiempo. Y no es el único servicio público que estamos reclamando; tenemos un montón de lugares con los yuyos altos, calles intransitables. En Loyola, no tenemos solamente el problema del agua. El barrio te dice bienvenido con el olor a podrido y el olor a caca que hay, es imposible vivir así”.
“El inconveniente del agua es general en todos los barrios de Santo Tomé. El agravante que tenemos en Loyola, es que tenemos un tanque propio y el agua está contaminada”, aseguró Marcelo quien agregó que “hace mucho tiempo que venimos haciendo los reclamos correspondientes por la turbiedad del agua. Ahora estamos afectados de manera directa, porque no podemos consumir el agua, no sirve ni para cocinar. No nos queda otra que comprar bidones y dispensers, lo cual se traduce en un gasto extra. Y la boleta, sigue llegando igual, claro”.
Según algunas de las personas presentes, tuvieron contacto con algunos concejales, los cuales se movilizaron ante los pedidos. Pero nada por parte del Ejecutivo.
“Calles llenas de pozos y abandonadas, terrenos baldíos con yuyos altos que tapan hasta las ochavas. Hace ocho años que está en decadencia Santo Tomé. Vivo hace 45 años en el mismo lugar y no noto mejoras. Hay muchas casas que no tienen cloacas. La inseguridad también es moneda corriente”, dijo una vecina de barrio Centro muy enojada.
La intendente Daniela Qüesta aclaró que los inconvenientes surgidos en los últimos días afectan sólo a la red de agua potable del complejo habitacional San Ignacio de Loyola, la cual incluye 375 conexiones que representan el 1,7% del total de la ciudad. Según dijo, el restante 98,3% no presenta inconvenientes. “El problema que afecta al complejo Loyola es puntual. Para el resto de las conexiones el servicio es normal, con agua potable y segura para el consumo”, insistió.
“De todos modos, tenemos en claro que el agua potable es un servicio vital y no vamos a descansar hasta brindarles una solución definitiva a todos aquellos vecinos que hoy se ven afectados”, aseguró.
La mandataria informó que “el Municipio cuenta con controles por parte del Enress y de prestadores privados que garantizan que el agua que abastece a la red de la ciudad es apta para el consumo y no genera riesgo para la salud de las personas”.
Dichos informes también valen para aquellas zonas donde la provisión del servicio proviene de perforaciones subterráneas. No obstante, por tratarse de un agua “dura” en esos casos (debido a la presencia de hierro y manganeso en su composición), es posible que en determinados momentos aparezca con cierta turbiedad por la interacción con el cloro que se utiliza para su proceso de potabilización.
“Entendemos la preocupación de los vecinos, particularmente los de Loyola. Por eso queremos llevarles la tranquilidad de que la red de agua potable es segura en Santo Tomé y de que hemos puesto en marcha diferentes acciones a fin de garantizar, en el menor plazo posible, un servicio de calidad para todo el complejo habitacional”, destacó Qüesta.
Como solución de fondo, el gobierno de Santo Tomé ha presentado hace unos meses ante la Provincia el proyecto de la obra para conectar el tanque de Barrio Loyola al sistema del acueducto. “Nuestra expectativa era que esa obra se licitara antes de fin de este año, pero eso no fue posible. De todos modos, seguirá siendo una prioridad para nosotros y continuaremos con las gestiones para concretar la licitación de esta obra lo antes posible”, cerró la intendente.
Al mediodía de este viernes, en el Concejo Deliberante de Santo Tomé, los ediles iban a tratar la eximición del pago de la tasa de agua para los vecinos de Barrio Loyola, como así también el congelamiento de sueldos de los funcionarios del ejecutivo. Esto finalmente no sucedió, porque dejaron pasar a gran parte de los manifestantes quienes expresaron sus inconvenientes ante los concejales. Más allá de eso, los vecinos coincidieron: “La eximición del pago, no soluciona el problema”.