Los dos jóvenes delincuentes eligieron el blanco, una casa de dos plantas ubicada en calle Crucero Genera Belgrano al 2500, en barrio La Esmeralda, un par de cuadras al este de avenida Aristóbulo del Valle.
Tres adolescentes fueron sorprendidos por delincuentes dentro de su propia casa. Ocurrió en horas de la siesta de este viernes.
Los dos jóvenes delincuentes eligieron el blanco, una casa de dos plantas ubicada en calle Crucero Genera Belgrano al 2500, en barrio La Esmeralda, un par de cuadras al este de avenida Aristóbulo del Valle.
Audaces, a pesar de que eran las 14 de este viernes y el sol estaba a pleno, escalaron para acceder a un patio interno y allí hicieron fuerza hasta que pudieron arrancar de cuajo la reja de una mirilla que da al garaje.
Luego, rompieron el vidrio y así se metieron en la vivienda. En ese momento, las tres personas que estaban en el domicilio comenzaron a sentir ruidos y llamaron a la Central de Emergencias 911. Se trataba de un adolescente de 17 años, su hermana de 15 y una amiga de esta última, de la misma edad. El joven se topó con los malvivientes de frente cuando iba a buscar a las chicas, que estaban en la planta alta, para ponerlas a salvo.
“No llames a la policía porque te hago boleta”, le advirtió uno de los asaltantes. El muchacho buscó a las chicas y juntos se encerraron en su pieza. Luego, trabó la puerta con un mueble para atrincherarse y resistir. Fueron momentos de gran tensión, pero afortunadamente pudieron quedarse allí hasta que llegó la policía, pocos minutos después.
“Mi hija me llamó cuando estos hombres trataban de entrar. Yo estaba en mi trabajo. En eso que salgo al estacionamiento, me vuelve a llamar ella para decirme que los delincuentes ya estaban adentro. Me desesperé”, recordó pocos minutos después Sandra, la dueña de casa.
“Todavía estaba en camino cuando una vecina me avisa que la policía ya había llegado y que los chicos se encontraban bien. Eran sujetos jóvenes los malvivientes. A uno lo agarró la policía -que llegó muy rápido- afuera de mi casa. El otro se pudo escabullir. Cuando arribé, encontré el televisor tirado en el patio, la notebook en la cocina y una mochila con zapatillas nuevas en el garaje. Ahí también dejaron en el suelo un cuchillo tipo “tramontina”, que se ve que tomaron de mis cubiertos para usarlo como arma. Se ve que tuvieron que salir rápido cuando llegaron los patrulleros”, explicó la mujer.
El ladrón que pudo escapar se llevó un secador de pelo y dos “planchitas” de la pieza de la adolescente.
“Asusta la audacia de estos tipos, que siguieron robando a pesar de que habían sido descubiertos. Es mucha inseguridad. Tengo rejas por todos lados. Hace un mes pusimos la última, en el portón del garaje, porque nos entraron por ahí. Si quiero salir de mi casa, no puedo. También pusimos alarma, pero nada alcanza. Es imposible estar tranquilos así”, se quejó Sandra, que vive en el lugar desde hace más de 20 años.
“Uno de los problemas más grandes que tenemos es el terreno de acá enfrente. Es un baldío, un yuyal totalmente abandonado que sirve de refugio para delincuentes. Es de un privado, que no lo mantiene limpio”, se lamentó.