Del 2 de febrero al 7 de marzo, el Carnaval recorrerá los barrios de Santa Fe: la Secretaría de Educación y Cultura de la Municipalidad (en articulación con el ministerio de Cultura provincial) trabajó con las agrupaciones, comparsas y murgas para construir una agenda única de carnavales en 12 sedes, entre las que figuran Alto Verde, La Lona, El Pozo, Centenario, Coronel Dorrego, Santa Rosa de Lima, Villa del Parque, San Lorenzo y Cabaña Leiva.
La grilla comienza el domingo 2 de febrero a las 18 en el Puente Colgante, cuando se realizará la tradicional Llamada de Carnaval, un evento del que podrán disfrutar todas las personas que se acerquen al lugar.
Para conocer más sobre la iniciativa El Litoral dialogó con Paulo Ricci, titular de la secretaría, descubriendo las ideas rectoras detrás de la fiesta popular.
—¿Cómo fue el proceso de articulación?
—Es bastante simple. Venimos desde la gestión provincial en el Ministerio de Innovación y Cultura, teníamos ya contacto con el Momo (Movimiento de Organizaciones Murgueras del Oeste), con los Carnabarriales en particular; habíamos dado apoyo a ese circuito de Carnaval en los barrios. Lo que hicimos (para ser coherentes con esa historia) fue convocarlos a ellos: sabíamos que había que tomar una decisión en relación con el modo de festejo de Carnaval que se venía llevando adelante (una celebración única en la Costanera Este).
Lo charlamos directamente con el intendente, que nos dijo: “Avancen con las dos posibilidades: podemos continuar con esto o podemos ir a un esquema de convocar a los referentes que están armando el Carnaval durante el año”. Con una indicación clara: nosotros tenemos la intención de que los Carnavales... no digo “vuelvan a los barrios” porque nunca se fueron, pero sí armar una agenda allí.
Ese es un eje transversal de la gestión, que se planteó en la campaña y que en cada área tenemos la indicación de ser lo más coherentes posible con esa descentralización. Desde el Teatro (Municipal) pensar programación que no esté solamente radicadas en el espacio físico del Teatro; desde la gestión llevar cosas que tengan escenario o sean protagonistas los barrios, y no siempre traerlos para acá. Más allá de abrir los espacios para propuestas que surjan de los barrios, porque es la otra parte de la descentralización. Pero que no sean dos políticas culturales paralelas: una dentro de bulevares y otra para los barrios.
—La manera que encontramos, con la urgencia del tiempo, porque asumimos el 12 de diciembre...
—Y no se pueden correr los Carnavales...
—No: son en febrero, y la gente que los trabaja está todo el año, pero desde sieptiembre-octubre empieza a tener una intensidad mayor la preproducción de las fechas. Por eso fuimos respetuosos de muchas fechas que ya estaban consolidadas o un calendario preexistente, como era el del Momo con sus cinco sedes (Villa del Parque, Alto Verde, San Lorenzo, Dorrego y Santa Rosa de Lima), sin contar la llamada de Carnaval del domingo.
Eso significó tres largas reuniones. En las primeras dos se discutió bastante, porque había gente que con razón defendía el modelo anterior, porque le permitía generarse un ingreso para recuperar la inversión anual (trajes, plumas, equipamiento) accediendo a un premio. Lo que propusimos fue hacernos cargo de la logística de la organización de la fechas, lo que los eximía de un gasto o hacer acciones para juntar plata. Sí aclaramos que no estábamos de acuerdo con el esquema de un cobro de entradas y una competencia entre corsos y comparsas con premio dinerario.
Ya en la segunda reunión se hizo como una especie de moción de aprobación o no de la propuesta, con 30, 35 representantes de vecinales, comparsas o murgas de tablados. La mayoría votó por la positiva.
En el medio tuve un encuentro ya concertado con el ministro (de Cultura provincial) Jorge Llonch; le conté de esta propuesta, que había pasado a un cuarto intermedio, y él dijo: “A mí me interesa esa propuesta y vamos a acompañarla. Hagámoslo juntos y vamos a medias”. Entonces en la segunda ya se sumaron Leilen Bouchet (secretaria de Políticas Socioculturales) y Maru Escobar (directora provincial de Programas Socioculturales para Santa Fe capital), que expusieron también por qué la gestión provincial acompañaba esa idea.
La tercera reunión fue más técnica y logística, para confirmar las fechas que íbamos a apoyar. De ahí salió la agenda de 12 fechas: algunas las abrimos para sumar a los que no habían encontrado un lugar y que todos en algún momento celebren el Carnaval en algún barrio de la ciudad (algunas agrupaciones tendrá más de una).
—En muchos caso las agrupaciones van a estar dentro de su barrio, ¿la idea es que también haya cruces?
—Sí: uno de los costos logísticos es la movilidad de las agrupaciones entre un barrio y otro en colectivos. Nos estamos ocupando de una tarea que hacían ellos, de salir a buscar el presupuesto, el proveedor: centralizamos esa tarea con los equipos de Provincia y Municipalidad sin perder el contacto con ellos para no cambiar lo que estaba previsto. Una parte importante de esa descentralización es que no solamente el barrio se celebre con su vecino sino que se encuentre con otros. Que es algo que nos interesa hacer extensivo a otras programaciones anuales, incluso a otros momentos celebratorios del año como pueden ser las Fiestas: en vez de pensar un espacio enorme de celebración unívoco, donde se corte toda una arteria para festejar la llegada del año, cada uno en su barrio pueda encontrarse con su gente y celebrar en un espacio común; que podamos proveer una infraestructura, y que eso evite que uno tenga que trasladarse en autor, ahorrarse el problema de los controles de alcoholemia y demás.
—Dentro de la programación hay diferentes manifestaciones artísticas carnavaleras: el cruce también se da en ese sentido.
—En casi todos los casos. Vimos que había muchas murgas de tablado de estilo uruguayo, y les propusimos si querían hacer una fecha exclusiva del género en el Anfiteatro, que es otro espacio que vamos a tratar (con programación y con convocatoria a productores y gente del sector musical) de reactivar mucho: es un espacio súper accesible, bien ubicado. Necesita quizás mejorar su apariencia, su infraestructura técnica que no tiene (todo fue hasta ahora tercerizado), pero tiene un escenario maravilloso, enorme, uno de los más grandes de la ciudad en cuanto a superficie; un aforo de 2.000, 2.500 personas que es muy bueno también para la ciudad. Y está en un parque público.
—Ha estado un poco dejado de lado...
—Nos interesa mucho reactivarlo, que tenga una vida propia. Por eso queríamos hacer ahí la sede de murgas de tablado; pero los mismos murgueros, como ya tenían armado el circuito de los cierres de cada uno de los desfiles de comparsas, prefirieron no perderse la oportunidad de estar en los barrios. Y nos pareció totalmente legítimo; quizás el año que viene construimos con tiempo una fecha exclusiva para ese estilo particular, que se hace sobre un escenario, con micrófonos, y donde hay un ida y vuelta entre el escenario y la platea; con todo lo que eso implica en términos de lenguaje artístico. Pero esta vez está bueno que convivan.
—Es muy uruguayo poder ir a los barrios.
—Es muy uruguayo, y muy brasileño ir a los ensayos de Carnaval. Otra cosa que surgió de la convocatoria es la propuesta de constituir (celebrando que nos pusimos de acuerdo, porque muchos pensaban que no íbamos a poder, son casi 40 agrupaciones) una mesa de Carnavales de la ciudad, que funcione todo el año. Que no significa crear un organismo, porque hay momentos del año donde eso va a ser muy liviano; pero que tampoco sea una llamada de la gestión pública a último momento para resolver algo con urgencia. Que ellos convivan en un espacio en el que podamos generar una rotación de barrios: que uno sea protagonista un año y al otro le va a tocar celebrar en otro lado.
Esta vez se logró una representatividad bastante grande de las zonas de la ciudad, pero hay muchos barrios que tienen más de una fecha; podríamos consolidar una o dos: algunos son muy populosos, como Alto Verde, Dorrego o Santa Rosa de Lima, donde se justifica. Pero podríamos juntar por zonas: el suroeste, el oeste, el noroeste, el extremo norte, la costa.
Un par de meses después nos juntaremos para darle forma a esa comisión permanente con las agrupaciones, que son los verdaderos protagonistas del Carnaval; muchos de los cuales (como nos lo recordaban en cada una de estas reuniones) son los que vienen sosteniéndolo en su barrio desde hace 30, 25 y hasta 45 años: la agrupación de El Pozo pidieron el día porque esa fecha cumplen 45 años celebrando el Carnaval. Ahí hay una historia rica que va más allá de la idea que una gestión tenga sobre el Carnaval, sino que es un hecho cultural instalado en la ciudad.
Y también nos interesa recuperar la presencia en algunas grandes arterias como lo fue alguna vez avenida Freire, Aristóbulo del Valle, General López o J. J. Paso. Me gusta discutir con los arquitectos, que hablamos de “el Bulevar” como si el Gálvez/Pellegrini fuera el único. Tenemos un montón de bulevares: Gorriti, Galicia, J. J. Paso, Freire puede ser pensada también. Es la ciudad de los bulevares; tenemos uno hermoso que cruza la ciudad de este a oeste como vía de acceso. Nos preguntan qué pueden ver en la ciudad: “El Puente, el Bulevar”, en singular. Hay que mirar desde la gestión todos los bulevares como circuitos, como lugares de convivencia, de celebración de una fecha como los Carnavales u otras en el año; donde los vecinos concurran a la transversal de su barrio.
La grilla continuará de la siguiente manera, siempre desde las 20:
Sábado 8: Alto Verde (Demetrio Gómez desde Aristóbulo Quiroz hasta Plaza Evita, Mza. 6).
Viernes 14: La Lona (entre calles Avellaneda, Luciano Torrent, Dorrego y Pedro Díaz Colodrero).
Sábado 15: fecha triple en El Pozo (Centro Cultural Deportivo), en barrio Centenario (N. R. Peña desde J. J. Paso hasta Malvinas Argentinas) y en Coronel Dorrego (por calle French del 1900 al 1700).
Domingo 16: corsódromo en Santa Rosa de Lima (Av. Mendoza desde Estrada a Padre Quiroga).
Sábado 22 y domingo 23: dos noches carnavaleras en Villa del Parque (desde Soberanía hasta Padre Catena 4335). El sábado, además, el carnaval pasará nuevamente por Alto Verde, esta vez en la Vecinal (Demetrio Gómez desde Lucio Villaverde hasta Ignacio Martínez).
Viernes 28: nuevo corso en el barrio costero, esta vez por calle Galarza desde Aldo Bunting hasta Piedrabuena (Mza. 2).
Sábado 29: en San Lorenzo, por Gral. Lopez desde San José hasta Zavalla; y también habrá corsos en Cabaña Leiva, por La Salle desde la Ruta 11 hasta Edmundo Rosas.
Sábado 7 de marzo: última fecha, se realizará en Coronel Dorrego, por calle French desde Candioti hasta Sarmiento.