“Ocho y medio” de Federico Fellini se proyectará el lunes 10 de febrero en el Mercado Progreso. Es una mirada incisiva sobre los procesos del arte y los interrogantes de la existencia, que utiliza como catalizador a un cineasta que atraviesa una crisis creativa y hurga en su propio pasado.
Cineriz / Francinex Marcello Mastroianni en una de las escenas más emblemáticas de Ocho y medio .
A fines de los ‘80 el periodista de Clarín, Daniel Ulanovsky Sack, le hizo un entrevista a Woody Allen en su oficina de Nueva York. En un momento, el periodista le consultó respecto a quienes sus referentes cinematográficos. Casi en un acto reflejo, el cineasta señaló a Ingmar Bergman, Francois Truffaut, Luis Buñuel, Akira Kurosawa y Michelangelo Antonioni. Pero hizo una especial puntualización en Federico Fellini: “Él sí es un genio del cine”, afirmó.
Es fácil comprobar que Allen tenía razón. Basta revisar la filmografía del creador nacido en Rímini en 1920 para comprender que se trata de una de las obras más personales, sugerentes y profundas preñadas en el cine (o, digamos, en el arte en general) durante la segunda mitad del siglo XX.
Autodefinido como “un artesano que no tiene nada que decir, pero sabe cómo decirlo”, Fellini creó personajes emblemáticos del cine del siglo XX que todavía tienen efecto en la cultura popular. Zampanó (Anthony Quinn) y Gelsomina (Giulietta Masina) en “La Strada”; Sylvia (Anita Ekberg) y Marcello Rubini (Marcello Mastroiani) en “La dolce vita”, Alberto (Alberto Sordi) en “Los inútiles”, Giacomo Casanova (Donald Sutherland) en “Fellini’s Casanova” y la Volpina (Josiane Tanzilli) en “Amarcord” representan solo parte de su legado. Y justifican las palabras del crítico Michael Newton, que definió a Fellini como “el máximo soñador del cine”.
“Ocho y medio” (1963), que se proyectará el lunes 10 de febrero a partir de las 20.30 en el patio del Mercado Progreso como parte de los ciclos que organiza cada verano Cine Club Santa Fe, es una de las películas centrales de Fellini y (junto a “Amarcord”) su trabajo más autorreferencial. A través de imágenes cargadas de sentido, metáforas ingeniosas, introduce al espectador en el complejo mundo interior de Guido Anselmi, un director que atraviesa una crisis creativa y existencial. Mientras el personaje hurga en su interior para hallar respuestas, se pregunta (y tira la pelota al que está al otro lado de la pantalla) sobre los hechos y personas (en su caso, mujeres) más trascendentes de su vida y las resonancias que tienen en su bloqueo artístico y emocional. Aspectos que, parece decir Fellini, es imposible escindir, si queremos arte genuino.
Mundos para pensar
Del título mismo del film se desprendería que para Fellini es un autorretrato y que Anselmi sería su alter ego. Es que “Ocho y medio” remitiría a la cantidad de películas que había filmado Fellini hasta 1963, entre ellas “La Strada”, “Los inútiles” y “La dolce vita”. Y el “medio” a sus colaboraciones creativas con otros directores, en la Italia de la posguerra donde se forjó el movimiento neorrealista. El uso del potencial en las líneas anteriores no es caprichoso. Es que el universo “felliniano” (término que, dicho sea de paso, forma parte desde hace años de una categoría para el entendimiento visual) no puede leerse en términos absolutos. Cada uno de sus fotogramas constituye un llamado a la reflexión.
En apariencia, se trata de un film que cavila sobre el proceso que demanda realizar un film. Pero en el fondo, más allá de toda floritura, es la historia de un hombre que debe confrontar con su propia condición. Que se nutre de las magistrales interpretaciones de Marcello Mastroianni en el rol protagónico y de Claudia Cardinale, Anouk Aimée, Sandra Milo, Rossella Falk y Barbara Steele como el variopinto plantel femenino de su realidades y fantasías. Ganadora del Oscar a la Mejor Película Extranjera, fue el puente entre la primera etapa del director y una segunda más madura con “Roma”, “Amarcord”, “Satyricon”, “La ciudad de las mujeres” y “Ginger & Fred”
Remake
En 2009 Rob Marshall asumió el desafío de adaptar para la pantalla grande “Nine” un musical de Broadway de principios de los ‘80 inspirado a su vez en “8 y medio”. En ella narra la crisis personal y profesional del director de cine Guido Contini y su relación con las mujeres. Pese al lujoso reparto (Daniel Day-Lewis, Marion Cotillard, Penélope Cruz, Kate Hudson, Nicole Kidman, Judi Dench y Sophia Loren) los resultados fueron irregulares.