Es verdad que todavía resta jugar el partido de vuelta de esta primera fase de la Copa Sudamericana 2020, pero sacar una diferencia de tres goles en el de ida es una ventaja muy grande.
Es verdad que todavía resta jugar el partido de vuelta de esta primera fase de la Copa Sudamericana 2020, pero sacar una diferencia de tres goles en el de ida es una ventaja muy grande.
Es lo que consiguió Unión anoche al derrotar a Atlético Mineiro 3 a 0. Pero ahí está otra de las razones por las que el público tatengue se sienta confiado para la revancha a jugarse dentro de dos semanas en Belo Horizonte: el cero en el arco propio.
También es cierto que hace casi dos años, por la misma instancia, Unión venció 2 a 0 a Independiente del Valle en el 15 de Abril, pero después, en Ecuador, perdió también por el mismo resultado, para quedar eliminado por el equipo ecuatoriano tras la ejecución de tiros desde el punto penal.
Lo que también suma confianza para conseguir el boleto a la próxima fase es el rendimiento colectivo del equipo de Leonardo Madelón. En defensa, una muralla. Con un Moyano cada vez más afianzado, que con su perfil bajo ha dado muestras que un partido se puede ganar teniendo un buen arquero.
Al “1” hay que agregarle el trabajo de los cuatro defensores, liderados por el experimentado Bottinelli, que aprovecha cada momento “muerto” del partido para dar indicaciones. El capitán tiene a Calderón al lado, un pibe que con muy pocos minutos en primera, ha logrado algo que parecía imposible: que el hincha comience a olvidar a Yeimar Gómez Andrade. A ellos se suman Blasi y Corvalán, los dos laterales que no son Martínez y Bruno Pittón, pero en la marca son dos “perros de presa”.
Para continuar con la labor defensiva hay que agregar a Elías y Méndez, dos motorcitos que por ahí no se los nota, pero cumplen una tarea táctica fundamental para el balance del equipo, aunque anoche por ejemplo, Elías jugó el mejor partido desde que llegó a Unión, hasta con la posibilidad de llegar al gol.
Contra el conjunto brasilero jugaron Cabrera y Carabajal por las bandas, y lo que parecía arriesgado dada las características futbolísticas de ambos, terminó siendo fundamental, ya que además de haber marcado un gol cada uno, también se sacrificaron para cubrir los avances de los laterales.
Y arriba apareció la raza goleadora de Bou, abriendo el partido con una excelente definición de media vuelta a los 4 minutos, y preocupando a los centrales de la visita durante los más de 70 minutos que estuvo en cancha. Su lugarteniente esta vez fue Troyansky, que también tuvo un excelente desempeño, y sólo le faltó convertir para erigirse en una de las figuras excluyentes del encuentro.
Ese fue el once titular elegido por “Leo” Madelón, pero además, los que ingresaron desde el banco lo hicieron muy bien. Tanto Milo como Mazzola y Bonifacio se acoplaron al trabajo colectivo del equipo para mantener la distancia de tres goles.
Lo inmediato para Unión es el domingo a la noche recibiendo nada más y nada menos que a River, el puntero de la Superliga, compromiso para el cual Madelón ya debe estar pensando. Pero es lógico pensar también en la revancha contra el Mineiro, la que se jugará el jueves 20 en Belo Horizonte.
“Nadie nos puede quitar la posibilidad de soñar”, dijo Madelón un par de días antes del cotejo de ayer. Ya se cumplió la primera parte del sueño, queda la segunda mitad, la más importante, la definitoria, la que hará que el sueño se haga realidad.
No será para nada fácil, habrá que ir a la casa de uno de los clubes poderosos de Brasil, pero el Mineiro ya tiene tres adentro. Unión y su gente sueña y quiere dar un salto más en su segunda participación internacional y está a un paso de conseguirlo.
Irá a Belo Horizonte con un 3-0 a favor. Es cierto, falta jugar la revancha, pero...
Bajo la lupa
Moyano (7): fundamental para que su arco quede en cero, sobre todo al atajar el penal ejecutado por Allan cuando ya terminaba el partido.
Blasi (6): más que correcto defensivamente, sin sobresaltos cuando Mineiro intentó. Esta vez no fue tanto al ataque por su banda.
Calderón (7): gran partido del pibe. Parece mentira, en tres encuentros jugados, logró que la gente empiece a olvidar a Yeimar.
Bottinelli (6): su experiencia hace que sin correr demasiado, llegue casi siempre a los cierres. Importante para acomodar a sus compañeros.
Corvalán (6): el mismo concepto que el de Blasi, aunque el ex Arsenal aportó algo más en ofensiva, inclusive estando ceca del gol.
Cabrera (8): una de las figuras que tuvo el equipo. Además de convertir el segundo gol, fue importante a la hora de sumar sacrificio y voluntad.
Elías (7): si no hubiese marrado el cuarto gol faltando poco tiempo para terminar, se habría erigido en otro de los valores destacados.
Méndez (5): estaba jugando un interesante partido, hasta que empezó a discutir con un rival con el 3-0 a favor y eso lo descontroló, cometiendo un penal innecesario.
Carabajal (8): otro de los puntos más altos. Recuperado de su lesión, empezó a mostrar todo lo que sabe, como en la definición en el tercer gol.
Troyansky (7): esta vez no convirtió, pero fue fundamental su trabajo “sucio”. Interesante dupla ofensiva la que arman con Bou.
Bou (8): por fin apareció el goleador. Fue a los 4 minutos de juego, pero no sólo por eso fue una de las figuras, sino por todo lo que generó para la goleada.
Milo (5): ingresó por Carabajal, quien estaba visiblemente cansado, fue cuando el resultado estaba 2-0. Correcta labor por la banda izquierda.
Mazzola (5): entró por Bou promediando el segundo tiempo y se sumó al funcionamiento del equipo sin problemas.
Bonifacio (5): reemplazó a extenuado Cabrera faltando 15 minutos para el final, dándole a Unión más combatividad en el medio.
Multitud y descontento
Una multitud le dio un marco espectacular y festivo al 15 de Abril. Las tribunas se vieron colmadas, se agotaron las plateas y palcos (de acuerdo a lo que informó el club) y se vendieron alrededor de 15.000 entradas entre socios y generales, con lo que la recaudación seguramente superó largamente los 10 millones de pesos (le queda todo al club local).
Por otro lado, el costo del operativo policial ascendió a aproximadamente 600.000 pesos, lo cual motivó descontento y disconformismo en la dirigencia rojiblanca. Ya El Litoral lo adelantó cuando se supo del aumento de los costos de los operativos.