"El huésped está muriendo y el empleado público se convirtió en un parásito. El dinero no le llega al pueblo yél quiere aumento automático todos los años", dijo Guedes sobre los empleados públicos de los niveles municipal, estadual (gobernaciones) y federal.
El ministro encara una reforma integral del estado que comenzó en 2019 con la aprobación del cambio en el sistema de pensiones para reducir el déficit fiscal y el ajuste en los presupuestos del gobierno central y empresas estatales. El déficit fiscal cerró 2019 en 22.500 millones de dólares, el menor en cinco años.
Los empleados públicos ingresan por concurso al gobierno brasileño y tenían las más altas jubilaciones dentro del mundo laboral hasta la reforma previsional. La reforma administrativa obligará a los empleados a tener un régimen de trabajo igual al sector privado.
Guedes repudió las actualizaciones salariales anuales por inflación de los empleados públicos.
"El 88 por ciento de la población (según una encuesta de Datafolha) está a favor de que echen a los empleados públicos", dijo el ministro durante un seminario de la Fundación Getulio Vargas en Río de Janeiro.