Un violinista perdido en la selva encantaba a un grupo de leones con su música y parecía que el arte vencería a las fieras, hasta que le tocó el famoso “león sordo”. Ese es el cuento que citó Gabriel Real (PDP) cuando, durante la sesión de Diputados, le recriminó a Oscar Martínez que hubiera concurrido a la reunión de los jefes de bloques (donde se adelantan los temas para ordenar la sesión) sin adelantar una palabra de su intención de pedir una preferencia -de dos sesiones- para un proyecto de ley muy complejo: el Código Procesal Penal Juvenil que tiene media sanción del Senado. Una moción de orden rechazó la propuesta de “Cachi”, pero antes fue muy criticado su sorpresivo pedido por distintos bloques oficialistas y opositores. Cobró por derecha y por izquierda, por el contenido del proyecto y por su proceder, pero logró ocupar el centro de la escena en un tema sensible: la inseguridad.