A falta de otro antecedente igual de rimbombante, los medios nacionales insistieron en vincular el episodio que involucra a Daniel Scioli con aquel del “diputrucho” -un empleado legislativo al que sentaron en una banca vacía-, que permitió la privatización de Gas del Estado en 1992, durante la presidencia de Carlos Menem.
Sin dejar de ser controvertido, el caso de Scioli está lejos de la flagrancia delictiva de aquél. En todo caso, se emparenta mucho más que uno que involucra a los santafesinos, y específicamente a Enrique Llopis, reconocido cantautor popular que -luego de eso, y de un oportuno cambio de partido-, alternó las funciones de legislador nacional y funcionario provincial según la conveniencia del gobierno de entonces. Para el caso, también encabezado por el peronismo, y por Menem.
Tras una valorada y exitosa trayectoria en el campo de la música -que incluye la cantata “La Forestal”-, Llopis se desempeñó en el área de Cultura de la ciudad de Rosario durante la gestión socialista, luego de la provincia de Santa Fe y, finalmente de la Nación.
En 1993 fue elegido diputado nacional por el frente Honestidad, Trabajo y Eficiencia, liderado por el Partido Socialista Popular, y que tuvo en su momento como referente más reconocido al ex fiscal Ricardo Molinas. Llopis ocupó ese cargo hasta diciembre de 1997. Pero en el interín, y de la mano de Héctor Cavallero, pasó a revistar en las filas del menemismo, formando un bloque unipersonal.
En 1996 fue designado subsecretario de Cultura de la provincia, en la gobernación de Jorge Obeid, y asumió el cargo previo pedido de licencia en el Congreso. Pero el 13 de marzo se dio una situación como la actual, en la que el gobierno nacional necesitaba de todos los votos que pudiera para aprobar una cuestionada reforma impositiva. Y Llopis volvió a ser diputado por un día, con el argumento de que su licencia aún no había sido votada, aunque ya ejercía su cargo en el Ejecutivo provincial.
De todos modos, no llegó a cumplir dos años en el gabinete de Obeid: antes de eso el gobernador santafesino le pidió su renuncia en medio de un escándalo por supuestas estafas y firmas adulteradas. Después, y una vez terminado el período de su mandato en el Congreso, fue designado subsecretario de Cultura en el gabinete de Menem. Actualmente Llopis sigue adelante con su carrera artística, y mira desde afuera la reedición de clásicas mañas políticas que, involuntariamente, lo traen a colación.