Juan Carlos Scalzo | [email protected]
Juan Carlos Scalzo | [email protected]
A través del tendido de 2.000 kilómetros de líneas, la entidad brinda suministro eléctrico a 1,100 usuarios de 23 distritos rurales y a alrededor de 800 urbanos, la mitad de éstos últimos residentes en la localidad de Tacural.
“En la actualidad se registran un promedio de dos mensuales”, alerta con suma preocupan la nota hecha llegar a los medios por la Cooperativa Limitada de Electricidad, Otros Servicios Públicos y Vivienda de la localidad de Tacural, situada en el norte del Departamento Castellanos, y advierte que los delitos “ponen en riesgo la prestación eficiente del servicio a los asociados y usuarios, ocasionando graves daños en la producción y a usuarios en general”.
El Litoral dialogó con Holger De Marco, Gerente de la asociación, quien manifestó la gran preocupación por los permanentes sustracciones de las que son víctimas y dejó en claro que están en presencia de personas bien preparadas para cometerlos y para comercializarlos.
“Tienen que estar bien organizados porque salir de noche a robar cables de líneas eléctricas no es fácil, hay que conocer, te roban el neutro, aunque ahora sacan los fusibles y se llevan lo que está conectado en algunos lugares así que es gente que conoce del tema. Tienen que tener un logística bien armada porque deben cargar en una camioneta o en un auto y ya debe estar esperando para trasladar el cable y las bobinas de cobre que se encuentran dentro de los transformadores”. A pesar de estos datos, el directivo dejó en claro que no tienen sospechas de los autores.
Más adelante, De Marco cuantificó las pérdidas sufridas: “Para tener una idea del daño que provocan hay que tener en cuenta que cada transformador cuesta entre 700 y 800 dólares, entre 40 y 50 mil pesos cada uno, y se llevan 4 o 5 kilos de cobres a los que le pueden sacar 2 mil pesos. No tengo el número exacto, pero en estos tres años nos han robado entre 80 y 90 transformadores”.
Luego insistió en que se trata de bandas muy bien organizadas al descartar que los materiales se terminen vendiendo en la región porque “si bien existen chacaritas no es fácil ocultar 2 o 3 kilómetros de cable que te sacan en una noche porque son rollos bastante grande, así que seguramente los llevan a alguna fundición directamente”.
Sensación de indefensión
En otro tramo del comunicado de prensa se destaca que “se han formulado las denuncias penales respectivas, y se han mantenido diferentes reuniones con funcionarios tanto judiciales como policiales sin haber obtenido hasta el momento resultado favorable. Por el contrario, no solo que recrudecido en las zonas habituales (zona rural de Sunchales, Ataliva, Lehmann, Tacural, Tacurales, Dpto. Castellanos) sino que en estos dos últimos meses se sufrieron idénticos delitos en las zonas rurales de Palacios, Colonia Bossi y Colonia Dos Rosas y La Legua, correspondiente al departamento San Cristobal”.
Y finaliza sosteniendo que “la conclusión es que tenemos la sensación de una vulnerabilidad extrema de nuestros derechos como ciudadanos, en particular, por la poca participación que se percibe a nivel de nuestras autoridades que deben investigar estos delitos y de revertir la actual situación en el menor tiempo posible, tomando las medidas pertinentes en forma urgente para combatir el accionar delictivo”.