Asumieron sus cargos sobre el 10 de diciembre de 2019 o poco más. Son los ejecutivos del país, la provincia y la ciudad de Rosario. Alberto Ángel Fernández, el porteño. Omar Ángel Perotti, el rafaelino y Pablo Lautaro Javkin, el rosarino.
Asumieron sus cargos sobre el 10 de diciembre de 2019 o poco más. Son los ejecutivos del país, la provincia y la ciudad de Rosario. Alberto Ángel Fernández, el porteño. Omar Ángel Perotti, el rafaelino y Pablo Lautaro Javkin, el rosarino.
El diferencial en favor del porteño Fernández en votos es importante. Apabulló “al Mauri”. Debe consignarse que no eran votos suyos. No tenía “mediciones” el actual presidente. Su mitad del binomio, la pareja presidencial, la señora Cristina Fernández de Kirchner sostenía, en la mayor adversidad, un 28 % de “sí te queremos” y puesta en valor, por las defecciones de Mauricio, sostenía un piso de 32%. Es fácil de entender, aún por quienes no quieren ver las cosas de un modo diferente al de la pasión por el triunfador, que Alberto Fernández, el porteño, solo debía sonreír y no pelearse con nadie. Abrazar a todos. Eso hizo. El grito de la tribuna se volvió certero una vez mas: “el peronismo, unido, jamás será vencido”. Convengamos que, sin los votos de provincia de Buenos Aires y, dentro de la provincia en un eje retroviral del kirchnerismo (La Matanza) la elección hubiese sido distinta, pero eso es contrafactismo.
EL FIN DE LOS “PESEPOS”
Con el CPN Omar Ángel Perotti el tema ya casi entra en la historia. Para un país tan rápido como olvidadizo el mes de junio de 2019 es de una lejanía notoria. El 16 de junio de 2019 quedaba consagrado gobernador, ganándole a Antonio Juan Bonfatti, socialista, por un margen importante (más del 6%) y un diferencial notable en los pagos del sur, en Rosario. Su enemigo directo quedó en la Cámara de Diputados: Roberto Miguel Lifschitz que ganó amplia, muy ampliamente, en el rubro Diputados. “Ampliemos” este asunto. En Senadores el triunfo fue del peronismo que recuperó a Rosario y Capital, dos Departamentos claves por el volumen de votos y el peso específico.
Lifschitz quedó como el jefe de la oposición real (Cámara de Diputados) y Bonfatti como el opositor virtual (titular del Socialismo) y un eje que debe entenderse: senadores radicales y peronistas conforman el total de 19 votos en la Cámara Alta (hay uno solo del PRO) y son un poder en sí mismo. Ora a favor, ora en oposición.
Perotti tiene un enemigo declarado: Lifschitz y un enemigo oscuro: las defecciones de sus ministros. Si los ministros no defeccionan el gobierno puede andar. Es marzo y aún carretea. No ha dicho todavía cuál fue el estado real de las finanzas provinciales al 10 de diciembre de 2019 ni el estado real, también, de cada ministerio. Esa deuda de información es un problema: ¿estaba fundida o no estaba fundida Santa Fe con los socialistas en el poder? Los números públicos consolidarían a un Gobernador que se repite: tiene un enemigo declarado y el laboreo de sus fusibles (un ministro es un fusible, nadie los votó, los designa el Gobernador) dará fuerza a la Gobernación. Nunca tan certero el dicho: “los idus de marzo” definirán cuatro años que serán peronistas pero, ay, pero deberían servir para una continuidad que es el espanto de Lifschitz y el sueño de varios peronistas de la segunda fila.
“Los pesepos” era el nomenclador de sus opositores para mencionar a los socialistas, cuando estos eran tan solo una agrupación política universitaria, No aumentaron en número, aumentaron en poder al unirse a un cuerpo radical sin cabeza, que ellos proporcionaron. Aún hoy el poder posible, para enfrentar a Perotti, está en el territorio que pertenece al radicalismo, todavía sin cabeza, sin líder provincial. De eso se aprovecha Lifschitz, mientras desea que se olviden de 12 años de triunfo del Estado de la Droga sobre el Estado Provincial, abandonado por el Estado Nacional.
EL DESIERTO ROSARINO
El triunfo de Javkin sobre Roberto Sukerman por un escaso margen puso a Rosario en situación de alerta. Es el estado natural de la Región Rosario. Cuando se victimizó con el socialismo en la intendencia (con ayuda del radicalismo) plañía por las injusticias del peronismo provincial y el peronismo nacional. Le fue bien. Cambió cuando el socialismo fue gobierno provincial. Desde el 2007 en adelante no creció del mismo modo.
Cuando Javkin le gana a Sukerman (candidato a intendente del peronismo ampliado) la elección se convierte en una definición que todos deberían leer correctamente. Perotti el primero. Fernández después y, básicamente, los jóvenes que armaron un horrible listado de ofertas más acomodaticias que prácticas.
Gana el gobernador, gana el senador territorial, pierde abrumadoramente el listón de Diputados Provinciales elegidos por “los muchachitos peronistas” (caramba, hasta la Granata hace una excelente elección viniendo bien desde el off side político partidario) y, posteriormente, pierden los Diputados Nacionales junto a Alberto Fernández, el porteño. No leer es una muestra de analfabetismo político.
Javkin es un dirigente preparado y sólido que le gana a un candidato peronista preparado y sólido y ninguno de ellos (de los dos) saca tantos votos como el Gobernador, el Primer Diputado y el senador Departamental. Los números no son materia de especulación. Simplemente son números. Javkin formó parte del desastre Fein. Fue Secretario de Estado Municipal. Siempre supo qué pasaba en la ciudad. Siempre.
El intendente actual está solo en una Municipalidad en los hechos fundida, por las deudas acumuladas y la pésima administración de la señora Mónica Haydée Fein, y debe conversar con un gobernador Peronista, un Senador Departamental Peronista, un titular de la Cámara de Diputados que no lo quería y no lo quiere, habida cuenta que apoyó a la otra candidata en la interna para intendente (Javkin puede ser candidato a gobernador más fácilmente que Lifschitz, tiene menos pecados que esconder, prácticamente ninguno) y con un gobierno nacional híper peronista. Sus enemigos son la realidad, económica y social, y las definiciones de dos cuerpos políticos, provincia y nación, que no piensan como él y finalmente, si se decide a ser ejecutivo de decisiones calientes y certeras. Muchas.
LA COMPRAVENTA DEL ESTADO
Alberto Fernández, el porteño, tan contradictorio en sus declaraciones, debe vender como buena una Argentina fundida y un poder que ni siquiera comparte sino que debe discutir día a día, tramo a tramo. No son suyos los votos ni lo serán mientras la mediatización sea más valiosa que la acción. Dicho de otro modo. Una declaración de Cristina y los suyos arma más alboroto que las idas y vueltas en declaraciones públicas del Señor Presidente explicando en el mejor estilo de Saúl Eldover Ubaldini: “ni una cosa ni la otra... sino todo lo contrario”. Difícil enemigo el peso específico que muestra la balanza. “Res non verba” y zafa; de otro modo no.
Omar Perotti, el rafaelino, debe mostrar hechos positivos en dos cuestiones muy difíciles: la droga y sus estragos sociales, y la economía. No es sencillo si no se aclara cuánto es lo que la sociedad socialista/radical tenía de malo y muy malo y cuánto lo que faltaba en las cuentas. Agrava su trabajo que la droga es un delito federal que hace calamidades territoriales y la economía una referencia directa al bolsillo mes a mes, día a día, atada a la balanza nacional. Los habitantes de la provincia son sencillos. No entienden de balances y cuentas atrasadas ni de origen de los muertos en las balaceras.
Aclaración para entendidos: hay dudas con el “método Bannon” (Steve Bannon) que el jefe de prensa del señor Ministro, jefe de prensa con CV que incluye Afganistán y Guatemala, como también asistencia a Sergio Berni, aplica en el relato de quien lo contrató y que, se insiste, no ha sido útil hasta ahora. Me temo que empeorará. Tengo otro temor: los votos son del gobernador, no de un ministro que puede alterar sentido y calidad de esos votos.
El Intendente Javkin tiene como enemigos a sus socios, los socialistas con quienes comparte el poder y una Región Rosario que le pide que enfrente al peronismo provincial y nacional. El enemigo de Javkin es la circunstancia y el entorno. Después lo que haga con el cargo y la región. Su enemigo es la soledad. Es su pelea.
Presidente, gobernador e intendente han comprado, provisoriamente, el Estado mediante el voto popular. Desde ése poder legítimo deben vendernos paz, prosperidad y porvenir. Para sostenerse. Para seguir. Para no arruinarnos mas allá de lo que quieren sus enemigos.