La misma noche en que los vecinos de Santa Fe alzaron su voz para protestar contra la inseguridad, un hombre fue asesinado. ¿Burla cruel del destino o baño de realidad?
La víctima tenía 62 años. Fue atacado frente a su casa de fin de semana por un sujeto que luego escapó en moto.
La misma noche en que los vecinos de Santa Fe alzaron su voz para protestar contra la inseguridad, un hombre fue asesinado. ¿Burla cruel del destino o baño de realidad?
Para colmo de males el nuevo hecho de sangre (es el homicidio N 23) ocurrió en la ya castigada zona de la costa, más precisamente, en jurisdicción de Colastiné Sur.
Eran cerca de las 22 cuando Daniel Lordi (62), un comandante retirado de la Gendarmería Nacional, se encontraba junto a su esposa en su casa de fin semana, algo que ambos hacían de manera habitual.
En rigor, el hombre estaba en la puerta del inmueble hablando con su celular, mientras su esposa permanecía en el interior de la vivienda.
De repente una fuerte detonación retumbó en el lugar. Y segundos después el sonido del motor de una moto que se alejaba a gran velocidad.
Sospechando lo peor la mujer acudió hasta la puerta y fue entonces cuando encontró a su esposo tendido en el suelo y con sangre en el rostro.
En medio del espanto la esposa buscó su teléfono celular para pedir auxilio. Minutos después arribaron al lugar varios móviles policiales y una ambulancia en donde se trasladó al herido hasta el hospital Cullen.
Según trascendió el hombre ingresó en condición desesperante a dicho nosocomio donde se le diagnosticó “herida de arma de fuego en cráneo, con orificio de entrada y orificio de salida”. El hombre agonizó algunos minutos hasta que finalmente se produjo su deceso.
Un buen vecino
“La verdad es que estamos todos conmocionados por lo que pasó. Mi padre era un hombre sumamente tranquilo que nunca tuvo problemas con nadie”, dijo hoy Sebastián, hijo de la víctima, en diálogo con El Litoral.
El joven narró que una de las actividades preferidas del matrimonio (que tiene su residencia permanente en barrio Mayoraz) era acudir hasta el ‘rancho’ de la costa, donde pasaban largos ratos en plan de descanso y recreación. “A el le gustaba pescar como hacer arreglos en la vivienda”, comentó.
Más adelante señaló sentirse “sorprendido y desconcertado” por lo ocurrido. “Mucho no puedo opinar porque no estaba allí cuando pasó todo. Prefiero esperar el avance de la investigación”, cerró.
En este sentido el caso quedó en manos del personal de la AIC que realizó peritajes en el lugar, en busca de hallar algún indicio que conduzca hasta el autor del crimen.