Desde hace tiempo, distintas bandas se disputan el territorio en Barranquitas, en la zona oeste de la ciudad de Santa Fe. Estas precarias organizaciones criminales se enfrentan entre sí y someten a los vecinos en busca de expandir sus áreas de domingo dentro de la populosa barriada. El Ministerio Público de la Acusación, a través del doctor Estanislao Giavedoni, investiga esta situación desde mediados del año pasado, a raíz de distintas denuncias.
Este viernes, por solicitud del fiscal, el juez Nicolás Falkenberg le dictó la prisión preventiva a tres destacados integrantes de una de las gavillas más “activas”. Un cuarto sujeto consiguió la libertad, con medidas alternativas. Los cuatro están acusados de graves hechos ocurridos días atrás.
Los incidentes que se analizaron en esta audiencia comenzaron luego de un episodio sucedido el martes 10 de febrero en la Cárcel de Coronda, donde -en horas de la tarde- fue asesinado a “facazos” (puntazos dados con un arma de fabricación casera) Claudio “Chijí” Gómez, quien este año terminaba de cumplir con su condena y ya gozaba del beneficio de las salidas transitorias. Este sujeto aparentemente había formado parte de una de las bandas de Barranquitas.
Horas más tarde, durante el funeral, violentos individuos de un “clan” rival balearon una vivienda de la hermana del hombre muerto. No conformes, en los días siguientes, estos delincuentes armados siguieron acosando a la mujer. “Andate de tu casa, porque te vamos a matar”, le habrían advertido, palabras más o menos.
Ante ello, el fiscal Giavedoni dispuso un operativo que incluyó once allanamientos que se concretaron el pasado jueves 5 de marzo, en el que fueron apresados los cuatro sospechosos y se secuestró un revólver calibre 22. Ahora, todos ellos enfrentan un proceso en el que fueron imputados por amenazas, específicamente “coacción”, un delito que tiene una pena mínima de 5 años de prisión.
Los investigadores observan que este es un modus operandi que utilizan todas las bandas que están en la mira, las que buscan “depósitos” de armas y posiblemente droga en los inmuebles de la zona. Así son echados los vecinos, que huyen al ver amenazadas sus vidas. Otros, posiblemente se quedan, pero “eligen” colaborar, sin demasiadas alternativas.
Mientras tanto, la intervención integral del MPA continúa en el barrio, en conjunto con el Organismo de Investigación y la Agencia de Investigación Criminal de la policía de Santa Fe.
Los arrestos mencionados generaron otra reacción en Barranquitas, porque grupos enfrentados a esta banda comenzaron a moverse para tratar de aprovechar y ganar terreno. “Uno de los detenidos era la mano derecha del líder de ese grupo. Fue como patear el avispero”, reconoció uno de los investigadores.
“Las medidas cautelares impuestas a estas tres personas se enmarcan en una serie de conflictos interpersonales entre familias y de enfrentamientos entre bandas antagónicas de la zona oeste de la ciudad, más precisamente en el barrio Barranquitas”, sostuvo Giavedoni luego de la audiencia.
El fiscal detalló que “al hombre de 49 años se le atribuyeron dos hechos ilícitos. Uno de ellos fue cometido entre noviembre y diciembre del año pasado. En dos oportunidades, interceptó en la vía pública a una mujer. Mientras le exhibía una escopeta y un revólver, la amenazó de muerte y le dijo que la sacaría del barrio”. En relación al otro hecho ilícito, Giavedoni indicó que “fue cometido el jueves de la semana pasada, oportunidad en la que se le secuestró una pistola calibre 22 cargada sin la debida autorización que tenía bajo la esfera de su custodia en su casa”.
En relación a las otras dos personas que quedaron en prisión preventiva, el funcionario del MPA sostuvo que “en enero de este año, uno de ellos interceptó en la vía pública a la víctima, a la que le apuntó a la cabeza con un arma de fuego, la amenazó y le dijo que tenía que abandonar el barrio”.
“Por otra parte, el pasado 15 de febrero, el otro joven investigado junto a otras dos personas realizaron disparos de armas de fuego con una vivienda del barrio Barranquitas, amenazaron de muerte a sus moradores y les exigieron que se retiren del inmueble”, añadió.
El trabajo de intervención desarrollado en Barranquitas es similar al que ya se realizó en otros, como Yapeyú, Las Lomas o Cabal. Las zonas son determinadas por el Centro de Monitoreo Ojo, que procesa múltiple información (los llamados telefónicos al 911, por ejemplo) y así elabora el “mapa de calor”. Los datos permiten conocer no sólo cuáles son los lugares más conflictivos de Santa Fe, sino también cuáles son las principales problemáticas de cada lugar.