Desde el jueves, Eduardo Domínguez sólo persigue un objetivo: hacer todo lo posible por mejorar a este Colón que anda a los tumbos y que ahora suplica, con la vuelta del entrenador, que se encuentre un rumbo que está perdido desde hace meses.
Jugará la dupla Bianchi-Olivera en el fondo y en principio apuesta a un 4-4-2 para visitar al equipo de Cocca. Se trabajó mucho desde el jueves, día en el que el DT volvió a pisar el predio sabalero. La parada en Rosario no es fácil para su debut.
Desde el jueves, Eduardo Domínguez sólo persigue un objetivo: hacer todo lo posible por mejorar a este Colón que anda a los tumbos y que ahora suplica, con la vuelta del entrenador, que se encuentre un rumbo que está perdido desde hace meses.
Burián; Vigo, Bianchi, Olivera y Delgado; Zuqui, Fritzler, Estigarribia y Aliendro; Chancalay y Morelo, fueron los once titulares que puso en cancha el técnico en este retorno a la institución, para enfrentar este lunes a las 21.10 a Rosario Central.
Así planteado el equipo, Chancalay aparece como punta junto con Morelo. Se hace la aclaración porque a “Chanca” se lo ha probado en varios lugares, ya sea como carrilero por cualquiera de los dos costados, como media punta y también como delantero.
Si la idea es jugar 4-4-2, ni Zuqui ni Aliendro tienen las características del jugador que “rompa” por afuera. Aliendro más que Zuqui, en ese aspecto. Y en cuanto a Estigarribia, esa posición de doble cinco ya la desempeñó en algún momento y no la desconoce.
La otra es pensar en Zuqui y Estigarribia como internos a los costados de Fritzler y en Aliendro jugando de doble cinco más adelantado, como lo experimentó ante River el año pasado y lo iba a hacer en la final ante Independiente del Valle y se lesionó.
Atrás, Delgado pasa a la posición de lateral y Domínguez va a jugar con Bianchi y Olivera como zagueros. Durante los pocos días de entrenamiento, desde el jueves, paró un equipo con variantes, inclusive hasta con tres en el fondo, algo que difícilmente intente Domínguez, al menos hasta que le encuentre solidez a un equipo muy débil a la hora de defenderse.
Será un partido complicado y el inicio de una seguidilla —si es que el fútbol sigue y no se para el martes— de cuatro encuentros con tres de visita (Central, Atlético Tucumán, cuyo gobernador prohibió toda actividad deportiva, y Racing, con uno intercalado de local ante Defensa y Justicia, en teoría programado para el sábado a las 15.30).
Colón está urgido de sumar puntos, pero también de encontrar una imagen futbolística que permita sustentar esos resultados que se hacen tan necesarios. Tuvo algunos pasajes, ante Boca y Talleres, pero los segundos tiempos fueron magros y el final está a la vista: goleado por Boca en Santa Fe y superado claramente en la Docta.
Domínguez debe atacar las causas de la debacle anímica, futbolística y física. Son once finales en las que se debe encontrar, con la mayor rapidez posible, ese punto que marque la bisagra entre la paupérrima campaña de los últimos diez partidos sin victorias y un futuro que le dé esperanzas para mantener la categoría, algo que a esta altura se está haciendo complicado por el bajísimo promedio.