Lo juzgan por femicidio, él dijo que quiso matarse
Después de tres años comenzó el juicio por la muerte de Cristina Sandoval. El imputado es su ex pareja, que se entregó a la policía el mismo día del hecho y dijo que ella se había suicidado.
Archivo El Litoral Cristina Sandoval cuidaba los hijos de una vecina cuando fue alcanzada por un disparo en la cabeza el 18 de abril de 2017.
Con medidas preventivas incentivadas por el avance del Coronavirus, comenzó el juicio por el femicidio de Cristina Alejandra Sandoval, ocurrido casi tres años atrás, y por el que está detenido su ex, Pedro Antonio Toledo. Para la fiscalía se trató de un homicidio que debería tener como consecuencia la prisión perpetua, mientras que la defensa sostiene la existencia de una “duda razonable” y solicita la absolución. El tribunal a cargo de resolver está compuesto por los jueces Jorge Patrizi -presidente-, Gustavo Urdiales y José Luis García Troiano.
Los fiscales de la Unidad de Homicidios, Gonzalo Iglesias y Cristina Ferraro, describieron durante la apertura del debate el contexto en el que ocurrió el disparo que terminó con la vida de la mujer de 41 años que estaba cuidando a los hijos de su vecina. Era la madrugada del martes 18 de abril de 2017, y la víctima discutía con su ex pareja, su relación había estado marcada por la violencia de género, violencia física y también psicológica. El altercado culminó cuando él le disparó en la cabeza. Por esto, Pedro Antonio Toledo fue imputado como autor de homicidio triplemente calificado, por el empleo de arma de fuego, por el vínculo y por femicidio.
Si bien ese mismo día -un par de horas más tarde- Toledo se entregó y dio otra versión de los hechos -que ella había intentado quitarse la vida-, el abogado particular Héctor Tallarico manifestó que su defensa se centrará en analizar si la acusación es capaz de demostrar que su cliente utilizó el arma, y que fue él el autor del disparo que dio muerte a Cristina Sandoval. Con su planteo pretende demostrar que existe una “duda razonable” dentro de la mecánica de los hechos que describe la fiscalía, por lo que correspondería la absolución bajo el principio “in dubio pro reo”.
Aun con vida
Durante la primer jornada del debate el tribunal escuchó a los testigos de la fiscalía, entre los que se encontraba el personal policial que asistió a la vivienda de calle Arzeno al 7300 -barrio Scarafía- esa trágica noche, y miembros de la -por entonces- Policía de Investigaciones (PDI) que intervinieron en la investigación. Los agentes brindaron información acerca de lo sucedido aquella noche, y las declaraciones que hicieron los testigos y el imputado.
Pasadas las 2 de la mañana, un hombre se acercó en moto hasta un patrullero, informó que Cristina estaba herida de bala y guió a los efectivos hasta el lugar. Una vez allí se encontraron con dos hijas de la mujer, que alarmadas por la detonación del arma fueron al encuentro de su madre. La puerta estaba cerrada con llave, y Cristina yacía, aun con vida, en el piso de la cocina. Uno de los agentes forzó la entrada, y tras comprobar la situación se llamó a los servicios de urgencias.
El mismo hombre que alertó a la policía fue quien informó que Toledo se había acercado al lugar para pedirle plata a su ex pareja con la intención de comprar cocaína, ya que era adicto. Intentó sacársela del corpiño, ya que ella solía guardarla allí, y discutieron. Desesperada sacó un arma para obligarlo a irse, pero el hombre forcejeó con ella y se la sacó de las manos, para luego dispararle. Luego, el testigo manifestó que Toledo intentó obligarlo a sacar a Cristina por la ventana y hasta gatilló el arma, que afortunadamente no funcionó. Acto seguido se dio a la fuga.
Archivo El Litoral La policía allanó la casa de la madre del acusado, donde encontró el arma escondida detrás del pilar de la luz.
La policía allanó la casa de la madre del acusado, donde encontró el arma escondida detrás del pilar de la luz. Foto: Archivo El Litoral
Suicidio
Más tarde esa mañana, a las 7, y a pesar de todos los intentos de los médicos del Hospital José María Cullen, Cristina falleció. El proyectil que había quedado alojado en su cabeza causó un daño irreversible. Alrededor del mediodía, dos hombres se apersonaron en la Seccional IV. Uno de ellos era Pedro Antonio Toledo, que llevaba la misma campera deportiva que usó en la madrugada, manchada de sangre. Se sentó en silencio, mientras que el otro hablaba con un policía al que le comentó que él era su cuñado y que era requerido por un homicidio. Inmediatamente se dio aviso y el jefe de la sección Homicidios concurrió al lugar. Fue ante este que Toledo brindó su versión de lo acontecido: Cristina intentó suicidarse. Tras esto, desesperado, tomó el arma, salió corriendo y la escondió en un pilar en la casa de su madre.
Lo detuvieron y luego miembros de la PDI se trasladaron al lugar indicado por Toledo y, efectivamente, en la caja de luz encontraron la pistola Browning calibre 3,65 mm oxidada.
Desde ese 18 de abril de 2017 la familia de Cristina Alejandra Sandoval reclama justicia, y con el debate ya iniciado, puede que para el tercer aniversario de su muerte se haya arrojado luz sobre lo acontecido esa trágica madrugada.
Agenda
La declaración de los testigos continuará el miércoles 18 y se prevé que el jueves se presenten los alegatos finales. El tribunal dará a conocer la sentencia el miércoles 25 de marzo a las 11.