Casi la mitad de los estudiantes de todo el mundo permanecen en sus casas debido a la pandemia de coronavirus, que ha provocado el cierre total de escuelas y universidades en 102 países y parcial en otros 11, informó la Unesco. Según el último informe, se trata de unos 850 millones de estudiantes que no van a clases y la cifra sigue aumentando porque cada vez son más países los que toman la decisión de restringir la circulación de personas y cierran los centros educativos.
El organismo con sede en París destacó en un comunicado publicado en su página web y lanzó una coalición mundial para asesorar a los países miembros sobre cómo pueden acelerar el despliegue de soluciones de aprendizaje a distancia, la única forma de proteger a los estudiantes ante el riesgo de que la crisis sanitaria aumente más aún la brecha social. “La escala y velocidad de los cierres de escuelas y universidades representan un desafío sin precedentes para el sector de la educación”, indicó la organización, que ha puesto a disposición de los países afectados asesoramiento para ejercer la docencia a distancia.
Para la directora general de la organización, Audrey Azoulay, la situación creada por el Covid-19 impone a los países “desafíos para proporcionar un aprendizaje ininterrumpido a todos los niños y jóvenes de manera equitativa”. Azoulay consideró que la crisis del coronavirus puede ser “una oportunidad para repensar la educación, ampliar el aprendizaje a distancia y hacer que los sistemas educativos sean más resistentes, abiertos e innovadores”.
Si bien todavía es difícil valorar los efectos del cierre de escuelas, la Unesco publicó una lista con las principales repercusiones que tendrá, muchas de las cuales se extienden más allá del área educativa.
Por ejemplo, destacó la agencia de la ONU, provocará la interrupción del aprendizaje, la nutrición en el caso de los estudiantes que dependen de las comidas gratuitas o con descuento que reciben en las escuelas, y la contención social que las escuelas ofrecen a muchos niños y jóvenes.
Además, advirtió que los padres no están preparados para la educación a distancia y en el hogar -algo que afecta especialmente a los padres con niveles educativos bajos y recursos limitados- y que las diferencias socioeconómicas también producen un acceso desigual a los portales de aprendizaje digital y un cuidado más intermitente para los niños en los hogares.
Por último, la Unesco también adelantó que las medidas preventivas que forzó esta situación de pandemia podrían favorecer más adelante a un aumento de las tasas de abandono escolar. “Es un desafío asegurar que los niños y jóvenes regresen y permanezcan en la escuela cuando las escuelas vuelven a abrir después de los cierres”, sostuvo el comunicado y agregó: “Cuando las escuelas cierran, muchos niños y jóvenes pierden el contacto social, que es esencial para el aprendizaje y el desarrollo”.