El actual secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el uruguayo Luis Almagro, ganó unas polémicas elecciones en las que se enfrentó a la ex canciller ecuatoriana y ex presidenta de la Asamblea General de la ONU María Fernanda Espinosa, y seguirá al frente del organismo, marcado por una fuerte división política en la región, durante cinco años más.
Almagro recibió el apoyo de 23 de los 34 miembros activos de la OEA (Cuba es parte del ente, pero no participa desde 1962), mientras que 10 países -entre ellos la Argentina- respaldaron a Espinosa. La misión de Dominica se ausentó de la sesión, celebrada en la sede en Washington.
Almagro superó la barrera de 18 votos que necesitaba para hacerse con la reelección, pero no recibió el respaldo casi unánime que lo colocó como secretario general en 2015, cuando cosechó 33 de los 34 sufragios, en unos comicios en los que fue el único candidato.
“En primer lugar, fundamentalmente, mi agradecimiento a aquellos que llevaron adelante mi candidatura, aquellos que palmo a palmo la defendieron, la promovieron y la lucharon”, aseveró el político uruguayo, cuya propuesta fue impulsada por Estados Unidos, Brasil y Colombia, ya que Almagro mantenía una disputa política con el ahora ex gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez.
Almagro, una de las voces internacionales más duras contra el presidente venezolano, Nicolás Maduro, aseguró que “seguirá siendo” el secretario general de todos, no solo de quienes lo eligieron.
“Lo he dicho parafraseando un discurso de hace más de 200 años, mi autoridad emana de vosotros, como sucede hoy”, subrayó en una breve comparecencia en la que apareció con guantes de látex de color azul, como medida precaución por la pandemia global del coronavirus.
Pese al holgado resultado, la votación estuvo marcada por la tensión que emana de la creciente polarización que existe en el continente. “Votación sin apego a procedimientos, forzada y en condiciones adversas. No estuve presente por restricciones de la Secretaría”, criticó Espinosa en una breve comunicación telefónica con la agencia Télam.
Más tarde acudió a su Twitter, para decir que que “ya vendrá el tiempo de las mujeres en la OEA y en los gobiernos de las Américas”.
Su candidatura había sido respaldada por Antigua y Barbuda y San Vicente y las Granadinas, dos de los países caribeños más cercanos a Maduro, y había logrado captar buena parte de los votos del Caricom, así como el respaldo de México y Argentina.
Sin embargo, Espinosa es una figura polémica dentro de su país, Ecuador, y por eso no logró el apoyo de ese gobierno, que anunció que votaría por Almagro.
Ecuador está presidido por Lenín Moreno, quien llegó al poder apoyado por el partido País del ex presidente Rafael Correa, pero cuando asumió el mando viró sus políticas hacia la derecha y auspició la creación de causas judiciales contra su antecesor.
Hoy, inmediatamente después de que se proclamara la victoria de Almagro en el pleno de la OEA, pidieron la palabra la embajadora de México, Luz Elena Baños, y la representante de Argentina, Graciela Curia, y expresaron preocupación por la polarización que, a su juicio, Almagro ha promovido en el continente.
En su primer mandato en la OEA, Almagro apoyó firmemente al líder opositor venezolano Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de su país por 50 naciones, aunque este respaldo internacional no logró cambios dentro del Palacio de Miraflores. De hecho, Guaidó celebró hoy la reelección de Almagro.
“La ratificación de Luis Almagro en la OEA con 23 votos demuestra que la región comprende que la lucha contra el autoritarismo es fundamental”, dijo el también jefe de la Asamblea Nacional a través de la red social Twitter.
Además, expresó que “el pueblo venezolano agradece” a Almagro “su ayuda al darle visibilidad a la grave crisis humanitaria y por su apoyo a la lucha contra el gobierno de Maduro y el rescate de nuestra democracia”.
Durante la campaña, el gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, usó toda su maquinaria política para presionar al resto de los países e intentar captar votos para Almagro, al que percibe como un aliado frente a Nicaragua, Venezuela y Cuba.
Además, la Casa Blanca instó públicamente al embajador de Perú en Estados Unidos, Hugo de Zela, a retirar su candidatura al considerar que estaba “dividiendo” a su bloque de aliados, ya que ambos competían por el respaldo de un grupo similar de países.
De Zela, que había propuesto una vía institucional favorable al diálogo en Venezuela, anunció el lunes pasado que abandonaba la campaña, lo que le ha permitido a Almagro aumentar su ventaja sobre Espinosa.
Almagro concluirá su primer mandato como secretario general en mayo y, entonces, comenzará otro periodo de cinco años, hasta 2025.