Con la llegada del coronavirus, el teletrabajo —desempeño de funciones y tareas que utilizan las tecnologías de la información y comunicaciones, sin necesidad de presentarse físicamente en el lugar laboral— se abrió paso de inmediato en las empresas privadas. Para estos casos, hay regulaciones normativas (dictadas por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo de la Nación); pero para los organismos públicos, no.
En la ciudad, los servicios esenciales que quedaron exceptuados al decreto nacional que fijó el aislamiento social, preventivo y obligatorio en todo el país abarcan el personal municipal asignado salud; a barrido, limpieza y fumigación, alumbrado y obras públicas; comedores de jardines municipales y cementerio, entre otros. Las consultas municipales se hacen vía telefónica mediante el 0800-777-5000, o por chat de la página web del municipio.
El personal administrativo de, por ejemplo, las áreas de hacienda, contaduría, entre otras —que son funcionales a la estructura y funcionamiento operativo del municipio— está trabajando con dotaciones reducidas, y ateniéndose a la cuarentena obligatoria. El Palacio Municipal está cerrado; hay guardias mínimas en áreas específicas, indicaron fuentes municipales a este diario.
El decreto municipal N°0048 adhirió en todos los términos al aislamiento obligatorio dictado por Nación; fija aquellos servicios esenciales o críticos que quedan excluidos del aislamiento, e instruye además a las autoridades superiores y personal de gabinete a que, mientras rija el aislamiento, “se convoque a los trabajadores para dotar del plantel que garantice los servicios esenciales, ya sea en forma presencial o bajo la modalidad de teletrabajo”. El rigor, hay algunas áreas puntuales —administrativas, de hacienda, de comunicación, entre otras— del municipio local que ya están trabajando mediante la modalidad de teletrabajo, indicaron las mismas fuentes.
Con todo, la pandemia llevó a repensar otras formas laborales, para asegurar el distanciamiento físico como medida preventiva. Y esa posibilidad (la única, dado el contexto de cuarentena obligatoria) es el teletrabajo: así lo entiende la concejala Laura Spina (UCR-FPCyS), que ingresó un proyecto de ordenanza donde propone una regulación clara y taxativa (que no existe en la ciudad) de esta modalidad virtual para agentes del Estado municipal, principalmente de las áreas administrativas.
La regulación, punto por punto
El proyecto de ordenanza plantea en su letra establecer una regulación temporal del teletrabajo en el ámbito municipal mientras “transcurra la emergencia sanitaria producida por el Covid-19”. Abarca a agentes de la Caja de Jubilaciones Municipal, del Tribunal de Cuentas y de todo ente vinculado al municipio con independencia de su personalidad jurídica.
Se autoriza al intendente, al presidente del Concejo y a todas las autoridades superiores de entes municipales a disponer el teletrabajo del personal municipal de planta, contratado, o cualquiera fuera su tipo de vinculación, que realiza tareas administrativas o de servicios y que puedan efectuarse por medio de las tecnologías de información y comunicaciones (teletrabajo).
Como el Concejo no está sesionando (en consecuencia, no se podría tratar en recinto la iniciativa legislativa en cuestión), su texto prevé la posibilidad de que se dicten decretos específicos por parte de Ejecutivo para la afectación del personal al teletrabajo, determinando en cada caso “la jornada y horario aplicable a los empleados que participen” de sus labores bajo esta modalidad.
El teletrabajador municipal mantendría su puesto de trabajo y funciones, como así también la misma dependencia jerárquica hacia su responsable, de quien seguirá recibiendo instrucciones y directivas. “Deberá declarar el domicilio físico donde realizará el trabajo y el correo electrónico, teléfono o celular donde se considerarán válidos todos los mensajes y comunicaciones laborales”. El empleado “virtual” mantiene la obligación de comunicar las ausencias o licencias legales a la Dirección de Recursos Humanos, dice el texto.
El personal teletrabajador deberá encontrarse en servicio activo y reunir conocimientos suficientes en “ofimática” (uso de una PC, de los programas que debe utilizar para realizar su labor, de los sistemas de conexión remota, etcétera); poseer un dispositivo electrónico compatible con las capacidades mínimas que demanda su trabajo (...) y tener conexión a internet. Y por los gastos de luz y de servicio de internet, se le podrá abonar una compensación adicional mensual no remunerativa de 300 pesos.
Los directores de las áreas informáticas del municipio establecerían la forma de acceso, privilegios e identificación de los dispositivos que sean compatibles con la seguridad de la infraestructura municipal, y redactarán las reglas de conectividad, capacidades, velocidades, prohibiciones y toda cuestión que deba considerarse. “El municipio ha de prestar al teletrabajador el adecuado apoyo técnico para el correcto funcionamiento de los medios materiales, sean propios o facilitados por aquél”, añade el proyecto.
“Se trata (con la iniciativa legislativa) de tomar medidas extraordinarias para que las áreas administrativas puedan seguir prestando los servicios a la ciudadanía santafesina”, le explicó Laura Spina a El Litoral, que además de ser concejala es especialista en Derecho Informático. “Es una regulación temporal, por la emergencia sanitaria”, insistió.
La emergencia “excedió todos los tiempos y hay que adoptar todas las medidas en forma urgente. Es imprescindible que algunas áreas específicas (de la gestión municipal) sigan en funciones, y ésta es una forma de facilitar que pueda teletrabajar, cumpliendo los servicios más imprescindibles en el área administrativa, bajo un regulación con claridad normativa. Esto es un aporte desde mi lugar de legisladora local”, expresó.
Spina aludió al teletrabajo como una herramienta muy válida en un contexto de crisis sanitaria que, inevitablemente, traerá coletazos económicos. “Se intenta también que no decaiga tanto la economía local, dentro de lo que se puede hacer. Además, mantenerse en trabajo desde la casa (a través de la modalidad virtual) en medio de una cuarentena obligatoria, hace que la gente se siga sintiendo psicológicamente útil y activa. Es algo positivo. Esto también considerando la posibilidad de que se extienda el período de aislamiento preventivo y obligatorio”, concluyó Spina.