Juan Manuel Fernández | @jotafernan
Las medidas que impuso el aislamiento dificultan una respuesta rápida a las roturas que suceden en el campo en plena cosecha. A su vez, las fábricas no pueden aprovechar negocios estacionales ni despachar ventas al exterior.
Juan Manuel Fernández | @jotafernan
El alerta sanitario y la cuarentena nacional para frenar el avance del coronavirus no podría haber llegado en peor momento para las empresas de maquinaria agrícola. Es ahora, en plena cosecha gruesa, cuando las firmas tienen mayor actividad, tanto de ventas como de reparaciones a campo. Sin embargo la operatividad está reducida por las medidas de aislamiento, lo que impide aprovechar negocios estacionales a los fabricantes y demoras en la asistencia técnica a los clientes.
La Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA) informó a sus socios que desde el gobierno nacional confirmaron que fábricas, talleres y concesionarios no están incluídos en las actividades exentas del aislamiento, por lo que están obligados a suspender la actividad. “Se aclara que sólo excepcionalmente se puede asistir a un cliente en un servicio de reparación y entrega de un repuesto, con el mínimo movimiento posible e indispensable de personal”, dice la nota, en la que se informa además que la Comisión Directiva de la entidad “se encuentra en asamblea permanente”.
Al respecto, el presidente Néstor Cestari, afirmó: “hoy estamos en cuarentena total; las fábricas están cerradas, la gente no está trabajando en las plantas ni en la administración, ni los dueños están trabajando en las empresas; o sea: es acatamiento total”. Recordó que el negocio tiene etapas, de cosecha, siembra y pulverización; por lo que ahora, en plena trilla, “se nos van las época y el perjuicio es muy grande” porque la oportunidad se aplaza hasta fin de año.
Sobre la posibilidad de asistir con servicio técnico a sus clientes, Cestari indicó que “la cosecha está en marcha, no espera”, a diferencia de otras tareas que pueden demorarse. Y relató: “se nos autorizó únicamente en caso de emergencia, y como último recurso, la asistencia de la reparación y el repuesto, pero tiene que estar justificado”. Explicó que sólo pueden ocuparse de “piezas vitales” y así lo deben demostrar ante autoridades policiales en un control. “Es importante que el productor y el contratista sepan que no estamos pudiendo ejercer esta función porque estamos obligados a tener las puertas cerradas”, añadió. Incluso dijo que no pueden entregar máquinas listas en las plantas ni “cumplir con las exportaciones”.
En tanto, en concesionarias cercanas a la capital santafesina de la firma John Deere -Rafaela y San Justo- relataron que trabajan con guardias mínimas de personal, en horarios reducidos y con las precauciones del caso. “Servicios a campo o entrega de maquinaria -porque estamos en plena campaña- se están haciendo con todas las medidas de seguridad; lo mismo que el carretón, aunque el chofer está teniendo problemas en la ruta para encontrar un baño o lugar donde comer”, relataron.
Tanto en los talleres como en las asistencias técnicas a campo se trabaja con la mitad del personal en rotación y sólo con los repuestos en stock, porque está prácticamente paralizada la logística de envíos desde la fábrica, ya que las empresas de transporte también se ven afectadas. Por lo tanto “hay demoras en las reparaciones de un 60/70%; por ejemplo arreglar la tapa de cilindro de un tractor en vez de tardar 3 días lleva 10”, detallaron.
“tenemos las máquinas conectadas, entonces los soportes remotos los podemos hacer con los técnicos desde sus casas”, indicaron, respecto de actualizaciones o diagnósticos, porque “lo mismo que ve el cliente en la pantalla los vemos nosotros en la computadora”.
De todos modos los mecánicos que salen a campo o quienes atienden al público manifiestan desempeñarse con temor al contagio, dado que las medidas de seguridad “en algún momento se cortan” en función de la dinámica misma del trabajo. Por ejemplo, al retornar de reparar cosechadoras y tractores a campo un técnico explicó: “tuve precauciones, pero de qué te sirven; puedo estar lejos de las personas pero la máquina puede estar contaminada; y uno mientras trabaja transpira, hay polvillo y se ensucia la cara y te pasas la mano porque te pica; o te llama un cliente y atendés el celular; entonces los cuidados y prevenciones se te van de las manos, es imposible”.
En tanto, en los concesionarios New Holland de la región se decidió no tener atención presencial en los locales, pero sí una guardia de repuestos y servicios a la que puede recurrir el cliente en caso de emergencia. “Llaman por teléfono, indican la pieza que precisan y acordamos la entrega, que puede ser en la puerta del local o en el campo”, explicaron desde la representación en Franck. En cuanto a los plazos en los trabajos, de reparación en el taller o a campo, admitieron que están “complicados” al encontrarse con dificultades en cada movimiento. Por ejemplo una salida para socorrer una cosechadora descompuesta que debía hacerse ayer se pospuso porque la estación de servicio trabaja con horario restringido y debieron esperar para obtener el combustible necesario. “Las reparaciones sin compromiso en el corto plazo están paradas”, agregaron.
Pero lo que más preocupó al concesionario es la situación bancaria que generó la liberación del clearing, que permite cobrar valores, mientras se mantiene la restricción para la venta de cheques, lo que impide hacerse de dinero para que sus proveedores puedan cobrar los pagos. “Si esto sigue así en el corto plazo se va a cortar la cadena de pagos”, advirtió.
Por su parte, desde Claas Argentina comentaron que están atendiendo a los clientes que se encuentran en campaña, en el marco de lo dispuesto por el gobierno, respondiendo “sólo urgencias en servicio técnico y repuestos”. Respecto de los plazos, desde el área de prensa indicaron: “estamos dentro de lo normal; en algunas provincias es más complicado circular que en otras y depende mucho de cada región”.