Se pone crítico con la actual gestión de Vignatti, marca diferencias con el primer paso del actual presidente por el club y dice que “se está perdiendo la identidad, como pasó en la última parte de la gestión de Germán Lerche”. Cuenta cómo fueron sus tiempos de jugador, la historia del día que lo fue a ver Passarella para llevarlo a River y la intimidad de la venta de Alario. No piensa volver a la arena política.
Luis Cetraro Godano presidente Fue la última etapa, cuando asumió luego de la renuncia de Eduardo Vega. El fue su vicepresidente primero y tuvo que asumir con la misión de mantener la categoría cuando se produjo el ascenso.
Hacía mucho que el “Bicho” Godano no hablaba. Es uno de los pocos que puede darse el lujo, en los clubes de Primera División, de haber sido jugador, entrenador y dirigente. Como jugador fue durante varios años y, además, sólamente vistiendo la camiseta de Colón. Lo hizo en más de 12 años, porque, en realidad, se retiró joven del fútbol profesional: tenía 30 años de edad. Es de esa clase de jugadores que sólamente vistió una camiseta, como pasó con grandes ídolos como Ricardo Bochini en Independiente, Antonio Ubaldo Rattín en Boca y “Mostaza” Merlo en River. Todo eso pasó con Víctor Francisco Godano, aquél flaco, alto y rubio, que había llegado de San Carlos cuando el club estaba en Primera pero se venían momentos muy duros.
—¿A qué edad te viniste de San Carlos, “Bicho”?
—Hasta los 17 años jugué en Argentino de San Carlos y en 1980 llegué a Colón. En ese entonces, estaba el Gitano Juárez con el profesor Hurtado en la primera. Yo jugaba en reserva y entrenaba con la primera, así que estaba en permanente contacto con ellos.
Archivo El Litoral Godano entrenador Dándole indicaciones, en la foto, al Pata Pereyra, el día del empate con San Lorenzo en uno, en 2003.
Godano entrenador Dándole indicaciones, en la foto, al “Pata” Pereyra, el día del empate con San Lorenzo en uno, en 2003.Foto: Archivo El Litoral
—¿Viniste de central o de “5”?
—En San Carlos me utilizaban en los dos puestos, de marcador central y mediocampista. En Colón empecé de defensor pero después me pasaron al medio. Fue cuando se armó aquel equipo con Trigili. Eramos muchos de la zona, estaba Caballero, Wermer, Carmona, Miguelito Gómez que vivía en el barrio San Lorenzo, Javier López, yo, Sergio Juncos, Carnevali era de Rosario... Ese equipo tenía una identificación con el club, en forma directa o indirecta porque había muchos que eran de la zona.
—¿Nunca hubo un ofrecimiento por vos?
—Mirá, lo que cuento es cierto... Se habló alguna vez de Independiente y también de River, pero a mí no me habló nadie. Los dirigentes de ese entonces me dijeron que había una oferta. Yo no tenía representante y arreglaba solito los contratos. Pero en el caso de River, hay una anécdota.
—¿Cuál es?
—Fue un partido con Banfield que ganamos de visitante. Ese día fueron Passarella, que era el técnico y Pipo Rossi a la cancha. Pipo me conocía porque en el 80 estuvo de técnico en Colón, antes de la llegada del Gitano. Ese día jugué de “5”, se lesionó Siviero y pasé de “6” y en la parte final terminé de líbero. A Passarella tenía la idea en ese momento de llevar jugadores del ascenso. Si hacés memoria te vas a acordar de Serrizuela, Corti, Rivarola, que jugaba en Cipolletti haciendo dupla con Solari Gil...
—En Cipolletti...
—Claro, en Cipolletti... Solari Gil era un defensor que metía miedo... Ahora, trabaja de camionero y cada vez que se cruza con algún camionero de la zona mía me manda saludos.
—Nombraste a Passarella. De los pocos que, como vos, fueron jugador, entrenador y presidente en el mismo club...
—Te nombro otro: Carlos Babington... El otro día, haciendo limpieza, encontré la camiseta que me dio el día que yo debuté en Primera. Fue un 4 a 1 en cancha de Huracán, en el ‘81. El técnico de Colón era Enrique Fernández. Ese día jugamos muchos pibes y suplentes, porque el partido anterior fue ese famoso con Boca, cuando el equipo se fue de la cancha y suspendieron a casi todo el plantel. Estaban Gaido, Mansilla, Marioni, entre otros. Perdíamos 1 a 0, lo empatamos y en los últimos minutos nos metieron los otros tres goles.
—¿Ese descenso, con un club que estaba cada vez peor, fue el momento más sufrido?
(Piensa) —¿Vos sabés que no?.... Sufrí mucho el hecho de no haber ascendido con Colón como jugador. Nosotros sabíamos que la gente la pasaba mal porque se decepcionaba después de jugar tantos años en el ascenso. Veía que dependía mucho de lo que nosotros hiciéramos para ser felices. Y estuvimos cerca. El de Trigili era un equipo que podría haber ascendido. Fue un torneo largo, yo estaba muy bien en ese torneo, pero un problema muscular me dejó afuera por dos meses. Y el plantel era corto. Arriba jugaban el Negro López, Walter Parodi que recientemente falleció y “Quebracho” Gamarra. Era un buen equipo ese.
—Hace pocos días, Colón cerró una historia de casi cinco años, que empezó con ustedes y terminó con este pago que se le hizo a Bayer Leverkusen para liquidar aquella negociación por Alario...
—Sí, arrancó con nosotros en 2015...
—¿Es cierto que te la jugaste aquella vez, a expensas de que quede todo en la nada?
—Te cuento cómo se dio: un viernes a la noche me llama Anibal Patanián, que era el vice de River y encargado de la negociación y me dice que había un problema con la rodilla de Alario, que había una imagen en el estudio que podía cambiar la negociación. A Lalo Vega, que había sido presidente antes que yo, lo llevo conmigo como traumatólogo para defender la operatoria y también viene Gustavo Ingaramo, que era vicepresidente... Siempre hay que viajar acompañado, nunca solo.
—No sólo es lógico, sino transparente, pero no todos lo hacen...
—Así es... Bueno, sigo: River estaba concentrado en el hotel Cardales haciendo la pretemporada. Lucas ya estaba incorporado a los entrenamientos, pero el pase no estaba hecho. Entonces, nos ponemos a charlar con él mientras los dirigentes de River estaban reunidos en un salón del hotel. Entramos y Lalo hace la defensa y demuestra que no era impedimento para que juegue, que en Colón lo hizo sin problemas. ¿Qué decía River?, que iba a ser difícil venderlo al exterior porque no iba a poder entrar al mercado europeo. El tiempo demostró que estaban equivocados.
—¿Entonces?
—Entonces nos ofrecen un préstamo por un año con casi nada de dinero. Se caía todo, nos dejaban sin el jugador, por nada de plata y con Lucas ya entrenando en River... Todo un tema... Entonces, le dijimos que lo íbamos a pensar y que quizás, más adelante, le contestábamos... Lalo había salido antes, porque después de exponer como médico, quedamos Gustavo y yo con los dirigentes de River. Cuando salgo de la reunión, estaban Lucas con Gallardo y Lalo tomando un café. Saludamos y nos vamos. Y ahí, Lalo me dice que Gallardo le estaba explicando cómo quería que juegue. Le cuento el final de la charla con los dirigentes y cuando escucho lo que Gallardo había hablado con Lucas, le digo a Lalo que nos volvamos a Santa Fe, que ya iban a llamar...
—Y así fue... ¿Se dio ese mismo día?
—¡Claro! Yo venía manejando en mi auto y tenía que venir hasta Santa Fe para dejarlo a Lalo y a Gustavo. Recuerdo que cerca del aeropuerto de Ezeiza, recibimos el llamado de Patanian.
Archivo El Litoral Una noche difícil Diego Osella presenta la renuncia después de la derrota con Argentinos Juniors y a cuatro fechas del final del torneo de la B Nacional en el 2014. Ese fue el momento en el que fueron a buscar a Mostaza Merlo y a las pocas semanas se celebraba la vuelta a Primera.
Una noche difícil Diego Osella presenta la renuncia después de la derrota con Argentinos Juniors y a cuatro fechas del final del torneo de la B Nacional en el 2014. Ese fue el momento en el que fueron a buscar a “Mostaza” Merlo y a las pocas semanas se celebraba la vuelta a Primera.Foto: Archivo El Litoral
—Aceptando la negociación original...
—Así es... Me dice que retomemos lo que estaba arreglado. Al día siguiente o el posterior, presentamos el negocio a la comisión directiva, llamamos a los síndicos y al órgano fiduciario para que estén todos enterados. Explicamos cómo iba a ser la operación y fue aprobada. Si le decíamos que sí al préstamo, hubiese sido otra cosa.
—¿Pensás en volver a la arena política?
—Mirá, tenemos un grupo que nos reunimos tres o cuatro veces al año, pero hablamos más de la vida personal que de otras cosas. Recordamos aquellos tiempos y valoramos lo que hicimos... No la pasamos bien, eh!... El club estaba muy mal económicamente, con muchas deudas. Y a los dos años entregamos un club distinto, con muchas cosas para cobrar como lo de Alario, un documento de Luque, la publicidad y otras cosas que no recibimos en ese momento porque la gestión anterior a la nuestra, había cobrado mucho de esos ingresos por adelantado.
—Te desgastó aquello...
—El desgaste fue grande, nosotros tratábamos de hablar lo menos posible porque no queríamos crear mala onda... Mirá, yo no sé realmente cómo está hoy el club, pero aquella vez era muy difícil. Tuvimos suerte porque nos tocó descender y al medio año volvimos. Diego Osella nos ayudó mucho, cotizó a los chicos y eso nos permitió afrontar lo que venía. De Afa no recibíamos un solo peso, porque todo se destinaba a pagar las deudas que había.
—¿En quién se respaldaron esa vez?
—En el socio... El socio salió a apoyar al club, salió a la calle, acordáte del “sabalero móvil”... Fijáte que en San Carlos, un día, en la plaza, se hicieron 110 socios. El “sabalero móvil” no llamó a nadie, se instaló en la plaza y en un sábado a la mañana hizo una movida extraordinaria.
—¿Qué opinás de la gestión de Vignatti?
—La divido en dos. En la primera le fue muy bien, me acuerdo que yo me retiré en junio de 1992 y él asume a fines de ese año. Los sueldos eran totalmente distintos, pero el club tenía los tablones de madera y estaba en la B. Cambió todo, con una cancha que es un lujo, lo ascendió y tuvo muchos logros deportivos...
—¿Y ahora?
—En esta etapa, el hincha de Colón está perdiendo la identidad como la estaba perdiendo en la última parte de la gestión de Germán Lerche.
Archivo El Litoral Godano jugador Integró varios equipos que pelearon el ascenso. Uno de ellos fue cuando al club llegaron Escobedo, Civarelli, Míguez y Nicosia, que lo acompañan en la foto. Antes, había tenido dos buenas oportunidades con equipos que se recuerdan, como los de Trigili y Tarabini.
Godano jugador Integró varios equipos que pelearon el ascenso. Uno de ellos fue cuando al club llegaron Escobedo, Civarelli, Míguez y Nicosia, que lo acompañan en la foto. Antes, había tenido dos buenas oportunidades con equipos que se recuerdan, como los de Trigili y Tarabini.Foto: Archivo El Litoral
—¿Cómo es eso?
—Noto apatía, noto que el hincha no está yendo al estadio, que están dejando de importarle ciertas cosas que antes le importaban... Nosotros tuvimos, en esos dos años, un apoyo incondicional de la gente... Pero no fue por nosotros, la gente apoyó al club, fue por el club... Y ahora, los dirigentes tienen que hacer todo lo posible para generar eso.
—¿En qué lo sentís?
—... Te doy un ejemplo: la movida a Paraguay... Ese día hubo 40.000 hinchas, entre los que estuve... Eso es lo que sintetiza a Colón. La pregunta es: ¿cómo podemos hacer para que gran parte de esos 40.000 sean socios y eso permita armar equipos más competitivos?. Pero no es lo único...
—¿Qué más es lo que ves?
—Nos está faltando apoyo en inferiores. Nosotros tuvimos la suerte de poder vender a varios chicos que venían de las inferiores, debimos promocionar jugadores y eso nos permitió ingresos importantes. Este año tenemos sólo el torneo local y Copa Argentina y lo que veo es que el plantel es muy grande.
—¿Decís que debiera darse más importancia a los jugadores de abajo?
—Habría que pensar en achicar el plantel y parte de las divisiones inferiores deberían ocupar esos lugares para que los chicos puedan jugar. Y otra cosa: un jugador de inferiores no puede entrar y ser la figura. A lo mejor le lleva varias temporadas. A mí me pasó eso. Me llevó un tiempo adaptarme, porque había mucha presión, es difícil jugar cuando no tenés experiencia porque la camiseta pesa. A mí me costó varios años hasta que me asenté y pude rendir en plenitud... Y todo eso te permite achicar el gasto de sueldos.
—La última es, en realidad, una repregunta porque no la contestaste. ¿Pensás en volver?
—En cuanto a ganas, no tengo... Desearía que al club entre gente que tenga ganas y que se ocupe bien de gobernarlo. Yo voy a apoyar de afuera, yendo a la cancha, disfrutando cuando ganamos... Pero desde afuera... Cuando nos juntamos con el grupo que estuvimos, hablamos más de la vida personal y recordamos aquellos tiempos, pero no hablamos del futuro. Vivimos momentos difíciles e hice amistad con muchos que conocí en ese momento. Esa fue una comisión directiva de casi 40 integrantes que se armó en un mes y todos los que participaron dejaron algo. Y la verdad es que les estoy agradecido a todos los que me acompañaron.
“Veo que al hincha de Colón dejaron de importarle cosas que antes le importaban”. Víctor Francisco Godano, ex jugador, DT y presidente de Colón