En estos tiempos de cuarentena por coronavirus, el que brindan los supermercados se encuentra entre los servicios esenciales a los que puede recurrir el vecino para abastecerse de los artículos y productos que hacen falta para sobrellevar esta situación de pandemia. El Litoral consultó a referentes del rubro en la ciudad de Santa Fe, para saber, por un lado, cómo sobrellevan esta nueva realidad que impone la cuarentena dictaminada en el orden nacional. Y por otro, para conocer también cuál es la respuesta de la gente ante esta singular situación.
Matías Belincourt, de Supermercados Alvear, por ejemplo, señaló que no se observa un comportamiento uniforme de parte de las personas. Hay quienes pasaron del pánico y el temor de los primeros días, dijo, al aprendizaje de las normas de convivencia y la adaptación a esta “nueva realidad”. Son los que con avance de la cuarentena y la aceptación de las medidas de prevención tomadas por los establecimientos comerciales demuestran una profunda concientización. También hay quienes aún no salen de la preocupación y de cierta psicosis que genera la presencia del Covid-19.
“Hay personas a las que evidentemente les cuesta adaptarse a las medidas de prevención dentro del supermercado, es como que da la impresión de no tener una plena conciencia sobre lo que está pasando, mientras que hay otros muy concientizados, que cumplen con todas las disposiciones”, aclara Matías, sin dejar de señalar que la etapa más dura y de mayor incertidumbre la vivieron cuando ya se intuía que el gobierno nacional decretaría oficialmente la cuarentena.
“Los momentos más críticos se dieron el domingo (15 de marzo) y los días siguientes previos a que se dicte la cuarentena obligatoria”, explicó Matías a continuación. Ello se debió, aclaró, a que quizás aquel inicio los tomó un poco desorganizados y por eso fueron un tanto caóticas las primeras jornadas. “Pero ahora estamos realmente muy bien organizados y planificados, así como el cliente de a poco también fue entendiendo cual es la situación actual y ahora ya sabe cómo nos tenemos que manejar”, agregó.
Después, consultado respecto a los productos que más se están consumiendo o que implican una mayor demanda, Matías aclaró que existe una tendencia creciente a la adquisición de desinfectantes, lavandina y lo que es limpieza en general, como ser rollos de cocina, papel higiénico y, por supuesto, alcohol. Por otra parte, acotó, se está recurriendo bastante a los artículos de almacén, sea fideos, arroz, salsas y leche, “que categorizan como de primera necesidad”.
Al principio, explicó el supermercadista, observaron una tendencia a acopiar productos, “a llenar el changuito con mercadería y comprar muchas unidades”. “Por eso tuvimos que tomar medidas y limitar las cantidades de los productos de la canasta básica, como aceite, leche y demás, a tres productos”, describió posteriormente. A la vez, prosiguió Matías, mediante las distintas posibilidades de comunicación, lanzaron una campaña en la que solicitan a la gente “que haga un consumo solidario”, que piense que lo que se está llevando de más le puede faltar a otro y que “entre todos tenemos que ayudar a garantizar el stock”.
Carne, enlatados, fideos y bebidas
Otras de las referentes consultadas por El Litoral fue María Elizabeth Raffin, de Supermercados Raffin, quien ha podido apreciar que en estos días, al margen del furor por el alcohol en gel, “la gente lleva mucha carne, como para freezar”. También productos enlatados, fideos y bebidas. “En sí, no se nota un comportamiento muy distinto al que veíamos anteriormente, sino un poco más de lo que se daba en situaciones normales”, expresó luego. Y coincidió con Matías Belinmcourt en cuanto a que “los días previos al anuncio de la cuarentena fueron los de mayor susto, porque no se sabía qué era lo que iba a pasar”.
En cuanto a las medidas preventivas y restrictivas adoptadas, María Elizabeth destacó que, si bien al principio algunas personas pudieron haber manifestado cierto malestar, en especial cuando se empezó a restringir la cantidad de personas que podían ingresar al local. Después la mayoría se fue adaptando y tomando como algo más habitual. “Puede haber largas colas afuera, pero es porque se limita la cantidad de compradores adentro, para que haya espacio suficiente para que todos puedan circular”, aclaró.
Otras cosas que destacó María Elizabeth es que pegan carteles para procurar que los que ingresan al local recuerden que deben respetar la distancia que tiene que haber entre las personas y también con los empleados. Por eso hasta han puesto vallas en los sectores de atención al público, como la carnicería. Además, como la mayoría de los supermercados, disponen de alcohol en la entrada, para que la gente se higienice las manos antes de ingresar a sus instalaciones. Por otra parte, hacen venta online y se mantienen en contacto con las autoridades de salud. Siempre procuran informarse y actualizarse sobre las medidas que tienen que implementar y seguir en el marco de la emergencia sanitaria.