En el film protagonizado por Robert De Niro, Sharon Stone y Joe Pesci el director vuelve a explorar el mundo de la mafia y muestra la dos caras de Las Vegas, de un lado el lujo y del otro la brutalidad. También es una aguda metáfora sobre el capitalismo.
Universal Pictures Robert De Niro como Ace , el apostador profesional que se hace cargo del casino Tangiers en Las Vegas, controlado por la mafia de Chicago.
Hacia fines de 2019 millones de cinéfilos de todo el planeta se volcaron hacia la plataforma Netflix para asistir a un acontecimiento histórico: el estreno de “El irlandés”, que reunió a Robert De Niro, Martin Scorsese y Joe Pesci para una historia inspirada en la mafia. Es que hacía desde 1995 que no producía un hecho de estas características. La última vez había sido con “Casino”, que tuvo su premiére en Nueva York el 3 de abril de aquel año, hace justo un cuarto de siglo.
Si “El irlandés” tiene como tema central el poder y como se diluye con el paso del tiempo, “Casino” también reflexiona sobre el poder, pero desde el punto de vista de como puede llevar a la perdición a quienes lo ejercen sin control, cuando se dejan llevar por sus pasiones. Es, a la vez una mordaz metáfora sobre el capitalismo: a pesar de lo que hagan los personajes, el que se beneficia al final de todo es el sistema (en este caso, el casino del título). Lo dice el propio protagonista, “Ace”: “Se trata de hacerlos jugar el mayor tiempo posible. Cuanto más juegan, más pierden. Y al final, no quedamos con todo”.
Ambientada a principios de los ‘70, describe con detalle el funcionamiento de un gran casino controlado por la mafia y expone el submundo de corrupción que se esconde detrás de una maquinaria consagrada a la acumulación de dinero. Cómo años más tarde haría con la bolsa de valores de Nueva York en “El lobo de Wall Street”, Scorsese pasa su cámara como un bisturí por Las Vegas y muestra su compleja dualidad. Una de las caras es la que está llena de lujos, placeres, la otra es oscura, plagada de violencia y crímenes. Y el plantel de personajes principales forma parte de cada una de esas facetas, cuyos límites se van desdibujando hasta el arrebatador y trágico derrumbe, que no dejará indemne a nadie.
Actores en forma
Robert De Niro, en su octava colaboración con Scorsese, interpreta a Sam “Ace” Rothstein, apostador profesional a quien los capos de la mafia de Chicago encomiendan el control del casino Tangiers. “Ace” sabe como manejar el negocio y lo hace con solvencia, hasta que se enamora de una femme fatal (Sharon Stone) y retoma contacto con un antiguo aliado, el matón Nicky Santoro (Joe Pesci). Ahí el equilibrio que había logrado se rompe y el imperio que construyó se tambalea desde sus propios cimientos.
Sharon Stone encandila como autodestructiva Ginger, que le valió un Globo de Oro y una nominación al Oscar. Este papel, para el cual habían sido sopesadas Nicole Kidman, Melanie Griffith, Rene Russo, Cameron Díaz, Uma Thurman, Michelle Pfeiffer y Traci Lords, implicó para la blonda actriz una nueva dimensión en su carrera. Su interpretación es perfecta y es el catalizador de la tragedia que finalmente salpica a todos los personajes.
Pesci repite el personaje de “Buenos muchachos”, que le valió un Oscar. Es un matón sádico e impredecible, capaz de ejecutar a un rival y asistir minutos después a un acto escolar de su hijo como un padre ejemplar. Una dualidad parecida a la del entorno en el cual se mueve.
Reconocimiento tardío
Hoy está considerado como un film de culto dentro del subgénero de la mafia, pero en el momento de su estreno fue cuestionada por su violencia explícita. Hay dos o tres secuencias especialmente fuertes, como aquella en la que Nicky y sus secuaces torturan a un hombre con una prensa, o aquella en la que una patota ataca a dos mafiosos con bates de béisbol. Para esta exageración innecesaria, señaló algún crítico, posiblemente Scorsese se vio influenciado por el auge que en esos años habían tenido las primeras obras de Tarantino, “Perros de la calle” y “Tiempos violentos”.
Más allá de su grandilocuencia, el aire shakespereano de la historia y sus credenciales artísticas contribuyen a sostener a “Casino” como una de las mejores películas de Scorsese, quien luego rodaría las flojas “Kundun”, “Vidas al límite” y “Pandillas de Nueva York”, para volver recuperar el pulso recién a partir de “Los infiltrados”, en 2006.
Unidos
Robert de Niro y Martin Scorsese trabajaron juntos en nueve oportunidades: “Mean Streets” (1973), “Taxi Driver” (1976), “New York, New York” (1977), “Toro salvaje” (1980), “El rey de la comedia” (1983), “Buenos muchachos” (1990), “Cabo de miedo” (1991), “Casino” (1995) y “El irlandés” (2019).