"Con voluntad política todo se puede”, dice una máxima que repiten en la Legislatura los más experimentados, tengan o no su banca. La expresión se usa cuando las cosas resultan estar dentro de los límites legales, pero fuera de las rutinas parlamentarias.
Unos han visto que el reloj de la Cámara de Diputados se detenga cinco minutos antes de la medianoche, para que no termine el período ordinario de sesiones (1). Otros han hecho circular expedientes entre las bancas para que tuvieran las firmas necesarias, por cierto fuera de las comisiones. Y hasta, alguna vez, se ha sobreactuado lo necesario para obligar al presidente de una Cámara a desempatar para que se imponga así la minoría (2).
El antecedente más reciente de estas curiosidades parlamentarias ocurrió cuando terminaba 2010 y llegaba el último año del mandato del primer gobernador socialista del país, Hermes Binner.
El presupuesto de 2011 contenía la ansiada reforma impositiva que dos años más tarde- fue finalmente morigerada y aprobada por el Senado. Recién cuando se quitó ésta de aquel, hubo consenso y la llamada ley de leyes se aprobó en una misma jornada legislativa.
Faltaban dos días para fin de año y en Diputados se propiciaron los cambios necesarios (allí el oficialismo del Frente Progresista, Cívico y Social tenía mayoría) y pasó al Senado que sobre tablas y con quórum facilitado por el PJ mayoritario- lo aprobó. Fue por unanimidad, sí. Pero con tan solo cuatro votos.
“Al día siguiente me llamó el gobernador Binner para agradecerme, porque por entonces estábamos en sectores diferentes, ya se venían las elecciones de 2011. Al presupuesto lo votamos solo cuatro senadores Algunos colegas de la bancada no estaban, otros se tuvieron que ausentar y se abstuvo todo el PJ, que antes se ocupó de dar el quórum y garantizar el tratamiento sobre tablas”, recordó Felipe Michlig (UCR-San Cristóbal) tras la sanción del martes 31 de la Ley de Necesidad Pública, que había visto por la transmisión on line, desde su casa. Subrayó que el actual gobierno nunca debió enfrentar un afán obstruccionista de la oposición y destacó que lo que hubo siempre son diferencias de fondo “con los superpoderes”.
Aceptó que las abstenciones en Diputados de los legisladores opositores “se notan más”, sencillamente porque constituyen la mayoría. En el Senado ocurrió lo mismo con el bloque que preside el experimentado radical, pero las responsabilidades de un bloque en minoría son distintas.
Aquel presupuesto de 2011, votado entre Navidad y Año Nuevo en 2010, luego de largas negociaciones, contó con los votos del único socialista que había en la Cámara alta: Juan Carlos Zabalza (Rosario), y de los radicales Michlig, Federico Pezz (General Obligado) y Rodrigo Borla (San Justo), que se abstuvo en el tratamiento en particular para denunciar la “discriminación” en materia de obras sobre ese departamento. Esa instancia tuvo apenas tres votos afirmativos.
En aquel Senado el peronismo tenía, con 13 bancas, asegurado los dos tercios y podía imponerse en una pulseada con Diputados. Pero su poder siempre se replegó para permitir la gobernabilidad. Lo que ha pasado ahora en Diputados no tan diferente, sólo que han sido las circunstancias ajenas a la actividad política (la pandemia y su crisis) la que ha hecho que los socialistas y los radicales se abstengan en la Cámara baja.
El entonces jefe de la bancada del PJ, que también presidía ese partido -un reutemanista que se pasó antes al PRO que el propio Carlos Reutemann- repartió palos para los dos senadores ausentes del oficialismo. Ricardo Spinozzi criticó a Héctor Aquino (Constitución) que no vino a Santa Fe y Eduardo Galaretto (San Lorenzo) que optó por irse del recinto en el cuarto intermedio que duró más de dos horas.
(1) El truco de parar el reloj fue frecuente en los ’80 en la Legislatura santafesina. Muchas veces la última sesión del período ordinario (en la que los legisladores sí pueden presentar sus proyectos de ley) contaba así con un tiempo adicionado al reglamentario.
(2) La reforma impositiva de 2012 (buscaba una elemental actualización del impuesto inmobiliario rural, sobre todo) fue pedida por el entonces gobernador Antonio Bonfatti pero generaba fuertes costos políticos para quienes levantaran la mano. “El Campo” era poderoso. Ya había sido aprobada por Diputados cuando, muy tarde, en el Senado quedaron 16 presentes y debió desempatar el otrora vicegobernador Jorge Henn, tras un calculado 8 a 8, que los legisladores se empeñaron en hacer pasar por auténtico.
Para forzar el empate (y sobre todo exponer a quien desempató) un justicialista se fue del debate y otros dos se abstuvieron. Fue una remake del “no positivo” de Julio Cobos (2010) y El Litoral calificó la sesión de “increíble”, literalmente.
(3) La sanción de la Ley de Presupuesto 2011, el último del gobierno de Hermes Binner, pasó por el Senado en tiempo récord y como el PJ no quería obstaculizar su aprobación se abstuvo. El oficialismo lo aprobó con 4 votos sobre 19 bancas.
2004, se deroga la Ley de Lemas
Al igual que con la Ley de Necesidad Pública que aprobó Diputados recientemente, cuando Santa Fe se libró de la Ley de Lemas hubo una polémica por el número de votos que recibió su derogación.
Era una promesa electoral del dos veces gobernador Jorge Obeid (1947-2014) que pudo cumplir pese a la oposición del Partido Justicialista de Santa Fe y de muchos legisladores que no estaban dispuestos a perder esa cómoda legislación electoral, que los santafesinos aborrecían en su mayoría. En Diputados Obeid tenía los votos suficientes pero en el Senado no. La media sanción de la Cámara alta generó dudas porque se logró sólo con ocho votos y el resto fueron abstenciones y ausencias. El peronismo dio quórum y optó por no votar y eso dio lugar a dudas que el paso del tiempo se encargó de eliminar. No hubo recursos judiciales en contra de la nueva ley de Elecciones de Primarias Simultáneas y Obligatorias (Paso). Quienes objetaban la legalidad del procedimiento razonaban en aquel 2004 que podía llegar a darse el caso de que una ley fuera sancionada con tan solo un voto. En 2010 se estuvo cerca.
Rubén Dunda - Presidente de la Cámara de Diputados entre 1973/76
El reglamento parlamentario es integrante de los contenidos de certezas que orienta al sistema de libertades reglado y garantizado por un ordenamiento superior de carácter constitucional.
Forma parte del Estado democrático, como herramienta de control y orientación en el espacio de gestión y elaboración de las leyes, además de punto de referencia y garantía ante el eventual control jurisdiccional por parte de los tribunales constitucionales.
Fue advertido tempranamente por nosotros y es así como se integra a la insipiente organización institucional de estas tierras.
Jeremías Bentham, le obsequiará a Bernardino Rivadavia, con quien mantenía una regular relación epistolar y en momentos que este se desempeñaba como Ministro de Gobierno de Martín Rodríguez, un ejemplar de su obra titulada Táctica de las Asambleas Legislativas, reconocido hoy, como el primer reglamento parlamentario escrito.
De este modo, ese reglamento será incorporado a la Sala de Representantes de la Provincia de Buenos Aires, sancionado el 26 de julio de 1822, con sus posteriores modificaciones; Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, sancionado el 28 de enero de 1825; Congreso Nacional Constituyente de la Confederación Argentina, sancionado el 24 de diciembre de 1852; Cámara de Representantes del Estado de Buenos Aires, sancionado el 22 de junio de 1855 y Cámara de Diputados de la Confederación Argentina, sancionado el 10 de julio de 1855.
En Santa Fe, luego de la sanción de la Constitución de 1841, será integrado como reglamento legislativo, que con las modificaciones de cada caso, se utilizará hasta nuestros días.
Es necesario remarcar estos antecedentes a los fines de dejar sentado que los reglamentos parlamentarios no resultan de un acuerdo político de circunstancia, ni debe de admitirse que ello ocurra, sino que constituyen garantías procedimentales que configuran las calidades de un estado de derecho.
¿Qué ocurrió en la Cámara de Diputados en la sesión última, de tratamiento del proyecto titulado Ley de Necesidad Pública?
Lo señalado en los medios de prensa y a los que me remito y doy fe, indican que a la hora de votar el dictamen: sobre un total de 47 diputados presente y 3 ausentes; 34 diputados se abstuvieron de votar y 12 lo hicieron por la afirmativa.
De lo que se infiere que se ha violado el artículo 181 del reglamento, (42 de la C.P), que señala con el título Votos que deciden: “Las decisiones de la Cámara son adoptadas por la mayoría de los presentes, siendo necesaria la mayoría de los votos emitidos” que para el caso sobre 47, resultan 24 votos (artículo 14 in fine)
Se debe aclarar, que el Diputado que se abstiene, sigue haciendo quórum, según el artículo 184, que con el título de: Imposibilidad de abstenerse, señala “..ningún diputado podrá dejar de votar sin permiso de la Cámara. En este caso, los diputados que fueran autorizados a abstenerse serán considerados a los fines del quórum”, etc.
Luego y repasando: como solo votaron 12 afirmativamente, con la asistencia de 47 diputados, y siendo necesario el voto afirmativo de la mayoría de los presentes, lo resuelto, resulta nulo, insanablemente nulo.
Debe preocuparnos que la política local adhiera a la teoría del “todo vale”, máxime si se tiene en cuenta el deslizamiento peligroso de buena parte del sistema legislativo en la región. Miremos a Brasil, Paraguay, Bolivia etc, etc. El Parlamento es la representación popular, hay que defenderlo y la única manera, es con apego irrestricto a la Ley.