Al impedimento de navegar por los ríos debido a la pandemia por Covid-19, se suma ahora la pronunciada bajante del Paraná, con registros históricos, que también tiene sus consecuencias en los clubes náuticos de la ciudad.
Al impedimento de navegar por los ríos debido a la pandemia por Covid-19, se suma ahora la pronunciada bajante del Paraná, con registros históricos, que también tiene sus consecuencias en los clubes náuticos de la ciudad.
La Prefectura Naval es quien controla la navegación por los ríos de la zona y los clubes náuticos y guarderías permanecen cerrados.
Este miércoles el hidrómetro del Puerto de Santa Fe indicaba una altura del río Paraná de 1,20 metros. Con ese registro pocas veces visto en las últimas décadas hay embarcaciones que quedaron amarradas a la costa con el casco apoyado sobre el fango. Cabe aclarar que esto no conlleva ningún tipo de riesgo, sólo la imposibilidad de realizar maniobras.
Los tres clubes náuticos con amarras de la ciudad, Yacht Club Santa Fe, Náutico Sur y Marinas, solo realizan tareas de control y mantenimiento. Sus puertas están cerradas durante el transcurso de la cuarentena dispuesta por el gobierno nacional. Sus empleados realizan cortes de pasto para evitar la propagación del dengue y, en algunos casos, aprovecharon la bajante para fortalecer las rampas por las que botan los barcos con hormigonado y refuerzos de piedras.
Además, otra de las tareas necesarias debido a la bajante es el ajuste de las amarras de las embarcaciones que están en el río sujetadas a las marinas flotantes y la costa. Estas tareas se deben realizar según la altura del río, filando o cazando los cabos desde las cornamusas, para que las embarcaciones no sufran el embate de los fuertes vientos —mayoritariamente del cuadrante sur— y la seguridad esté garantizada.
La Justicia detuvo a un hombre que navegó el lunes en windsurf en la laguna Setúbal durante la cuarentena.