Rosarino, “leproso”, periodista deportivo, “enfermo de Newell’s”, agente FIFA “de pocos jugadores”. Hijo de ingeniero argentino y madre paraguaya. Con su programa “Newell’s, un pasión” se empezó a meter en el mundo del fútbol.
Pasaron casi tres años del pase más mediático y conflictivo del fútbol argentino, con Colón y Vignatti metidos en el medio. Una charla inédita con el representante del “Pipa”: datos, números, lugares, anécdotas. Imperdible.
Rosarino, “leproso”, periodista deportivo, “enfermo de Newell’s”, agente FIFA “de pocos jugadores”. Hijo de ingeniero argentino y madre paraguaya. Con su programa “Newell’s, un pasión” se empezó a meter en el mundo del fútbol.
Siguió toda esa campaña del ‘92 del equipo del “Loco” Bielsa y, como cualquiera, lloró en el Morumbí al perder la Copa Libertadores por penales contra el San Pablo. Pedro Aldave —de él se trata— no sabía que 25 años después “armaría” el pase más mediático y polémico del fútbol argentino: la salida de Lucas Alario, de River al Bayer Leverkusen, con Colón y Vignatti metidos en el medio.
Se van a cumplir tres años de ese “bombazo” y después de varios intentos —gracias al “Tavo”, amigo lasallano— Pedro Aldave se abre como nunca con El Litoral, el diario de Santa Fe. En casi una hora y media de charla “cuarentenosa” contará cosas que no contó nunca. Y, de paso, lo factura con estilo: “Ni a Olé ni a Clarín le conté tantas cosas”.
—¿Como arrancás de representante?
—Mi viejo era ingeniero y se volvió a Paraguay; mi madre era paraguaya y se va a laburar allá. Me fui con ellos, pusimos un restaurante. Me hago amigo de Alphonse Tchami, el camerunés de Boca, que se escapaba a Paraguay. Ahí, conozco a su representante y me meto de a poco. Era el año 1995.
—Imposible olvidar tu primer pase...
—Obvio. Lo vendo al paraguayo Virgilio Ferreira al Betis de Sevilla. Así llegué a Europa por primera vez y me quedé. Empecé a trabajar para el Udinese en el año 97, llevando muchos jugadores de Sudamérica allá: argentinos juveniles (el “Tucu” Pereyra) y más que nada colombianos (hace memoria y nombra a Cuadrado, Zapata, Abel Aguilar, Muriel).
—¿Qué es lo primero que hacés con Colón?
—Entre el ‘99 y 2000 lo primero que hago con Colón es lo de Delio Toledo, que había tenido un problema con un pasaporte que era falso. Yo lo había llevado al Udinese, estaba a préstamo en el Espanyol de Barcelona con el problema del pasaporte. El Udinese lo libera, me lo llevo un tiempito a Cerro y en el 2.000 llego a Colón.
—¿Qué te acordás de ese momento? ¡Pasaron 20 años!
—Que estaban Vignatti, Fleming, Darrás y el técnico era Fossati. Al año lo vendimos al Zaragoza. Así fue lo mío con Santa Fe, arrancamos bien...¡Fue negocio para todos!.
—¿Cómo nace tu historia con Alario?
—En la época de Lerche, llevé al “Negro” Gamboa (N. de R: llegó en septiembre de 2010 y se fue en abril de 2011). En ese lapso, voy por algo que me llama Lerche, algún “kilombo” había con el DT.
—Entonces...
—Voy a ver un partido de inferiores, yo nunca iba a ver inferiores porque tengo gente que me hace ese trabajo y conoce. Lo había agarrado a Melli, Fernández, Callejo, dos o tres categoría ‘92. Ese día, el que me gustó fue Lucas.
—Si no le dabas bolilla a inferiores...¿por qué lo vas a ver a Alario ese día?
—Porque me dicen que tengo que ir a ver la ’92 porque había un pibe Callejo; era un compromiso, porque mi contacto jugaba con el padre de Callejo en Tandil. Duró 15 minutos el partido, una lluvia torrencial.
—¿Qué te acordás de ese día?
—La cancha auxiliar de Colón pesada, pelota embarrada. Lo veo a Alario, de “9”, bajar tres como los Dioses. Al que estaba conmigo le digo: “Boludo, ¡el 9 es Milito!”.
—¿Cómo sigue la historia?
—Le digo a mi contacto “Andá a preguntale si tiene representante a ese flaco”. No sólo que no tenía representante, nunca había tenido representante pero además el padre de Alario le pagaba la comida en una casa-pensión que tenía Colón (era una casa de calle Lisandro de la Torre que manejaba Julio Perezlindo con 30 chicos del interior y cada familia les pagaba las comidas).
—El siguiente paso fue firmar los primeros papeles con Alario y con Colón
—Lo llamo a Lerche y le digo “Tenés un crack de 9 en la ctegoría ‘92”. Al toque, Lerche lo pasó a la pensión del predio y así arrancamos con Lucas. Me acuerdo que el mismo Lerche lo “tapa” cuando ficha a Chevantón. Algo pasa ahí, queda tapado, aparece la operación de hombro. El tiempo vuela. Llegan “Lalo” Vega y Godano.
—¿Qué se te viene a la memoria de ese momento?
—Que empezó a jugar con ellos y arrancó
—Estuviste en el momento justo y en el lugar indicado
—Me gustó y para mí es una anécdota. Yo miro 200 partidos pero nunca de inferiores. Lo vi 5 minutos y dije “Es éste, es Alario”. ¿Sabés que con Estigarribia me pasó lo mismo?...Lo vi 5 minutos y dije en Paraguay “me gusta, me gusta, me gusta”.
—¿Y qué pasó después?
—Terminó jugando en la Juventus de Italia.
“Lo que me sorprendía de Alario que tenía 16 años y nunca lo habían visto. Hoy aparece uno con condiciones a los 16 años y tiene 50 representantes que lo buscan” Pedro Aldave, Agente FIFA de Alario
“Con Alario estábamos muy jugados: era suero o champagne”
—Llegamos a mediados de 2015
—Dale
—Aparece la primera novela: River, Independiente, la rodilla, la pelea de Colón porque cambian los números de la oferta inicial.
—Vamos despacio. Los números y la operación con River la hago yo. Cierro los números con Matías Patanian, que era el negociador de River en ese momento. Vamos a Cardales a la reunión, me acuerdo como si fuera hoy.
—¿Por qué Cardales?
—River estaba ahí en Sofitel, porque había un parate previo a la semifinal de Copa. Hablamos clarito y de ahí vamos a la Clinica Rossi a hacer la revisación médica. Ahí salta ese problema: Lucas había estado operado del hombro, después de un menisco. ¿Sabés por qué?
—No, ni idea
—Le aparece esa imagen porque Alario había jugado cuatro o cinco partidos con el menisco roto. No podíamos pararlo porque Colón lo necesitaba para ascender. Se operó y listo.
—¿Te preocupaba esa famosa “manchita”?
—Nunca me preocupó esa manchita, porque yo lo había vendido al “Chupa” López en el ’97 con la rodilla supuestamente “rota” en las imágenes que tenía Lanús. Las dos resonancias, en Racing de Santander y acá en River, dieron mal. Y lo terminé vendiendo al Génova de Italia. Cuando el jugador juega, no es tanto el problema de una mancha. Y en este caso, Lucas venía jugando todos los partidos. Lo pueden mirar los médicos, pero si los técnicos lo quieren...
—¿Y qué decía Gallardo?
—Yo hablo con Marcelo y él lo quería lo mismo a Lucas. Ahí pasa que cambió la modalidad de la operación del monto inicial porque los dirigentes de River se querían “cubrir” de no comprar un delantero con dificultades físicas. Contaban que ellos venían de una mala compra por el mismo motivo.
—Cambian las condiciones y empieza el “tironeo” Colón-River...
—Alario venía jugando y lo quería Gallardo; entonces hubo que negociar. Y fue una negociación larga, dura...
—¿Se pudo caer lo de “Pipa” a River?
—Es que estaba caída...Y encima aparece en el medio Independiente.
—¡Bingo!
—Esperá, que viene lo mejor. Me llama un abogado de Colón (N.de R.: el “Chavo” Abel Demanuele) muy amigo de Moyano, porque aparece Independiente. Nos juntamos en una Petrobrás para cerrar la operación. Eran cinco millones de dólares “limpios”, mucha más plata que la de River, después que River nos cambia las condiciones por lo de la rodilla.
—No hay que hacer una nota...da para un libro Pedro
—Fuimos a una clínica, te lo juro, a oscuras, a las dos de la mañana para que nadie nos viera. Era un lugar donde nos mandaba Moyano. Por respeto a Independiente fuimos y apareció el mismo problema: la manchita en la rodilla.
—¿Qué pensabas? Se caía todo: River e Independiente
—No, porque la charla mano a mano de Gallardo con Lucas había sido clave. “Yo te voy a bancar, pase lo que pase yo te quiero”, le dijo el “Muñeco” al “Pipa”.
—A todo ésto...¿qué te decía Lucas?
—Que volvía a Colón, jugaba en River o se iba a Tostado y listo...jajaja. Fue clave porque pegó onda con Gallardo en esa primera charla.
—¿Y por qué lo llevás igual a la revisón médica con Independiente?
—Porque se había embarrado mucho entre River y Colón a nivel dirigentes. Yo necesitaba, como agente de Lucas, tener una segunda opción. Además, quería saber qué decían otros médicos del mismo tema.
—Al final lo hiciste con River nomás
—Ahí Alario, que era muy reservado, jugó a fondo: habló con “Lalo” Vega y le dijo: “Es River o River”. Y fue River. Ahí armamos todos, le buscamos la vuelta con lo de los porcentajes. Le salió bien a todos: a River en la cancha y a Colón con la guita.
—¡A pesar que Independiente ponía más!
—Siempre fueron 5 millones; pasa que Independiente retoma la oferta inicial de River, antes de los cambios.
—¿Por qué Alario a River?
—Porque se encerró una hora en una pieza con Gallardo y repetía a cada rato: “Quiero jugar en River”. Y porque Patanian tuvo mucho que ver, Matías es bueno negociando. Si hubiera estado D’Onofrio, que es como Vignatti de poca paciencia, el pase de Lucas a River no se hace. Pero Patanián estuvo bien y los dirigentes de Colón —Vega, Godano— también.
—Ahora, cinco años después, ¿qué ves?
—Que estábamos jugados... “Era suero o champagne...”. Si volvíamos a Santa Fe, con dos revisaciones médicas para atrás, ¿qué hacíamos con el píbe?. Nos jugamos la ficha con River y salió.
"Lo de Lucas fue complicado siempre: salir de Colón, llegar a River, llegar a Leverskusen y ahora el desafío es llevarlo a una Liga mejor o un club más grande para que siga creciendo” Pedro Aldave, Agente FIFA de Alario