Hay que darle a las maquinitas, a la del del dinero y a la de las ideas. Alberto Ángel Fernández, el porteño, como Omar Ángel Perotti, el rafaelino, y Pablo Lautaro Javkin, el rosarigasino (NyC), tienen un problema de caja y un problema de ideas.
El país hace 10 años que gasta mucho más que cuanto recauda y pide dineros que no podrá pagar, no fácil, ni pronto ni livianamente. Salida difícil.
Hay que darle a las maquinitas, a la del del dinero y a la de las ideas. Alberto Ángel Fernández, el porteño, como Omar Ángel Perotti, el rafaelino, y Pablo Lautaro Javkin, el rosarigasino (NyC), tienen un problema de caja y un problema de ideas.
El de caja ya se sabe. El país hace 10 años que gasta mucho más que cuanto recauda y pide dineros que no podrá pagar, no fácil, ni pronto ni livianamente. Salida difícil. Con sacrificio y conciencia que estamos fundidos, somos pobres y debemos recuperarnos y que, además, la clase media, que empezó a florecer sobre 1940/50 del Siglo XX, está en caída libre.
La provincia de Santa Fe, que fanfarroneaba cuando aparecieron las “cuasi” monedas en varias provincias (las más tremendas Córdoba y sus LeCor y Buenos Aires y sus “patacones”), era rica, previsora y medida en sus gastos (Lole y “Juanchi” Mercier) y que terminó compartiendo el pago, la pérdida, ese despilfarro de otras provincias porque se repartió -esa convertibilidad inversa- entre los fondos coparticipables.
Santa Fe, la provincia invencible, está al tris de la “cuasi” moneda, no tiene un peso fuerte en reservas y ya se sabe: los impuestos no alcanzarán y peor que peor, el dinero que viene de la Nación es mínimo, con gotero y casi tarde. Bueno, bah, directamente tarde. Por lo demás nada bueno se resuelve con ATN permanentes o mejor, siendo “ATN dependientes”.
La ciudad de Rosario en los últimos 8 años del socialismo y sus decisiones, que ahora muchos se animan a juzgar equivocadas y que antes (medalla que no nos agrada colgarnos pero es real) las críticas provocaban “chas-chas” en la cola a los pocos que insistíamos con sus yerros, confiesa el default virtual y real en que estaba, la mala administración que hubo, la pésima previsión y la dependencia excesiva de una caja provincial “manosuelta” que, ahora, no es indulgente y dispendiosa sino justa y vigilante. Rosario está mal.
Rosario no tiene dinero en caja y tiene problemas. La provincia de Santa Fe no recauda y avisa que ya está con problemas. La Nación juega con el “default” afuera que sí, que no, pero nos distrae de una confesión necesaria: no hay plata en caja para un país que está parado, se queja y entra en llanto.
GORDURA COSTOSA PERO NECESARIA
La inflación, que puede también denominarse inflamación, es gordura, es anchura innecesaria, es la suma de papelitos y papelitos que cada día valen menos pero ay, caballeros, damas y niños... estamos en mitad del ataque del coronavirus que nos lleva a guardarnos en casa, para tratar de quedar vivos, y esperando que amaine, eso al menos, porque irse no se irá, al menos por muchos años, que amaine y podamos retornar una actividad que era deficitaria pero tapaba los huecos más grandes, no todos. Sin la compra / venta no hay transacción y ni siquiera el Club del Trueque funciona sin gente que haga eso, trocar.
Alberto Ángel Fernández, el porteño, tendrá que darle a la maquinita que Boudou (según se dice en Tribunales) quería llevarse para su casa o, al menos, hacerla producir en un sistema público / privado muy personal.
Dinero se necesita, cueste lo que cueste o se desvalorice como se desvalorice. La moneda es monopolio del Estado y uno de los líos es que “el grano y la vaca” son privados y del Estado y de todos modos, ni más quintales de sojas ni más cuota Hillton, por ahora, podrán acomodar una economía que se va, para la anualización, hacia los tres dígitos al “galope corto, el aliento largo y el instinto fiel”, como buen caballito criollo.
INVENTAR ES EL VERBO MÁS NECESARIO
Una iniciativa público privada puso, al toque de la realidad, los respiradores para los más graves enfermos de Coronavirus y fue el Estado Municipal, el provincial, el nacional (por UNR y ministerio de Educación, que tenía menos vericuetos que el de Salud) repetimos, el Estado y un grupo privado lograron bajar en 400% los costos de un aparato crítico. Inventaron algo. Ojalá no lo frenen los lobbies empresariales.
Alberto Ángel Fernández, el porteño, tendría que aprender de este sistema. Darle a la maquinita de inventar. Si no inventamos algo nos hundimos muy rápido.
Un invento necesario es salir de la zamba y entrar en la solución. El Paraná en una zamba está bueno como tema del folk para cantarle a nuestro río, pero si no inventamos una solución conjunta y dependemos de Bolsonaro y / o Itamaraty, el río más grande del país, nuestro Paraná, es arroyuelo y no hay mieses, ni jangada, ni pesca, ni, esto es lo peor de lo peor: no hay 32 pies. Si dependemos de Brasil y sus represas no somos socios, somos empleados del Brasil, estimado Alberto Fernández. Invente algo.
El socialismo, en el colmo de su lujuria inventó en Rosario una revista llamada así “32 pies”, como significante gráfica del asunto del calado del Paraná. Revista cara, que muchos esconden, para esconder los sueldos que el socialismo les pagaba por poco menos que nada. Hoy necesitamos creatividad para solucionar el tema. Esos fueron rebusques, no inventos.
Las 100 mil toneladas de soja, extendiendo y regularizando, con reglas, así que sería regimentando, “reglando” su cultivo y su frontera, con fletes que la vuelvan sustentable, resolverían más fácil la ecuación necesaria de impuestos al Estado y ganancia a los productores. Es otra maquinita de inventar. Póngala en marcha don Alberto Ángel.
El más importante juego en esta tragedia, que vincula los hechos políticos con los sanitarios, y el drama individual con el destino de un país, es el Sistema Integrado de Salud, con compras transparentes y pagos rápidos y reales. Invente la transparencia en el pago de los insumos de la salud del Estado, la única salud que piensa en todos y no en la chequera.
Hoy vemos que la salud es del Estado o es negocio privado. Hay en Rosario un ejemplo de lo que no debía hacerse: un Hospital que demoró 12 años hoy necesita 3.800 millones, todavía, para que funcione algún día. Una sola salud estatal, transparente y necesaria. Re inventarla.
Una sola educación, con las herramientas Siglo XXI. Nunca mejor que ahora que está estropeada, es a distancia y con malas comunicaciones porque debemos decir la verdad, no todas las zonas se comunican igual con el WiFi gratis y rápido ni todas tienen fibra óptica. Educación para todos y para este siglo. Una herramienta de libertad. La instrucción es eso. Resuelva el invento, con Alberto.
Compañero Presidente una pregunta: vió que el Estado, usando bien al Ejército y la Gendarmería, regula mejor su función de control... ¿lo vió?
EL ESLOGAN QUE VUELVE
Después de tanto título mediático, en el que caen hace años nación, provincia y municipio (un Hospital que todavía no anda se inauguró 5 veces, esperemos que Perotti no lo inaugure hasta que no esté lleno de pacientes).
Después de la pelea de quién lo dice primero o quién sale en la foto (hay diputados que viajan de Buenos Aires para una foto y después se van del territorio), de quién tiene el pelo mejor peinado, después de los titulares mediáticos vienen los hechos.
En los hechos, con la debida disculpa por citarlo, ese viejo Perón, tan copiado del Viejo Viscacha (con “ese” en el original) sostenía un eslogan del peronismo y, exceptuado Javkin, tanto Perotti como Alberto Fernández, el porteño, pueden recitarlo: “mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar”.
Muchachos, pongan en los Avisos Clasificados de este diario un aviso: Maquinita de buenas ideas para el Estado se necesita. Lo que cuesta vale.
La otra, la de los billetes, los vecinos la oyen funcionar mañana, tarde y noche. Y... bueno... hay que salir de este “parate”. Con la inflación no hay invento, al contrario: ya está todo inventado.