Aún faltan días para comenzar a salir progresivamente de la cuarentena por el coronavirus y ya aparecen los “jugadores” con pronósticos de cuándo el país logrará superar la crisis que desató la pandemia. Hay que recordar que el impacto económico de la cuarentena en Argentina rondaría últimos datos- los 27.500 millones de dólares, cifra que más o menos- hoy equivale al 6% del PBI.
Pero los pronosticadores de turno proyectan que en el mes de septiembre podría iniciarse el proceso de recuperación gradual de la economía nacional. ¿En qué se apoyan sus vaticinios? Al resultado de la cosecha, a la recuperación de China y a las políticas de estímulos que necesariamente deberán adoptarse para frenar la caída y sus consecuentes resultados.
Según los informes privados de la última semana hay 10 países que integran el denominado “Top 15” del ranking económico (juntos concentran el 61% del PBI global) que por estas horas presentan prácticamente el 75% de los contagios reportados.
Para entenderlo: esto es más crítico si se analiza que la Unión Europea como bloque presenta el 45% de los contagios informados, siendo la segunda unidad económica mundial con el 22% del PBI. Es decir, la principal economía mundial, Estados Unidos, y el principal bloque económico, la Unión Europea, son los que presentan mayor grado de afectación por la actual pandemia del Covid-9. Así de claro lo mencionan los informes.
Si se quiere una comparación, podemos ir a acontecimientos terribles para la humanidad como lo fueron la Primer Guerra Mundial (1914-1918), la llamada “Gran Depresión” (1930), la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y la reciente “Crisis Financiera Internacional” (2008-2009). Los principales afectados por los sucesos detallados fueron -en gran medida- Estados Unidos y los países europeos. Pero Argentina no estuvo exenta: debió afrontar daños colaterales. Hay, actualmente, un dato relevante: el impacto por la desaceleración económica global, que se traduce en caídas de precios y volúmenes transaccionados, podría llegar a representar el 6% del PBI este año. A ello le añadimos una desventaja: la existencia de una situación macro y microeconómica de extrema fragilidad al momento de la aparición de la pandemia, que finalmente condicionará la disponibilidad de recursos para intentar una reactivación económica. Los analistas son optimistas y creen que con la llegada de la primavera comenzarán a registrarse los primeros signos de recuperación.
Uno de los sectores de pie hasta el momento es el agropecuario. Como dijo el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, “económicamente los mercados no favorecen; hay una caída en el valor de los commodities agrícolas que afecta la rentabilidad de los productores”, aunque hay cuestiones a resolver, como la logística y una flexibilización en el servicio bancario. Como lo vienen sosteniendo desde que comenzó esta etapa de prohibiciones, muchos ruralistas apuntan a que la clase política también haga su contribución a la emergencia. Por eso, si bien inicialmente sorprendió a muchos, la Sociedad Rural de 9 de Julio (Buenos Aires) lanzó un comunicado titulado “Queremos retenciones del 35%”. Prosiguió con una aclaración: “Hoy Argentina necesita que los políticos aporten un 35% de su sueldo, del de sus asesores, un 35% de sus viáticos y el 100% de lo que manejan discrecionalmente”. Lo que proponen es que todos estos recursos se empleen en sostener el sistema productivo y comercial, en la seguridad alimentaria de los argentinos, y por supuesto en el sistema de salud. El tiempo dirá quiénes entendieron la sugerencia.