Rubén Oscar Escher es el DT de Sportivo Guadalupe. Con una gran trayectoria como futbolista y luego como entrenador, el “Pato”, como se lo conoce en el ambiente futbolero, consiguió ganarse un lugar de privilegio y hoy disfruta el fútbol con la calma que le otorga la experiencia. Sus últimos logros son el ascenso a la máxima categoría con Sportivo Guadalupe y luego, haber conseguido permanecer en la categoría. El parate obligatorio le permitió hacer un recorrido por su vida como deportista.
“En el año 96 (después de dejar el fútbol como jugador) me surge la posibilidad de dirigir la primera división del club San Cristóbal, que venía de ser campeón de la mano del recordado ‘Cachi’ Whidder. En ese año, el campeón fue Gimnasia y Esgrima, dirigido por Frank Darío Kudelka. Eso nos llevo a definir mano a mano el pase al torneo regional, serie que ganamos por penales. Fue una etapa muy linda de mi vida como entrenador y de mucho aprendizaje, ya que conté con el apoyo de jugadores muy experimentados como, Manolo Porpatto, Axel Menor, Pedro Burella, Fabián Gorski, Alejandro Piccone, entre otros, eso sumado a muchos juveniles a los que les di sus primeros partidos en primera”, relató.
“Al año siguiente dejé San Cristóbal y me uní al club Agua y Energía (Deportivo Agua), donde trabajé en inferiores menores e infantiles, fueron años muy buenos, de hecho salimos campeones con la categoría 85 (10ma.) y 84 (9na.) división bicampeón”.
“Con el paso del tiempo y debido a esas buenas campañas, en el año 2000 aproximadamente me contrata el Club Atlético Colón para trabajar con las divisiones inferiores. Allí trabajé hasta fines del año 2012. Durante esos años conseguí la experiencia más que gratificante en todo sentido. Me tocó ser parte del proceso de formación de muchísimos jugadores, muchos de ellos tuvieron la suerte de llegar a primera como Conti, Mugni, Lucas Acosta, Ledesma, Gerónimo Poblete, Marcos Díaz, Andrés Bailo, Facundo Sánchez, Andrés Meringh, Prediger, Fernando De Paul, Luque, Curuchet, Graciani, Lazzaroni, Bertoglio, Quilez y hay muchos más que en este momento no recuerdo, pero que seguramente me dejaron alguna enseñanza”, agregó.
“En el 2013 comienzo a dirigir primera y tercera división del Club Unión de Santo Domingo, en la Liga Esperancina. Fueron dos años muy importantes para mí, donde dejé grandes afectos como Lazzaroni, Eber Harber, Lucindo Harber, que hicieron posible mi llegada a ese hermoso club. Hicimos buenas campañas y clasificamos a las fases definitorias en primera, y en reserva llegamos a la final los dos años, desgraciadamente no tuvimos suerte en la definición a penales en ninguna de las dos finales”, contó.
“A comienzos de 2015, en el Club Atlético Arroyo Leyes trabajando con inferiores y con la idea de armar la 1°, que al final no se dio, llegó el llamado de Rosso, el presidente de Guadalupe y comencé a dirigir en la segunda rueda a uno de los históricos como lo es Sportivo en la Liga Santafesina de Fútbol. Ahí salimos primeros en el repechaje y en la fase eliminatoria llegamos a cuartos de final”.
“Al año siguiente hicimos una campaña similar. En 2017 además de primera y reserva, ocupo el cargo de coordinador de inferiores. Ese año va a quedar por siempre en mi memoria y en la de todos los hinchas de Guadalupe, ya que lo devolvimos al lugar de privilegio. Fue un ascenso soñado. Después, debutamos en primera con una campaña excelente siendo el equipo que más puntos sumó luego de un ascenso en la historia de la Liga”, rememoró.
“En 2019 también hicimos una campaña de muchos puntos, que sirven para armar el ‘colchoncito’ y poder estar tranquilos en la máxima categoría de la Liga”.
“Este 2020 hicimos una buena pretemporada, participamos del torneo Tiburón Lagunero y cuando estaba todo preparado para iniciar el Apertura, nos sorprendió la pandemia que permitió que todos nos quedamos en casa”.
“Con las mismas ganas de volver a las canchas y respetando la cuarentena, espero volver al club que me ha tratado muy bien. En este sentido destaco a gente como Sebastián Rotania, Aurora Rosso, Ditto Rosso, Alejandro Musso. Me gustaría por último saludar y agradecer a la gente que colabora en primera y reserva: al profe Lucas Acosta, López, Diego Aielo; y a los técnicos y profesores de inferiores, Juan Gallo, Luciano Rosso, Alejandro Lares, Hernán Mendoza, Darío Juárez, Gerónimo Costa, Nicolás Zabala y Agustín Bonivardi”, resaltó.
“A cuidarse y a quedarse en casa que, cuando menos nos imaginemos, volveremos a ser felices en una cancha”, fue su mensaje final.
La trayectoria como jugador
“De chico empecé a jugar al fútbol en el club San Cayetano que participaba en Liga Santafesina y hacía de local en la cancha Babi Founier, ubicada Gobernador Freyre y Castelli donde hoy está la plaza. En esos tiempos los DT hacían de todo un poco. Eran dirigentes, técnicos, buscadores de talento, algunos que recuerdo eran: Díaz, Servin, Ferronato, Gutiérrez, Campana, Sacchi y Menor. Todos grandes personas. Luego pasé a San Cristóbal, donde fuimos con mi hermano Juan Carlos y allí jugué en primera. El DT era el querido “Batata” Caraballo. En el año ‘79 pasé al 9 de Julio de Rafaela, hasta el 81 y luego pasé a Atlético Cavour y Argentino de Franck, ambos de Liga Esperancina. En el 84 llegué a Brown de San Vicente, donde salimos campeones de la Liga Rafaelina. Más tarde fui a Nobleza de Recreo que por aquellos años participaba de Liga Esperancina. Luego en Peñarol de Rafaela y Argentino de Vila, los dos de Liga Rafaelina. Vuelvo a la Liga Santafesina para jugar en Pucará y los últimos años jugué en Agua y Energía. Hasta el ‘95, cuando me surge posibilidad de comenzar mi carrera como DT. De ahí en más nunca más paré con la actividad que se lleva gran parte del día”.