Dentro de estos obreros del tatuaje, se encuentra el reconocido firmantense Fernando Manavella, quien desde 1992 se dedica a la profesión. En diálogo con El Litoral, aseguró que “nadie mejor que los tatuadores sabe lidiar con situaciones de contagio” y que diariamente lo vienen haciendo, por estar en contacto directo con la sangre.
“Ya sea por hepatitis B o HIV. Siempre se manejan protocolos de seguridad. Ahora tendríamos que aumentarlos un poco más por la saliva. Pero teniendo en cuenta y respetando el protocolo nacional, no habría problema que la actividad comience cuanto antes”, aseguró.
El artista, al igual que cientos en toda la provincia, lleva más de un mes sin trabajar. “Tienen que darnos una respuesta. Sobre todo a los que cumplimos y tenemos los locales en regla, inscriptos como se debe. Nos capacitamos en seguridad e higiene, pagamos para estar habilitados, inspeccionados y controlados”, dijo.
Manavella, reconoció que el mismo problema –pero planteado más mediáticamente-, es el de los peluqueros o barberos: “Tengo amigos con otros trabajos, pero con las mismas complicaciones. A todos se nos está poniendo difícil. Muchos vivimos de esto, tenemos familia y ni siquiera entramos en las ayudas económicas que viene ofreciendo el Gobierno Nacional. Somos trabajadores autónomos. Sobrevivimos con el esfuerzo diario. Si no tatuamos un día, cortamos el pelo o afeirtamos, es plata que no llevamos para nuestras casas”, aclaró.
El titular de “Áspero Tattoo”, recordó que en su comercio se cumple con un protocolo desde el ingreso del cliente hasta que se retira y que ahora solo habría que sumar algunas herramientas más: “Hay colegas en otras provincias que ya armaron borradores de esto que planteo”, contó.
El Litoral
Foto: El Litoral
Tentativa
Los borradores que ya existen con posibles protocolos para tatuadores, tienen que ver con lo siguiente: al entrar al local, el cliente tiene que responder un cuestionario similar al que se le hace a una persona que llega al país. Sería un tatuaje por día.
Luego, serían rociados con una solución antiséptica y se les exigiría concurrir con tapabocas, barbijos o máscaras protectoras. También se podría sumar usar botas de friselina. El tatuador deberá operar con camisolín, coa, barbijo o tapaboca, y máscara.
“Va a ser importante evitar trabajos que impliquen tatuar el cuello o la cara, para no acercarnos tanto”, resumió.