De a poco, los clubes salen a mostrar los dientes contra Sergio Marchi, señala el sitio Doble Amarilla. Es que Agremiados, lejos de entender la coyuntura, puso a los futbolistas en pie de guerra, en lugar de abrazar la propuesta de AFA que daba seis meses de tranquilidad con algunos recortes. Ahora, hay 2.000 contratos en el aire.
El presidente de Unión, Luis Spahn, salió fuerte al cruce del gremio y su conducción: “Agremiados tiene un arma poderosa para aniquilar a cuatro o cinco clubes”, tiró, en relación a que si se da al ola de cartas documento e intimaciones, las instituciones no podrán resistir los embates económicamente.
“Como club seremos espectadores de las heridas de otros que llevan un importante atraso. Agremiados tiene un arma poderosísima para aniquilar a cuatro o cinco clubes. Un reclamo que me animo a decir que puede ser de más de 1.000 millones de pesos”, se animó a calcular Spahn, en declaraciones a LT10 de Santa Fe.
“Tenemos un contexto complicado y lo económico está en todos lados, como consecuencia de esta emergencia sanitaria que traerá inconvenientes para todos, no sólo para los clubes”, analizó el mandamás del Tat, que apuntó los dardos contra Sergio Marchi: “Acá hay una conducción gremial que puja en una forma incorrecta y desconsiderada por preservar el derecho de los jugadores, y mucha gente no lo comparte”.
“A partir de una cifra de recorte se pretende un acto de solidaridad porque el fútbol no sólo son los jugadores, sino los cancheros, administrativos y demás que hacen posible que esto funcione”, analizó el presidente de Unión.
“Los clubes nos vimos en la idea de preservar los ingresos más bajos para tener una garantía alimentaria y nos encontramos con este conflicto”, criticó y ejemplificó con lo que se resolvió en la institución santafesina: “El caso de Unión es llevadero con esa quita transitoria de pagar la mitad de los sueldos altos”.
El presidente ‘tatengue’ además, insistió con que “los clubes tienen un arma fortísima, como es defender los contratos hasta diciembre, y no hubo acuerdo. Dicen que Marchi dio vueltas para contestar, o que después salió a decir que debían pagar todo o que pagara la Asociación del Fútbol Argentino”.
“Entonces el arma que tienen (los clubes), al negarse la parte gremial, es finalizar los torneos y los contratos se van a terminar. Entonces, ahora Agremiados manda cartas documentos para que se paguen los convenios firmados”, describió el problema y vaticinó: “Habrá un tironeo entre los clubes en busca de una acción solidaria por parte del gremio, y habrá que ver a qué recursos acceder para salir indemne de cualquier lesión patrimonial. Pero hay otros clubes que están en una situación muy complicada”, cerró.
Decoud, Ghisolfo y la visión de Glorioso ‘89
El principal referente de Glorioso ‘89 y ex dirigente del club, Rubén Decoud, señaló en la página oficial de la Agrupación que “...No hay que ser demasiado perspicaz para darse cuenta que la encendida reacción del Secretario General del gremio de los futbolistas, Sergio Marchi, ha obedecido a que la supresión de los descensos en la temporada actual y en 2021, tiene en mira achicar los presupuestos de los clubes en punto a los salarios de los futbolistas. El perjuicio para el gremio de futbolistas es doble: por un lado, el retiro o ‘jubilación’ anticipada de muchos y, por el otro, la reducción de los salarios, por la sencilla razón que todos aquellos clubes que no tienen la exigencia de salir campeón (la gran mayoría) echen mano a los jugadores formados en sus divisiones “inferiores... Sostengo que debería continuarse el torneo programado en las condiciones estipuladas, determinando la clasificación a copas y descensos por una temporada completa y no a medio camino... Por último, en lo que más nos interesa a los unionistas, mi impresión es que por muchas razones la resolución adoptada no es favorable, ni desde el punto de vista de los objetivos deportivos, institucionales y económicos, ni desde el sentimiento de los unionistas”.
Dentro de ese mismo grupo, también se expidió Carlos Ghisolfo, quien en otro comentario señala que “... Para darle una vuelta de rosca más reafirmando la mediocridad de objetivos de la directiva actual, vemos azorados hoy esta novela de especular con la vuelta o no del fútbol para contratar un nuevo cuerpo técnico, con el único fin de ahorrarse unos pesos por no pagar esos sueldos por estos meses. Pobrísima concepción. Mirada cortísima. Ya pasaron más de 40 días sin entrenador. Los jugadores entrenan solos, sin el control de quien los va a conducir. El 30 de junio vencen contratos y no le van a dar al técnico la posibilidad de elegir. Hay que establecer una política de inferiores distinta considerando que no va a haber descenso por dos años, y sobre eso no está opinando quien los va a hacer jugar o no. Un entrenador en funciones ya estaría, aunque sea virtualmente, involucrándose, conociendo el club y los jugadores, y resolviendo cuestiones que hoy están en manos vaya uno a saber de quién”.
El revoleo de decisiones no favorece
En el razonamiento y la lógica del hincha, queda la sensación de que se vota a favor de una situación deportiva que evidentemente beneficia al clásico rival. Y uno comprende, tal como lo señala el vice Zin en la nota de El Litoral de hace algunos días, que “a nosotros nos preocupa la Sudamericana antes que el descenso de Colón”.
Por eso y dejando de lado algo que tiene alguna parte de “lógica” y otra de “política” (me refiero a la decisión de suprimir descensos por dos años), en el revoleo de las decisiones, hay algo que a Unión no debe cerrarle: la “desaparición” de una temporada que fue buena (2018-2019), que debía considerarse este año para el promedio y que ya no se considerará, porque se tomarán las 2021 y 2022 además de la última Superliga.
Por eso, cuando aparezca la tabla de promedios para el 2022, Unión verá que arranca en un puesto diferente al que habría ocupado si esa campaña se contabilizaba. Fueron 36 puntos que le permitieron estar en la actual Sudamericana. Ahora quedará con el lastre de los 28 que sumó entre la última Superliga y el empate con Arsenal en el inicio de la Copa de la Superliga.
Muchos dirán: ¿no se toman en cuenta los últimos tres torneos para los promedios?. La respuesta es afirmativa. Pero así como los torneos se mantienen por tres temporadas (a los efectos del promedio), en este caso fue apenas por dos. Los descensos se abolieron por dos años, pero los promedios siguen. Y se tomarán en cuenta los dos que se vienen más el que pasó. A Unión se le borrará una temporada que iba a tener plena vigencia si los descensos se mantenían en el próximo torneo. ¿Cuál hubiese sido la solución?, no lo sé. Acaso tomar los últimos cuatro torneos y no tres, si es qu